“...si yo quiero que la República sea amable, si yo quiero que los cubanos amen la Nación y la República, me importa muy poco que amen al Gobierno. El Gobierno es una cosa transitoria y la República es algo que debe ser inconmovible. El Gobierno se compone de personas que pasan. La República se compone de las leyes, de los sentimientos, de la historia que son duraderos. Amar a la República no implica amar a sus gobiernos.[1]” Manuel Sanguily Garrite.
Los cambios en Cuba que no esperaron por EE.UU.
Dos hombres por las calles de La Habana. Alejandro Ernesto. EFE.
Sentadas en una de las mesas del cosmopolita “Café Madrigal”, un grupo de jóvenes conversa animadamente mientras toma sorbos de los cócteles cuidadosamente preparados por el barman. Una mira de reojo su Smartphone, mientras que las otras dos jóvenes, vestidas a la moda y con peinados también a la última de los dictados internacionales, deciden qué pedir de un menú que ofrece una selección bastante amplia de tapas. La escena no llamaría la atención en casi ningún barrio acomodado -o de moda- del mundo. Sí lo hace cuando el barrio es El Vedado y la ciudad es La Habana.
La capital cubana, y el resto de la Isla aunque en menor escala, no son ya la férrea Cuba comunista contra la que EE.UU. dictó un embargo medio siglo atrás que ahora trata de revocar poco a poco. No es siquiera la Cuba de hace cinco años, cuando Raúl Castro todavía andaba asentándose en el poder que durante tanto tiempo ocupó su hermano Fidel y sus reformas económicas eran todavía incipientes y observadas con suspicacia dentro y fuera de la Isla.
La Cuba que hoy negocia con EE.UU. cara a cara y de forma pública para ver cómo recompone sus relaciones es una que todavía no ha dado -y si fuera por su Gobierno, no lo dará- el paso hacia la transición económica y democrática total que desea Washington. Pero tampoco es ya esa Isla empecinada a cerrarse a toda concepción de la economía que no sea bajo control estatal.
Un mero paseo por las calles de la capital -donde más se concentran los cambios- muestra que el impacto de las reformas cubanas es más profundo de lo que los críticos al recién iniciado diálogo bilateral quieren reconocer.
Entre el denso follaje de barrios como el de El Vedado o Miramar, lucen casas recién pintadas y otras muchas en plena renovación -algunas por primera vez en medio siglo- tras numerosos andamios.
Cada vez se ven menos, y están más ajados, los carteles de propaganda como el que, junto con las imágenes del Che y de Camilo Cienfuegos, proclaman aún ese histórico “todo por la revolución” a los pies del hotel Habana Libre. Esta fue por cierto una de las primeras propiedades estadounidenses expropiadas, tema que Washington y La Habana deberán también afrontar en un futuro no demasiado lejano.
Por el contrario, abundan carteles luminosos anunciando cafeterías, peluquerías o hasta deslumbrantes “salones spa” que anuncian incluso por Internet -otro servicio aún escaso pero creciente- sus ofertas de manicura, maquillaje, masajes o peinado al nivel de salones “capitalistas”.
Los antaño escasos “paladares”, restaurantes privados, proliferan ahora de tal manera que hasta a los gourmets más empedernidos les cuesta seguir el ritmo de inauguraciones de locales que atienden no solo a extranjeros. Ahora también intentan responder a los gustos cada vez más diversos que parecen estar adquiriendo los cubanos con mayor poder adquisitivo de la Isla. Y su número aumenta de forma rápida, haciendo cada vez más visible una creciente división social que quizás Cuba debiera empezar a abordar.
No obstante, no todo es “glamour” en este nuevo espíritu emprendedor cubano. También hay negocios “de la calle”, abiertos en los porches y terrazas de viviendas o hasta en los salones de los hogares.
Como la barbería que Luis ha abierto en el patio de su casa con su familia o la pizzería -con precios módicos para el “cubano de calle” [sin ingresos en moneda fuerte]- de Maite en la terraza cubierta del piso bajo en el que tiene su casa.
