Havana Times. Por Pedro Campos. Foto sin autor.
El 16 de abril, pero de 1,961, desde la esquina de 23 y 12 en el Vedado, en La Habana, Fidel Castro declaraba el carácter “socialista y democrático de la Revolución Cubana”.
Prácticamente desde los mismos años 60 muchos socialistas cubanos de distintas generaciones venimos denunciando el rumbo realmente antisocialista que tomó aquel proceso desde sus primeras medidas en el mismo 1,959, cuando además de desviarse del primario objetivo de restaurar la Constitución del 1,940 y la institucionalidad democrática, el Estado se apropió de enormes cantidades de tierras y empresas y mantuvo en estas el trabajo asalariado que tipifica al capitalismo como sistema económico de producción.
[Los años sesenta del siglo pasado, en Cuba, fueron de cambios trascendentales, guerra cuasi civil, emigración masiva y grandes reformas sociales. En lo político, el Movimiento 26 de Julio, principal fuerza contra la tiranía, pasó a ser parte de una coalición de organizaciones políticas muy diferentes en sus concepciones de cuál debería ser el futuro del país. Por ello, aunque fuera sólo para apuntar hechos destacados, sería conveniente y aceptable establecer desde el 1º de enero de 1,959 hasta la constitución de las Organizaciones Revolucionarias Integradas (ORI) que marcaron el fin de una época y el inicio de otra en lo político. Hasta esta fecha, gran parte del pueblo cubano apoyó sin reservas al M-26-7. Desde aquí, hasta 1,968, las cosas cambiaron radicalmente, siendo el punto culminante la llamada Ofensiva Revolucionaria de 1,968 que liquidó física y económicamente todo el sector de servicios y pequeña producción mercantil. Desde ella hasta el fracaso de la zafra de los Diez Millones,- Palabra de cubano: los Diez Millones van-, es otra la historia, que comienza a repetirse monótonamente hasta el presente. No fue, en absoluto, un período homogéneo: lo que comenzó con el apoyo de gran parte de la población ha terminado aislado.]
Por eso siempre lo hemos calificado como capitalismo monopolista de estado, nada que ver con el socialismo.
Las tierras incautadas por la Reforma Agraria, que según la Historia me absolverá, serían repartidas o convertidas en cooperativas, se mantuvieron como propiedad estatal y sólo se entregaron unos 100 mil títulos a colonos, aparceros y precaristas que ya tenían tierras arrendadas, las otras quedaron para ser administradas por el Gobierno.
La medida de carácter socialista más avanzada, fue la creación del Sistema de Cooperativas Cañeras en 1,960, controlado por el INRA (Instituto Nacional de Reforma Agraria), pero con limitaciones y dependencias que le permitieron a la propia dirección de esa entidad, cuando fue asumida por Carlos Rafael Rodríguez, en febrero de 1,962, desactivarlo completamente y convertirlo en un sistema de “granjas del pueblo”, con trabajadores asalariados.
[No es ocioso recordar aquí, que Carlos Rafael Rodríguez era el principal portavoz económico e intelectual del Partido Socialista Popular, PSP, aliado del gobierno desde finales de 1,956, al que previamente combatió e incluso intentó una alianza con batista en los primeros meses de 1,952. El PSP no se opuso a esta medida.]
En virtud de aquella decisión, 120 mil cooperativistas que cultivaban y cosechaban el 50% de la caña del país, tenían creados sistemas productivos de autoconsumo de alimentos para ellos y su zonas aledañas y estructurada una milicia de 70 mil hombres, con zonas de autodefensa y protección, fueron convertidos en asalariados del Estado y desactivadas sus organizaciones productivas y de defensa.
