Se crio en el campo y durante su
niñez recibió clases de Gramática y Latín con los frailes del Convento (…), en Bayamo, quienes lo acogieron como discípulo. Posteriormente, en el Convento
de Santo Domingo, llevó cursos de Lógica y Ética. Pasó de allí a La Habana, donde fue aceptado como alumno del (…) Seminario de San Carlos y
San Ambrosio. Posteriormente en la Real y Pontificia Universidad de La Habana obtuvo el grado de bachiller en Derecho Civil, el 22 de marzo de 1,838.
Doctor en derecho. El 3 de enero de 1,840, nace su primer hijo varón. En ese mismo año,
parte rumbo a Europa; obtiene su licenciatura en Derecho en
la Universidad de
Barcelona y posteriormente el doctorado.
Exilio en Europa. En 1,843 participa en la insurrección del
General Juan Prim, por lo que sale de allí como exiliado político rumbo a Francia. Recorrió después Inglaterra, Suiza, Turquía, Grecia, Alemania e Italia antes de regresar a Cuba en 1,844, por lo que dominaba y se expresaba correctamente
en (…) inglés, francés y el italiano. Conocía y manejaba desde
pequeño el latín y
el griego.
En 1,844 abre en Bayamo un bufete y escribe poemas y un folleto en el que
hace la defensa de Cuba. Secretamente inicia sus planes
independentistas. Hizo la traducción al español de algunos cantos de
la Eneida que nunca publicó y escribe
también la comedia Las dos Dianas.
En 1,845 Francisco Vicente Aguilera era prominente propietario de tres ingenios azucareros mecanizados,
en la zona de Manzanillo. El ingenio de Pedro Figueredo y «La Demajagua», ingenio
de Carlos Manuel de Céspedes, también estaban en Manzanillo.
El problema de los esclavos negros era mucho mayor en Occidente, en las
cercanías de La Habana, donde se abusaba en exceso de
ellos, mientras que en la zona de Oriente se empezaba a sustituir, en
parte, la fuerza humana que aportaban los esclavos, por la fuerza obtenida a
través del vapor y las transmisiones mecánicas.
«La Bayamesa» —la primera canción amorosa
cubana que recoge la historia— fue interpretada por primera vez —según se dice—
el 27 de marzo de 1,848. La
letra fue compuesta por José Fornaris, la música es de Carlos Manuel
de Céspedes y Francisco Castillo Moreno. «La Bayamesa» fue tomada por los patriotas
cubanos, los cuales le cambiaron la letra e hicieron de ella un himno combativo
en contra de la nación que los oprimía.
En 1,852 participó en la rebelión de Las
Pozas e ingresa a la cárcel al ser detenido por su actitud política contraria
a España. Tuvo de compañeros de celda a su tío Lucas del
Castillo y al poeta José Fornaris y Céspedes. En otras dos ocasiones vuelve a pisar la prisión,
donde continua componiendo poemas y haciendo traducciones. Esto sucede
durante el primer y segundo período del capitán general de Cuba, el general Gutiérrez de la Concha.
Este abogado y terrateniente
bayamés amaba la música, la poesía ; practicaba esgrima, equitación, ajedrez, y como conspiraba en la sociedad de recreo y en la logia masónica de su ciudad natal es desterrado dos veces.
Desde 1,856, destaca como abogado y hombre de negocios en la
ciudad de Manzanillo, lugar al cual se traslada su residencia. La producción literaria de
Céspedes fue abundante y variada.
En 1,867, por la suma de 81mil dólares compra el Ingenio de La Demajagua en Manzanillo.
En agosto, se reúnen en la recién fundada logia masónica de Bayamo, (…), Francisco Vicente Aguilera y Francisco Maceo Osorio. Aguilera es nombrado venerable
maestro, pero en realidad
preside un comité insurreccional. La siguiente reunión fue en la Casa
de Pedro Perucho Figueredo. Allí mismo, Figueredo se sentó al piano y compuso la música del Himno Nacional de Cuba. Se integra el Comité de Bayamo y ausculta Holguín, Santiago, Camagüey y Las Villas. Céspedes encabeza la conspiración en Manzanillo.