Los dos aprovecharon para lanzarse a la economía privada como cuentapropistas [trabajadores autónomos] a raíz de la apertura progresiva, a partir de 2,010, de la economía que hasta entonces asía con mano férrea el Estado. Desde entonces, el número de cuentapropistas -pequeños emprendedores- que pueden ejercer sus negocios privados en 200 categorías llega ya casi al medio millón. Hay ya casi 13 mil negocios privados en la Isla, más de 1.600 de ellos son servicios de restauración. El número de cubanos que usan celular en la Isla supera el millón, según cifras oficiales.
Tras los números están las realidades, y éstas no son siempre tan prometedoras. Conseguir las materias primas para ejercer la profesión -productos de peluquería en el caso de Luis, ingredientes para sus pizzas en el de Maite- son a menudo una tarea difícil y costosa para estos emprendedores que no cuentan, como sí lo hacen muchos otros, con la ayuda de un familiar en el extranjero.
Esto es algo que la flexibilización de las restricciones comerciales que acompañan el cambio de rumbo dictado por Barack Obama y Raúl Castro a mediados de diciembre podría aliviar. Pero el paso fundamental que propició los cambios, afirma Maite, viene de más atrás. [La forma actual de obtener estos productos es “el desvió de recursos estatales”, fuente de corrupción a todos los niveles de dirección y empresas estatales.]
“Esto no empezó el 17 de diciembre, los cambios en Cuba ya llevan unos años y van bien”, sostiene desafiante. [Cierto. La vida no se puede detener, como tampoco “ponerle vallas al campo”. La corrupción se ha ido extendiendo desde mediados de los 60 y es incontenible. No es robar, sino “resolver”, poder vivir porque “somos comunistas, pero no comemierdas”] Fuente: internacional.elpais.com
Leer más: La Cuba que hoy negocia con EE.UU.
DEL MUNDO TRAIGO UN CANTAR…
Lista de demandas de Cuba a EE.UU. Durante las conversaciones en La Habana entre los gobiernos de EE.UU. y Cuba el gobierno de Isla presento su lista de demandas que serán discutidas por ambas delegaciones. La lista de demandas del gobierno de Cuba incluye los siguientes aspectos.
1. Eliminación de la Ley de Ajuste Cubano: Los funcionarios cubanos exigirán [pedirán] también que cese la preferencia para los que arriben a costas norteamericanas con la pretensión del salvoconducto de “pies secos-pies mojados”. [Esto corresponde a los intereses de EE.UU. ya que es una forma de emigración económica no controlada, que otorga privilegios frente a otros países. No se justifica desde hace mucho tiempo. Políticamente, es bueno para el Gobierno de los EE.UU. que sea el Gobierno cubano quien lo pida.]
2. Levantamiento del embargo comercial: EE.UU. mantiene el embargo a Cuba desde 1963 pero solo el Congreso puede quitarlo. [Como toda ley, es un esqueleto, pero los músculos son las regulaciones complementarias que permiten aplicarla. Es más que dudoso que el Congreso,- dominado en ambas cámaras por los republicanos-, acceda a retirar no sólo el embargo, sino todas las otras leyes contra el gobierno cubano. No obstante, si el gobierno de EE.UU. “afloja” o modifica las regulaciones actuales del embargo, éste quedara en puro hueso simbólico. Todos los saben y es así como operan los gobiernos.]
3. Compensaciones por daños y perjuicios causados: Cuba quiere una indemnización por los años de embargo a la Isla. [Esto ya se había comenzado a negociar con Carter. Bonos a 20 años con un interés adicional. Pago por el valor declarado al Estado en el momento de la confiscación. Eso de la parte cubana. De la estadounidense, desbloquear las cuentas cubanas y poco más. No creo que ningún gobierno de EE.UU. acceda pagar al de Cuba. De todas formas, lo pueden intentar.]