Raúl Castro temía a ese otro ejército de trabajadores, no controlado por las FAR, y el Che, desde el Ministerio de Industria, no quería pagar la caña a las cooperativas porque se oponía a las “relaciones monetario mercantiles en el socialismo”, aspiraba a controlar las tierras dedicadas a la caña y rechazaba el cooperativismo, según testimonios personales del director general de las Cooperativas Cañeras, el ingeniero Eduardo Santos Ríos, contados al autor de este artículo.
[Con el debido respeto, el Dr. Guevara conocía demasiado bien los errores del socialismo soviético, como para caer en la tontería de negar las relaciones monetarias mercantiles en el socialismo, menos aun en una etapa incipiente, rudimentaria. Es una afirmación demasiado alejada de la realidad afirmar que había “120 mil cooperativistas que cultivaban y cosechaban el 50% de la caña del país, tenían creados sistemas productivos de autoconsumo de alimentos para ellos y su zonas aledañas y estructurada una milicia de 70 mil hombres, con zonas de autodefensa y protección”. Esto, en el mejor de los casos, era una aspiración, no una realidad. Además, el Dr. Guevara estableció en el M. de Industria todo un sistema de estímulos materiales por los resultados del trabajo y cierto grado de independencia administrativa para el Director y su consejo, que no se ha vuelto a repetir, ni de lejos. Discrepo de estas afirmaciones no sustentadas por los hechos.]
Por esas razones y para comprometer a Carlos Rafael Rodríguez con el discurso contra Aníbal Escalante y el “sectarismo” un mes después, se desactivaron las Cooperativas Cañeras y fue decretado el inicio de la destrucción de la industria azucarera cubana, pues a partir de entonces se hizo masiva la emigración campesina hacia la ciudad, las granjas se quedaban sin obreros y se aceleraron los planes de “industrialización” de la siembra, cultivo y cosecha de caña, que elevaron los costos y perdieron el interés material del cañero en la producción.
[En verdad, estoy sorprendido. He leído otros artículos del compañero Pedro Campos muy interesantes. Este es un disparate total, por decir lo menos. En la época que Carlos Rafael estuvo al frente del INRA el sectarismo tenía otras actividades, como la infiltración en todas las ramas del estado, desactivación de los antiguos combatientes de la Sierra y el Llano del Movimiento 26 de julio (M-26-7), o de otras organizaciones similares. El desastre de la industria azucarera comenzó precisamente cuando se desvinculó el pago de los resultados: la burocracia estatal y partidista se entrometió en todo lo que se podía hacer. Escribir que “Por eso siempre lo hemos calificado como capitalismo monopolista de estado… lo sitúa al lado de la micro fracción de Aníbal Escalante. Es un desliz por una pluma caliente o es un viejo y recalcitrante ñangara* cubano desde siempre.] (*Ñangara: 2. com. Despectivo, coloquial. Cuba, Hond. y Ven. Militante o simpatizante de un partido de izquierdas. DRAE.)
También en los primeros años muchas cooperativas que existían desde la épocas anteriores como la de Ómnibus Aliados, la ACTIA (Asociación Cooperativa de Trabajadores de la Industria Aeronáutica) para la construcción de viviendas y mercados para los trabajadores del aeropuerto de Rancho Boyeros y otras agrícolas, pesqueras y manufactureras, fueron estatizadas y sus trabajadores convertidos en asalariados o simplemente desactivadas. No olvidar las clínicas mutuales que existían en toda Cuba, convertidas en entidades de Salud administradas centralmente por el Estado.
[Esto fue otro de los errores voluntaristas del Dr. Fidel Castro Ruz. Su falta de conocimientos políticos aplicados a la economía concreta de un país, lo llevaron a la dirección unipersonal del Estado, a meterse en todo, destruir lo que funcionaba bien,- como las clínicas mutualistas que ahorraban millones al Estado, o las pocas cooperativas de consumidores y productores que existían en Cuba en lugar de estimularlas, cosa que tampoco se está haciendo ahora.]