1,868: El Comité de
Bayamo fija el 24 de diciembre como fecha de inicio de la rebelión.
Céspedes, impaciente, adelanta la fecha al 14 de octubre, pero la conspiración es descubierta por el
capitán general Valmaseda. El 7 de octubre se recibe telegrama cifrado
en Bayamo, ordenando detener a Céspedes. El telegrafista Nicolás
de la Rosa, previene a
Céspedes a través de un sobrino de este llamado Ismael Céspedes, (…). [Obviamente,
no quedaba otra opción que pasar a la insurrección.]
El 8 de octubre, Céspedes convoca a los patriotas a la
acción contra la dominación española. Empiezan a reunirse en el ingenio de La Demajagua de su propiedad, (que) se
encontraba al este de Manzanillo. En el ingenio redacta y discute el Manifiesto de la Junta Revolucionaria de la Isla de Cuba que habría de dar a conocer al día
siguiente. El mismo es conocido por ser el Plan de la Lucha de la Guerra
de los Diez Años y por
contener los objetivos de la misma.
El 10 de octubre, en su ingenio azucarero La Demajagua, se
alzó en armas, y al grito de « ¡Viva Cuba Libre!», llamado Grito de Yara, proclamó
la independencia de Cuba y dio la libertad a sus esclavos. Encabeza la
insurrección, dando inicio a la Guerra de los Diez Años, al
mando de 147 hombres y poco a poco va creciendo el número de partidarios que lo
siguen, llegando a tener
cerca de 17mil hombres.
El 18 de octubre, junto con Aguilera y Marcano toman la Ciudad de
Bayamo. Perucho Figueredo reparte volantes con la letra del Himno Nacional
Cubano y para el 20 de octubre se interpreta en Bayamo, por primera vez...
El 20 de octubre toma Bayamo y crea un gobierno que ayuda a los pobres.
Carlos
Manuel Céspedes es llevado en ese día y bajo palio* a la Iglesia
parroquial, donde se le asigna el título de capitán general de la Cuba Libre y
dirige un emocionado discurso, declarando la libertad de todos los esclavos
insurrectos. [Bajo palio: dosel. (*Del fra. dossier, o del cat.
dosser). 1. m. Mueble que a cierta altura cubre o resguarda un altar, sitial,
lecho, etc.)
Pronto se enfrenta a la oposición de
Camagüey, que no le perdona haber adelantado el levantamiento y haberse
adjudicado el cargo de Capitán General. Este grupo encabezado por Salvador Cisneros Betancourt, decidió mientras tanto retrasar su apoyo a la insurrección, lo cual
permitió a los españoles preparar con más comodidad la recuperación de Bayamo.
Dulce, el nuevo capitán general
español, crea el Consejo Administrativo de Bienes Embargados y confisca todas
las propiedades de los insurrectos. Ante las diferencias de
los jefes rebeldes, fundamentalmente los de Camagüey, el 10 de abril de 1,869, en el pueblo de Guáimaro, se proclama la Constitución del
mismo nombre
que es redactada por Ignacio Agramonte y Antonio Zambrana. Aprobada por todos nace allí la República de Cuba en Armas y las discrepancias
políticas entre los líderes de Camagüey, Bayamo y Manzanillo quedan zanjadas. En
la Asamblea de Guáimaro,
Céspedes es elegido como el primer presidente de la República de Cuba en Armas
y sigue combatiendo. La
esclavitud queda abolida. Salvador Cisneros Betancourt preside la Cámara
de Representantes y Manuel de Quesada y Loynaz es
nombrado jefe del ejército. La Cámara tiene facultades para destituir al
presidente y al jefe militar.
Céspedes ambicionaba la Independencia total y
absoluta de Cuba, mientras que Cisneros Betancourt se inclinaba por la anexión
norteamericana. El gobierno
en armas, establece su asentamiento en Guáimaro, pero no tardan los
españoles en desalojarlo de dicho lugar.