4. Apertura de embajadas oficiales en ambas capitales: Punto principal de ambos países. [No creo que sea el punto “principal” ni posible en estos momentos. Pueden funcionar perfectamente las relaciones comerciales, financieras y políticas con representaciones de alto nivel en ambos estados. Según evolucionen las relaciones y las fuerzas políticas en EE.UU. y Cuba, desde luego que sería factible.]
5. Eliminación de Cuba de la lista de Estados patrocinadores del terrorismo internacional: Las autoridades en Cuba ven fundamental que la Isla sea sacada de la lista de países patrocinadores del terrorismo para poder restablecer relaciones. [Desde luego que se podrá hacer. Es un arma de presión política de los EE.UU., sin fundamento alguno en estos momentos, como todos saben. Entorpece las relaciones de Cuba y no es útil a los EE.UU.]
6. Reconocimiento de las ONG oficialistas: Cuba busca el reconocimiento de EE.UU. para todas sus ONG. [Esto no es posible de manera general, porque ambas partes saben que muchas supuestas ONG son realmente instrumentos de su política. Cierto que tanto en EE.UU. como en Cuba, existen las que realmente tienen ese carácter, pero eso debe ser aprobado caso a caso por ambas partes.] Fuente: cubamiami.com
Sin falsedades: La verdad como es. [El Gobierno de] Cuba recibe los salarios de los médicos que exporta” al país. eluniverso.com/ Ecuador.
Milenis González llegó hace tres meses al país (Ecuador) como parte de un convenio con Cuba. Ella se desempeña como fisiatra del hospital San Vicente de Paúl, en Ibarra. Foto: Amparito Rosero.
La de Ecuador no es la primera misión médica que cumple la nefróloga cubana Mirian Torres Garbey, de 64 años. “Antes he estado en África, Zimbabue, Europa”. Y en los meses previos a su llegada al país era la jefa territorial del Servicio de Nefrología Pediátrica en Cuba. “Yo vine aquí a cooperar, vine a ayudar”, dice. Desde 2,012, Mirian se integró al hospital Francisco de Ycaza Bustamante, de Guayaquil. Lo hizo mediante un convenio bilateral que firmaron el entonces ministro (e) de Salud de Ecuador,… y el embajador de Cuba,…
Aunque en el acuerdo no se mencionan los nombres de los médicos, el sueldo que tendrán o el sitio donde deberán trabajar o vivir, Mirian dice que todos saben que no van a recibir el valor que paga Ecuador por cada especialista cubano y que llega a los $ 2.641 [USD]. “Nadie viene engañado. Aquí nos dan un estipendio de entre $U$D 700 y 800 para alimentación y transportación y cualquier gusto que se quiera dar; la vivienda es subsidiada por el gobierno cubano, yo la comparto con una compañera”, cuenta Miriam, y recalca: “Yo acepté venir bajo el reglamento de la misión médica”.
Por su trabajo, el Ministerio de Salud del Ecuador (MSP) le transfiere a Cuba el sueldo de $ 2.641 que corresponde a la categoría de un especialista, pero el gobierno cubano le entrega a ella $USD 800, esto es el 30%. A Ecuador han llegado, por convenios, más de 800 médicos cubanos desde 2,012, quienes, según los acuerdos, no dependen económicamente del MSP, aunque trabajen en hospitales o sub-centros públicos. Los convenios establecen que su empleador o patrono es el Ministerio de Salud de Cuba.
Según reportes de la cadena de noticias BBC Mundo, basados en datos del Ministerio de Relaciones Exteriores de Cuba, a nivel mundial hay unos 40 mil médicos cubanos trabajando en más de 60 países, lo que representaría a la Isla ingresos mayores a U$D 6 mil millones al año.
Mirian confirma que su salario está en Cuba, donde gana mejor que sus otros colegas: 1,800 pesos cubanos o $U$D 75. “Si hay algo que pueda quedarse (el gobierno de Cuba), ese dinero va para educación, salud, alimentación de mi pueblo, porque somos un país bloqueado. Si tengo que salir para que lleguen la leche, el pan, la harina, todo eso, estoy de acuerdo”, dice Miriam, quien dejó en Cuba a su esposo e hijos.