El rechazo de la dirección “revolucionaria” al movimiento cooperativo y autogestionario de los trabajadores, encontró su colofón en la llamada Ofensiva Revolucionaria de 1,968, donde cerca de un cuarto de millón de pequeños negocios individuales, familiares y cooperativos fueron estatizados en nombre del socialismo.
[Autogestionario es un simple recurso dialéctico para no llamarlo por su nombre: pequeña propiedad privada, fundamentalmente, mercantil o de servicios. Es lo que hoy mal vive bajo el otro eufemismo de “trabajadores por cuenta propia”, “cuentapropistas” en cubano de a pie. Las cosas como son, no como uno quisiera que fueran, en este caso, Pedro Campos.]
En honor a la verdad histórica, tanto estatalismo no se encontraba en el programa del Partido Socialista Popular, viejo Partido Comunista, pues en este se consideraba al cooperativismo y al trabajo privado libre como partes esenciales del socialismo y muchos viejos comunistas se oponían a ese rumbo. [Si se opusieron, lo hicieron de “una callada manera” porque jamás existió un debate en el PSP sobre este rumbo incorrecto.]
[En honor a la verdad histórica, el PSP, era un partido político más al triunfo de la insurrección. Sus problemas de sectas y camarillas comenzaron desde la sucesión del destituido,-por las pugnas internas-, moribundo Rubén Martínez Villena, cuando un grupo quiso seguir las orientaciones de la Internacional Comunista “suavizando” o deteniendo la lucha social en Cuba a favor de obreros y campesinos explotados; otros insistieron en seguir buscando lo mejor posible dentro de la legalidad. Los mejores cuadros se separaron,- o fueron “olvidados”-, cuando comenzó la lucha por la legalización del partido, cuando se luchó contra Guiteras, el ABC, o el Directorio Estudiantil Revolucionario y no contra el coronel batista y los intereses estadounidenses y cubanos azucareros que lo apoyaban, junto a los grandes terratenientes nacionales. División que se agudizó cuando el partido,- está en los Fundamentos del Socialismo en Cuba, de Blas Roca-, encontró “pasos progresistas” al ya general batista, o cuando primero se luchó contra la participación de cubanos en la “guerra imperialista”, sin decir ni pío de la anexión de los países bálticos, parte de Polonia o la guerra del imperio estalinista contra Finlandia que, por cierto, perdieron. Después del ataque nazi a la URSS, entonces sí podían ir cubanos a la misma guerra que antes era calificada de imperialista. Primero luchó el PSP contra el Frente Popular y después lo quiso, cuando convenía a la URSS. El precio de todo ello fue el reconocimiento diplomático de la “patria rusa” por los EE.UU.
Busque la relación de representantes del partido en la Constitución de 1,940: se llevará muchas sorpresas. Hasta Eusebio Mujal Barniol fue uno sus representantes y Carlos Rafael Rodríguez ministro de trabajo en el gabinete de batista. De esta,- y otras muchas luchas-, nunca se habla; ni siquiera se menciona al geógrafo Jorge Vivó, y muchos más expulsados, incluido Julio Antonio Mella, asesinado por la Internacional en México por intentar preparar una expedición armada para luchar contra machado. Igual que en el 1,936-39, con sus cambios de “casaca” en favor de Batista, que les dio la CTC y el control del movimiento obrero, del cual vivieron muy bien. Por ello fue que el Dr. Carlos Prío Socarrás les pudo dar con las puertas en las narices en 1,948 y no paso nada. Los oportunistas de toda laya son de esa época.