1,870: Es hecho prisionero su hijo Oscar por las tropas
españolas. El general Caballero de Rodas le envía el mensaje a Céspedes que
dejaría en libertad a su hijo si renunciaba a continuar la lucha por la
Independencia. Céspedes responde: «Dígale al general Caballero de
Rodas que Oscar no es mi único hijo: soy el padre de todos los cubanos que han
muerto por la Revolución». El 3 de junio Oscar era fusilado, por
esa razón los cubanos llaman a día de hoy a Céspedes «Padre de la Patria».
(…)
1,871: Carlos
Manuel de Céspedes le anuncia (…) la captura de toda la familia de su hermano Pedro Céspedes por los
españoles y que la familia de su hermano Javier logró escapar pero perdiéndolo todo.
1,873: Caída de Agramonte y deposición: Las acciones
militares del mayor general Ignacio Agramonte en
Buey, Curaná, Lázaro y Cocal del Olimpo, abriéndose paso para burlar la línea
defensiva de Júcaro a Morón y llevar la rebelión armada a través de Las Villas hasta
el extremo occidental de la Isla, suponía una gran victoria y el reconocimiento
mundial de una República en Armas, unificada por un mismo ideal. No quiso el
destino que fuera Agramonte quien realizara esta hazaña, pues una bala enemiga,
el 11 de mayo de 1,873 en el potrero de Jimagüayú
lo derriba y pierde la vida.
Por la
desunión entre los cubanos, Céspedes es depuesto. En relación con su salida de
la Presidencia de la República de Cuba en Armas, la cual
tuvo lugar el 28 de octubre de 1,873, ocupando su lugar Salvador Cisneros Betancourt, Marqués
de Santa Lucía, dice (Céspedes):
<En cuanto a mi deposición he hecho lo que debía hacer. Me he
inmolado ante el altar de mi Patria en el templo de la ley. Por mí no se derramará sangre en
Cuba. Mi conciencia
está muy tranquila y espera el fallo de la Historia. Y pongamos aquí
punto final a la política. Carlos Manuel de Céspedes>
En el mes de diciembre, escribía
lo siguiente: Ayer me
dejaron en libertad (sic) [¿quién o quiénes?]y me
quedo en Cambute. Dicen
que me darán pasaporte y así puedes hacer lo que creas más acertado
sobre este particular, conforme a lo que arriba te digo; pero avisándome antes
con especificación, lo mismo que a Mariano. Carlos Manuel de Céspedes.
1,874: Muerte:
El salvoconducto jamás llegó y se ve obligado a internarse en un sitio
intrincado en plena Sierra Maestra a un lugar denominado San Lorenzo, en donde permanece acompañado
solamente por su hijo mayor Carlos Manuel, y donde enseña a leer y escribir a
los niños.
El 27 de febrero de 1,874, su
hijo estaba fuera del campamento, Carlos Manuel de Céspedes es sorprendido en San Lorenzo, por una
columna de soldados españoles del batallón de San Quintín, posiblemente
conducidos hasta allí por la denuncia de algún informante.
Abandonado a su suerte por la Cámara de
Representantes y sin alguna escolta, prácticamente ciego, intenta defenderse,
pues no permite que sus enemigos lo capturen vivo, y, ya herido de muerte, se
despeña por un barranco.