Milenis González, fisiatra cubana del hospital San Vicente de Paúl, de Ibarra, prefiere no hablar de su salario, solo dice que extraña su hogar y que atiende de 14 a 16 pacientes en la mañana. “En la tarde permanezco en Fisiatría, diagnosticando a los que llegan referidos de otras casas de salud”.
El médico Lázaro Pino trabaja incluso jornadas nocturnas, cuando los pacientes lo buscan en su vivienda, cercana a un sub-centro de Colimes (Guayas). Él dice creer en el proyecto “de hacer salud gratuita”. “A mí me basta con U$D 800, me va bien”.
Otro de sus colegas pide no mencionar su nombre y se queja, porque trabaja en un recinto rural donde carece de servicios básicos. “En el sub centro no tenemos agua potable, tampoco hay señal de teléfono móvil, los autobuses llegan en dos turnos al día”, se lamenta, pero asegura: “Estoy aquí para demostrar mi profesionalismo”. [Trabaja en condiciones parecidas a las de Cuba y no para demostrar su profesionalismo, sino buscar un medio extra de ingresos legítimo.]
Aunque los médicos cubanos aceptan las condiciones señaladas en los convenios, dos expertos en derecho laboral aseguran que se contraviene la ley. “A ellos les corresponde cobrar de manera directa, estamos ante un caso de intermediación laboral”, afirma Andrés Páez, asambleísta y profesor de Derecho Laboral de la Universidad Andina Simón Bolívar.
Con él coincide Roberto Gómez Mera, ex ministro de Trabajo y ex presidente de la Corte Suprema de Justicia. “En nuestra legislación eso no se puede hacer, el trabajador debe percibir íntegramente su salario”.
Páez agrega que, además, para ingresar al servicio público los médicos deben participar en un concurso, como señala el artículo 228 de la Constitución.
No obstante, el Ministerio de Salud Pública (MSP) respondió a este Diario vía correo electrónico* que “el Ministerio de Salud de Cuba es quien vela por las obligaciones patronales de los cooperantes cubanos, en el marco de un convenio de cooperación”. Y atribuyó a “políticas internas del gobierno cubano” el que no se les pague el sueldo completo a los galenos. [*En Cuba nunca hubiera respondido a tan atrevida, contrarrevolucionaria e impertinente pregunta. Despedido ipso facto, en el acto, el periodista.]
El embajador de Cuba en Ecuador, recalcó que los médicos reciben su salario en Cuba (que oscila entre U$D 50 y 70) y que con el estipendio de U$D 800 cubren sus gastos. “Si comen más, gastan más; si comen menos, gastan menos, o si les quieren mandar dinero a su familia a Cuba…, su salario [sueldos] y sus prestaciones sociales las reciben íntegramente en Cuba”.
[Añado: ¿Por qué este trapicheo* con nuestros profesionales? Además, a costa de crear una crisis asistencial en la Isla. Sencillamente, un contrato personal entre el profesional,- de cualquier rama-, con el empleador; que reciba su sueldo o salario integro en el país o empresa donde labora. En Cuba, pagaría a su retorno lo que se establezca para Seguridad Social e impuestos sobre la Renta Personal ¡Y punto! Si no son abusivos los impuestos sobre la Renta, no habrá problemas. NO se van a quedar porque en Cuba todo es más barato, aunque sea de momento, porque tienen su familia y raíces y porque pueden volver a ser contratados cada vez que quieran y los demanden. Es lo racional. No tiene sentido que el M. de Salud Pública esté metido a negociador, infringiendo las leyes de otros países. Además, desaparecería el aparato parasitario que vive de estas negociaciones turbias, con preferidos, amigos y amigotes, más regalitos para los que pueden hacer que te incluyan en la lista de contratados. ESA ES LA REALIDAD Y NO OTRA. (*Trapicheo: Ingeniarse, buscar trazas, no siempre lícitas, para el logro de algún objeto. DRAE.)
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[1] Citado por el historiador Octavio R. Costa.