El partido creció con la caída de machado siendo desplazados los antiguos sindicalistas por los nuevos “cuadros” afines a Moscú. De esas aguas es Fabio Grobart,- que desembarcó clandestinamente en los años 35-40 por el puerto de Batabanó-, representando la Internacional en Cuba: el dirigente más protegido durante la tiranía de batista. Hubo una profunda fractura entre la línea de austeridad, selección y diferenciación entre militante (el que era subvencionado por el partido) y el simpatizante, que ayudaba en lo que podía y con lo que tenía a mano, pero no se exponía. Vaya, como ocurrió con el triunfo de la insurrección contra batista y su régimen. En 1,959, con profundas divisiones entre los viejos camajanes partidistas y la Juventud Socialista, que fue la que puso los muertos. El PSP se opuso a la lucha armada contra la tiranía hasta bien entrado 1,956. Después de triunfar la insurrección, dio ingreso a cuanto oportunista, delator, colaboracionista encubierto pudo.]
(*Jorge A. Vivó Escoto (La Habana, Cuba, 22 de febrero de 1906 - 13 de julio de 1979) fue un geógrafo, investigador y profesor nacionalizado mexicano, emérito de la Facultad de Filosofía y Letras de la Universidad Nacional Autónoma de México. (1 2) Es considerado una figura trascendente para la enseñanza de la geografía en México. (1) “Su verdadera vocación fue la enseñanza, en la cual se inició desde 1923 en Cuba, y que tuvo que abandonar en 1929 por su participación activa en la lucha política contra las dictaduras, primero, de Gerardo Machado, y después de Fulgencio Batista.” Recuerde que el sargento taquígrafo batista, no surge como figura política hasta el derrocamiento de machado, con el Golpe de Estado de “Clases y Oficiales” y sólo alcanza relieve nacional a partir de 1,934-35. Faltan datos en esta, la única encontrada, biografía de Vivo.
Ya en épocas posteriores cuando el llamado “Período Especial, la animadversión de la “Revolución” hacia la autogestión de los trabajadores se puso de manifiesto en el desmantelamiento de más de la mitad de los centrales azucareros y de miles de industrias, que prefirieron cerrar antes que entregar a los trabajadores, y en su decisión de compartir la propiedad de empresas importantes con el capital extranjero, manteniendo el trabajo asalariado.
[Confieso que no entiendo nada. De dónde saca Pedro que “la animadversión de la “Revolución” hacia la autogestión de los trabajadores se puso de manifiesto en el desmantelamiento de más de la mitad de los centrales azucareros y de miles de industrias, que prefirieron cerrar antes que entregar a los trabajadores… Las cosas como son: no fue la animadversión de la Revolución. Fue una decisión del Dr. Fidel Castro Ruz, basada en los sucesivos y continuados fracasos de la industria y la agricultura cañera. Se trajo como ministro de la industria azucarera a un hombre que había dedicado toda su vida al ejército, preparado para el mando militar, que no conocía la industria. Fue uno de los cientos de errores del Dr. Castro, pero no lo fue “por animadversión” personal, mucho menos de eso general y etéreo que denomina “Revolución”. Había que cerrar los centrales menos eficientes. Eran más de 150. Pero ahí no debió quedar la transformación: volver al colono, al aparcero, entregar tierras, desarrollar cooperativas de producción azucarera y de consumo para la industria. Tal y como existen en toda Europa y buena parte de América. NO se hizo porque NO se cree de verdad en el socialismo como una opción económica: por eso lo dieron a empresas capitalistas más eficientes que el estado capitalista monopolista ineficiente cubano.]
Muchos capitalistas, antes de cerrar sus empresas, han preferido compartir la propiedad, la responsabilidad y las ganancias con sus trabajadores. Hoy las sociedades por acciones, las cooperativas y muchas otras formas asociativas, están extendidas en todo el capitalismo mundial.
El verdadero y principal enemigo de la autogestión de los trabajadores siempre fue el mismísimo líder Fidel Castro, tal y como se evidencia en un artículo precisamente publicado bajo la firma del Ingeniero cubano-brasileño Moustafa Hamze Guilart, quien nos descubre un intercambio del fallecido gobernante cubano con estudiantes chilenos, cuando su famoso viaje a Chile.