Destitución y muerte: Destitución de Carlos Manuel de Céspedes
Representante a la Asamblea de Guáimaro por la antigua provincia de Oriente, defendió*, en contra del criterio de Ignacio Agramonte y otros, la necesidad de un gobierno dirigido por los militares sin el peso de civiles que impidieran el desarrollo rápido de acciones militares. Por su labor en esta asamblea en torno a la búsqueda de la unidad, fue nombrado Presidente de la República en Armas. Su mandato se extiende desde 1,869 hasta el 27 de octubre de 1,873 en que la Cámara de Representantes lo destituye. (…) [* Los primeros jefes militares cubanos,- como se ha explicado precedentemente, generalmente carecían de experiencia militar. Agramonte, como buen civilista, defendía la subordinación de lo militar a la Asamblea, pero esto no era posible hacerlo con rapidez. Por ello Céspedes propuso jefes militares a cubanos y extranjeros con experiencia y como asesores civiles, a representantes de la Asamblea. Máximo Gómez fue el primero en ordenar una carga al machete contra los cuadros españoles. Había sido soldado, sargento y combatido en Santo Domingo. Este punto volvió abrirse en el 1,895 cuando Maceo y Máximo Gómez defendían la independencia de los militares en temas de guerra frente al gobierno civil que proponía el Apóstol. Aún hoy, el militarismo conduce a la tiranía y a la violación de cualquiera o todos los derechos civiles y democráticos.] Antonio Maceo y Grajales. Foto: Jaque mate a Martínez Campos | Informe Fracto
Durante meses se le ve vagando junto a la
impedimenta, pues el Gobierno le niega la autorización para abandonar el
séquito del gobierno y marchar al extranjero. Su objetivo: continuar
ayudando a la revolución. Finalmente al permitirle abandonar la sede del
gobierno, solo, privado de la escolta que por el alto cargo desempeñado le
correspondía, se retira a San Lorenzo, lugar intrincado donde funciona una
especie de hospital mambí. (…)
Su destitución, junto a la muerte de Ignacio
Agramonte un año antes, abonó el camino para que florecieran la indisciplina,
el caudillismo y el regionalismo que tanto le costarían al pueblo cubano en esa
guerra.
Sus
restos se encuentran sepultados en el Cementerio de Santa Ifigenia de
la ciudad de Santiago de Cuba.
Céspedes y el ajedrez: el hombre.
Carlos
Manuel de Céspedes tuvo una fuerte relación con el ajedrez en su vida, más allá de la simple práctica
del deporte. Estos son algunos de los hechos más relevantes:
Tradujo
del francés Las leyes del Juego de Ajedrez, libro escrito por el
maestro Louis-Charles
Mahé de La Bourdonnais y las publicó en el periódico El
Redactor, de Santiago de Cuba, a partir del 4 de octubre de 1,855.
Céspedes
jugó al ajedrez hasta en el día de su fallecimiento. El Padre de la Patria
jugaba ajedrez frecuentemente, con su ayudante Fernando Figueredo Socarrás. Las
piezas y el tablero solía llevarlas, a través de la manigua* oriental,
en un burro de carga llamado Masón. Pero cada vez que sonaban disparos el
animal corría espantado, aunque siempre regresaba al campamento mambí, al
renacer la calma. [*manigua. (Voz taína). 2. f. Ant. Conjunto espeso de
hierbas y arbustos tropicales.]
La
última vez que esto sucedió fue capturado por las fuerzas españolas, las
cuales, posteriormente, devolvieron a Céspedes los objetos que transportaba el
burro Masón, pero retuvieron las piezas y el tablero, alegando que el ajedrez
podría servir a los mambises para planear tácticas de guerra”. Fin.
https://es.wikipedia.org/wiki/Carlos_Manuel_de_C%C3%A9spedes_y_del_Castillo
Nota del Editor: “El que esté libre de pecado que
tire la primera piedra”, dijo el Señor. Céspedes cometió pecados veniales, menores, en el
desempeño de sus funciones. Por su formación y educación, en
ocasiones exigía atenciones personales impropias de la situación de la guerra
que le granjearon enemigos personales. Si puede encontrar la edición
secuestrada del “Diario de un soldado” en tres tomos, de Fermín Valdés Domínguez,
encontrará mucha tela divertida o insidiosa e ilustrativa de lo que fue la
Guerra de los Diez Años y las interioridades de sus personajes principales,
incluido el Marqués de Santa Lucia. De lo que no cabe duda,- para mí-, es que Carlos Manuel de Céspedes será siempre
recordado como el Padre de la Patria
porque lo es de todos los que luchan o lucharon por la libertad de Cuba.
Me he permitido introducir
algunas pequeñas aclaraciones que están entre corchetes o entre paréntesis.