[No fue “El verdadero y principal enemigo de la autogestión de los trabajadores siempre fue el mismísimo líder Fidel Castro”. No fue el enemigo, sino que nunca entendió el socialismo, nunca fue materialista. Fue un gran líder de masas, dotado de un poder de convencimiento extraordinario. Sólo y derrotado, aparentemente, con doce hombres y dos fusiles, exclamo aquello de “Ahora sí ganamos la guerra” remedo de la Carlos Manuel de Céspedes en condiciones similares cuando proclamó: “¡Aún quedan doce hombres! Bastan para hacer la independencia de Cuba.” No era un loco, sino un visionario y esos, sólo traen ruina y amargura. Era hombre de valor personal extraordinario; de múltiples conocimientos y de un apego sin fisuras a sus leales. El verdadero enemigo de la autogestión fueron los burócratas que lo aplaudieron, que no tuvieron el valor ético de enfrentarse a sus desvaríos. Fue la falta de una organización política capaz de cesar al Dr. Fidel Castro Ruz cuando el fracaso de la Zafra de los Diez Millones. Que es lo que habría ocurrido en cualquier movimiento político de otro país u organización.]
Allí, refiriéndose al control de los trabajadores sobre las empresas, la autogestión, la esencia del socialismo marxista, se encuentran frases como estas:
“Nosotros no queremos crear privilegios en el seno del pueblo. Nosotros no queremos corromper a la clase obrera.
¿Vamos a cambiar el esqueleto burgués por otro esqueleto tan burgués como el otro? ¿Vamos a trabajar mediante procedimientos fiscales, impuestos, luchas? ¿Sustituir las clases históricas por clases artificiales y tener obreros ricos y obreros pobres, y trabajadores que porque no trabajan con las máquinas no tendrían nada? ¿O vamos a introducir el mercantilismo en las escuelas, y cobrarlas, en las universidades?
No hablen de regímenes de impuestos, que en el fondo todo eso es una mentira.
Y puesto que me hicieron la pregunta sobre esta cuestión, digo con toda claridad que es maquiavélico, que es diabólico, que es irresponsable, que es criminal cualquiera que en nuestra Patria —o, a nuestro juicio, en cualquier parte— se le ocurriera semejante locura”. Fin de la cita. [Es una sana costumbre poner la fuente de todo artículo del cual se ha extraído una parte. En el viaje a Chile, el Dr. Castro reconoció y aconsejó no repetir “la Segunda Reforma Agraria” del año 1,968 que terminó de hundir la actividad económica independiente. En lugar de rectificar, conociendo el daño, nunca ha aceptado haberse equivocado. Un hombre con este defecto NO debe ser dirigente de un estado.]
Queda, entonces, muy claro por qué el estatalismo de los Castro jamás ha mencionado siquiera la Autogestión Socialista, por qué su rechazo al cooperativismo independiente y al trabajo libre, sea privado o asociado, por qué jamás han entregado una empresa a sus trabajadores y todo su “cooperativismo” es dependiente del Estado y está sujeto a infinidad de restricciones.
En verdad nunca la llamada Revolución Cubana enrumbó hacia el socialismo. Nunca tuvo carácter socialista. En todo caso, lo que allí se declaró fue el carácter estatalista, neoestalinista y por tanto antisocialista del camino determinado por el líder y sus más allegados.
[Estas conclusiones están fuera del contexto histórico del momento: el 17 de abril de 1,961 se buscó el apoyo de la URSS, su compromiso y ayuda frente a la agresión militar de los EE.UU., se pidió la solidaridad del resto del mundo que admiraba,- en aquel momento-, “la Revolución Humanista”, “Tan verde como nuestras palmas”, que quería “Pan sin Terror”. Posteriormente, desde Kennedy hasta Carter, pasando por Reagan, hubo muchas oportunidades de variar el rumbo político y económico. De no hacerlo, son responsables todos los que dirigieron el Estado y el Partido, especialmente después del fracaso de la Zafra de los Diez Millones. Con los compromisos hechos con los rusos de institucionalizar el Estado,- El Poder Popular, ese si es Poder-, organizar la economía (JUCEPLAN), diversificar la agricultura y la industria. La Historia no es blanca o negra, ni como uno quisiera que fuera, amigo Campos. Menos sectarismo y dogmatismo y más análisis económico y político: más dialéctica,- lucha de contrarios-, y menos opiniones personales, respetables, aunque fuera de contexto histórico, económico, social y político. R.]
Gestión con final feliz.
Abriendo la calle para instalar el agua. Foto: s/autor
Havana Times. Por Luis Rondón Paz. Finalmente, después de casi 5 años luchando contra la burocracia, lidiando con el oportunismo institucional y la corrupción, logré que la empresa estatal Aguas de La Habana efectuara la instalación de la tubería independiente para el abasto de agua en mi casa.
(…) Aunque tengo que admitir que en varias ocasiones estuve a punto de hacer alguna que otra semejante tontería, por sentirme desesperado e indefenso ante la burocracia institucional cubana, que con su indolencia te aplasta, te humilla y prácticamente te destruye el alma. Por experiencia, estoy convencido de que estos son algunos de los elementos que más daño hace a la población cubana que vive al día a día como puede.
Y bien, les cuento cómo fue que logré ese final feliz:
Hace un tiempo, escribí sobre la gestión sin solución sobre mi gestión con el agua, la cual en el nivel que se encontraba, según palabras de algunos de sus funcionarios, no tendría salida a corto plazo utilizando los canales formales. “Tienes que inscribir tu solicitud nuevamente”, decían. Yo no me conformé con esa respuesta y comencé a buscar canales alternativos, conseguí asesoría legal con mi abogada, y fui recomendado con algunas amistades de ella para ver si se podía presionar por algún canal institucional a la empresa Aguas de La Habana.
Penetrar en el engranaje burocrático de esa institución es más difícil que conocer el estado real de las finanzas en Cuba, pensé mientras recibía la negativa de cada uno de los contactos a los que fui recomendado para tramitar mi gestión, hasta que por medio de una vieja amistad de mi madre logramos meter nuestro caso en el sistema nacional de Aguas de La Habana en forma de queja por mal servicio. “Ahora solo queda esperar”, decía el contacto de la empresa en cuestión.
Pasaron quince días, hasta que una mañana de diciembre, un inspector de Aguas de la Habana se presentó en mi casa para tomar “información específica sobre el caso”, decía a la par que nos tomaba los datos de identidad y las características del inmueble. “Su caso está ya en la lista de quejas”, deben esperar unos días más para que les informen qué acción se tomará desde la Dirección de Aguas de la Habana, para que la Dirección Territorial en Boyeros atienda su caso”, concluyó.
“Bueno, a seguir esperando,” dijo mi madre con cara de que esto demorará más que la eliminación de la doble moneda, y yo contando hasta 10 para no mandarlo todo al carajo. “Paciencia, Luis, paciencia”, decía para mi interior.
Ese mismo día, supe que había una persona que por una moderada suma de dinero lograba, en menos de dos semanas, resolver mi problema. Intenté establecer contacto con el sujeto en dos ocasiones sin éxito. Cuando pensé hacerlo en la tercera, supe por mi contacto en la Dirección Nacional de Aguas de La Habana que mi queja había sido aprobada, por tanto, era lógico que la Dirección Territorial en Santiago de Las Vegas ya manejara la orden para tramitar mi caso, así que la instalación de la acometida no demoraría mucho. Eso creía.