Algunas por estimarlas no relevantes y otras para precisar los contenidos. Si UD. desea leer el texto
original puede “pinchar” el vínculo a es.wikipedia.org cuyo excelente
recopilatorio está ajustado a la verdad histórica. En el blog 271 puede
encontrar la entrevista entre los generales Máximo Gómez Báez y Arsenio
Martínez-Campo. Muy esclarecedora.
Situación en España:
Creo que para comprender cabalmente la situación de la colonia de Cuba es imprescindible conocer lo que estaba ocurriendo en la Metrópoli en un período aproximadamente similar al que se desarrollaban los acontecimientos insurreccionales en la Isla. Especial importancia tiene la Gloriosa porque significo cambios transcendentales para la propia España y, por ende, para sus colonias. El texto siguiente es de es.wikipedia.org y, al final, añadimos el vínculo de la Universidad de Valladolid, España. Espero haya sido útil este esfuerzo para la comprensión de nuestra Historia y su lucha por la Libertad. R.
“La Revolución de 1,868, llamada la Gloriosa o Revolución de Septiembre o la Septembrina, fue una sublevación militar con elementos civiles que tuvo lugar en España en septiembre de 1,868, la cual supuso el destronamiento y exilio de la reina Isabel II y el inicio del período denominado Sexenio Democrático (1,868-1,874). Retrato del Gral. Arsenio Martínez-Campos. Adquisiciones del Archivo Histórico Nacional | Ministerio de Cultura y Deporte. España.
Como señaló la historiadora María
Victoria López-Cordón, «la Revolución de
Septiembre fue una brusca sacudida en la historia del siglo XIX español, cuyos efectos se dejaron
sentir ampliamente en toda la geografía del país», 1 ya que a partir de ella tuvo lugar en
el país el primer intento de su historia de establecer un régimen político democrático, primero en forma de monarquía parlamentaria, durante el reinado de Amadeo I de Saboya (1,871-1,873), y después en forma de república, la Primera República (1,873-1,874). Sin embargo, ambas fórmulas acabaron fracasando.
A mediados de los años 1,860, el descontento contra el régimen
monárquico de Isabel II era patente y el moderantismo español, en el poder desde 1,844, salvo los intervalos del bienio progresista (1,854-1,856) y los gobiernos de la Unión
Liberal (1,858-1,863), se encontraba en una fuerte crisis interna. Por su
parte, el Partido Progresista, con Pedro Calvo Asensio como uno de sus impulsores, había
optado por el retraimiento en las
elecciones para deslegitimar las Cortes que salieran de ellas. En 1,864 volvió
al poder el general Narváez, que tuvo que abandonarlo tras los
trágicos sucesos de la Noche de San Daniel, siendo
sustituido por el general Leopoldo O'Donnell.
En junio de 1,866 tuvo lugar una insurrección en
Madrid para acabar con la Monarquía de Isabel II que fue dominada por el
gobierno de la Unión Liberal del general O'Donnell y que fue conocida como
la sublevación del cuartel de San Gil, porque fueron los sargentos de este cuartel de artillería
los que protagonizaron el alzamiento. Al mes siguiente, la reina Isabel II destituyó al general O'Donnell por considerar que
había sido demasiado blando con los insurrectos, a pesar de que habían sido
fusilados 66 de ellos, y nombró para sustituirle al general Narváez, líder del Partido Moderado. 2
Narváez adoptó inmediatamente una política autoritaria y represiva, lo que hizo imposible el turno en el poder con la Unión Liberal de O'Donnell, que entonces optó por hacer el
«vacío en Palacio» —según la expresión del propio O'Donnell—, lo que
significaba el retraimiento en el Senado, pero
a lo que se negó en rotundo el líder unionista fue a pactar ninguna iniciativa
con los progresistas, con los que estaba «dolido por los acontecimientos del cuartel de San Gil, en especial con Prim», líder del Partido Progresista y de la coalición de fuerzas que pretendía el derrocamiento de
Isabel II. Solo tras la muerte de O'Donnell, en noviembre de 1,867, se sumaría
la Unión Liberal —liderada entonces por el general Serrano— al pacto de Ostende que habían firmado un año
antes progresistas y demócratas. 3
La crisis económica de
1,866-1,868: A principios de 1,866 estalló la
primera crisis financiera de la historia del capitalismo español. Aunque estuvo precedida de
la crisis de la industria textil catalana, cuyos primeros síntomas aparecieron
en 1,862 a consecuencia de la escasez de algodón provocada por la Guerra de Secesión norteamericana, el detonante de la crisis financiera de
1,866 fueron las pérdidas sufridas por
las compañías ferroviarias, que arrastraron con ellas a bancos y sociedades de
crédito. 4 Las
primeras quiebras de sociedades de crédito vinculadas a las compañías
ferroviarias se produjeron en 1,864, pero fue en mayo de 1,866 cuando la crisis
alcanzó a dos importantes sociedades de crédito de Barcelona, la Catalana General de Crédito y el Crédito Mobiliario
Barcelonés, lo que desató una oleada de pánico.