Pasaron 15 días y nada sucedía en el lugar. Hasta que mi madre me comentó que el delegado había pasado por mi casa para invitarme a la rendición de cuenta, pues estaban invitados los funcionarios del municipio para informar de su trabajo a la población. Yo de casualidad había pasado ese mismo día por la Dirección Territorial, lugar donde me informaron que no conocían de mi queja y que la única persona autorizada para informarme del caso era la directora, la cual estaba en una reunión en el Gobierno y no tenía horario de regreso.
“Bueno, a ver qué me dice la directora en la reunión de esta noche,” pensé y recluté a un familiar para que me sirviera de asistente para mi intervención en el encuentro, porque yo tenía que grabar en video lo que tenía que decir delante de todo los funcionarios públicos.
Así lo hice, y me costó caro. Cuando terminó aquello, en la puerta de mi casa se presentó una patrulla de la Policía Nacional Revolucionaria (PNR), demandando que inmediatamente debía rendir declaración en la estación, porque habían recibido una “llamada anónima” denunciando que la rendición de cuenta estaba siendo grabada. Ese acto fue delante de todos mis vecinos y al frente de mi madre que, pese a su joven edad, padece varios problemas de salud.
Para no hacer larga la historia, cuando expliqué que se trataba de un evento público, al frente de mi casa, el oficial que me interrogó tuvo que reírse, pedir disculpas y dejarme ir. Es importante agregar que estuve retenido en la estación de policía por dos horas.
Al llegar a mi casa supe la indignación de varios de mis vecinos y encontré a mi madre con dolor de cabeza producto de la humillación que tuvo que presenciar. Por gusto, porque al final no incurrí en delito alguno, solo ejercí mi derecho como cualquier ciudadano cubano.
Pasaron varios meses del incidente y el delegado nunca vino a pedir disculpas por haber permitido el “mal entendido”. Suceso que casi le causa la muerte a mi madre.
Pasaron tres meses y nada se movía. Pues la Dirección Territorial de Aguas de La Habana en Boyeros usaba el pretexto de que ya mi caso estaba aprobado, y había que esperar que la dirección de proyecto diera la orden de ejecución.
En eso estuvieron tres meses. “Ahí va Luis a contar nuevamente a contar hasta 10”, decía para mi interior tragando indignación por sentirme impotente. Entonces, determiné hacer nuevamente otra queja con un enfoque distinto, directamente con el sistema de atención a la población perteneciente a la Dirección Nacional de Aguas de La Habana en el capitalino vedado habanero.
Conclusión: producto de mi última queja, en conjunto con la presión que ejercí desde el Gobierno de Boyeros, en menos de un mes, la dirección territorial en Boyeros de Aguas de La Habana, finalmente ejecutó la instalación del agua independiente en mi casa.
Se puede decir que, hubo un final feliz, pero demasiado caro, muy caro, y siento vergüenza solo de pensar que otra persona en Cuba tenga que pasar por tanto, para obtener algo tan simple como una instalación independiente de agua.
Esto queda como ejemplo de que las organizaciones cubanas, deben cambiar el modo en que trabajan. De lo contrario el país seguirá estancado en la inercia, la indiferencia, la indolencia, la corrupción y el oportunismo.
[Esta es la “simple” y sencilla verdad y realidad del cubano de todos los días. ¡Y salió bien!]
DE CUBA Y DEL MUNDO TRAIGO UN CANTAR…
El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy y Carles Puigdemont, presidente de la Generalitat. PAU BARRENA / GETTY IMAGES
Políticos: A examen | Opinión | EL PAÍS Por Manuel Vicent. “Para descubrir si un político merece tu voto trata de imaginarlo como ese ciudadano corriente que contribuye a tu felicidad cotidiana.” [diaria] Inténtelo en cualquier país, especialmente en Cuba, y llegaremos a las mismas conclusiones.
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¿Habrá cambios significativos? CubanetCubanet [No hay información confiable al respecto. Muchos afirman que sí y apuntan a cinco aspectos y muchos otros lo niegan. Esperemos por los hechos y que no salga perjudicado el pueblo cubano.]
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