5
A la crisis financiera de 1,866 se sumó una grave crisis de subsistencias en 1,867 y 1,868 motivada por las malas cosechas de esos años. Los
afectados no fueron los hombres de negocios o los políticos, como en la crisis
financiera, sino las clases populares
debido a la escasez y carestía de productos básicos como el pan. Se desataron
motines populares en varias ciudades, como en Sevilla, donde el trigo llegó
a multiplicar por seis su precio, o en Granada, al grito de «pan a ocho [reales]». La crisis de subsistencias se vio
agravada por el crecimiento del paro provocado por la crisis económica
desencadenada por la crisis financiera, que afectó sobre todo a dos de los
sectores que más trabajo proporcionaban, las obras públicas —incluidos los
ferrocarriles— y la construcción. La coincidencia de ambas crisis, la financiera y la de subsistencias,
creaba «unas condiciones sociales explosivas que daban argumentos a los
sectores populares para incorporarse a la lucha contra el régimen isabelino».6
La respuesta de Narváez fue
acentuar su política autoritaria. Las Cortes cerradas en julio de 1,866 no
volvieron a abrirse porque fueron disueltas y se convocaron nuevas elecciones
para principios de 1,867. La «influencia moral» del gobierno dio una mayoría
tan aplastante a los diputados ministeriales que la Unión Liberal, lo más
parecido a una oposición parlamentaria, quedó reducida a cuatro diputados.
Además en el nuevo reglamento de las Cortes aprobado en junio de 1,867, tres
meses después de haber sido abiertas, se suprimió el voto de censura, reduciendo así sensiblemente su
capacidad para controlar al gobierno. 7 En abril de 1,868
falleció el general Narváez y la reina nombró para sustituirle al
ultraconservador Luis González Bravo que
siguió con la política autoritaria y represiva de su antecesor.
A principios de septiembre de
1,868 todo estaba preparado para el pronunciamiento
militar que se acordó que se iniciaría en
Cádiz con la sublevación de la flota por el almirante unionista Juan Bautista Topete. Allí
llegó en la noche del 16 de septiembre desde Londres, vía Gibraltar, el general
Prim, acompañado de los progresistas Práxedes Mateo Sagasta y Manuel Ruiz Zorrilla, antes de que llegaran desde
Canarias en un vapor alquilado con dinero del duque de Montpensier los
generales unionistas que estaban allí desterrados, encabezados por el general Francisco Serrano. 8 Prim y
Topete decidieron no esperar y el 18 de septiembre se sublevaba Topete al
frente de la escuadra.
En los días siguientes el levantamiento se fue extendiendo por el resto
del país, empezando por Andalucía. El 20 de septiembre se formaba en Sevilla la
primera junta que publicó un manifiesto en el que exponía una serie de
reivindicaciones populares, como la abolición de las quintas y los consumos o la libertad religiosa, que iban mucho más lejos que lo ofrecido en el
manifiesto leído por Topete. 11 Prim por
su parte a bordo de la fragata blindada
Zaragoza recorrió la costa mediterránea logrando
que se sumaran al movimiento todas las ciudades ribereñas desde Málaga hasta
Barcelona. 12
El día anterior, 19 de septiembre, González Bravo
dimitió y la reina Isabel II nombró para sustituirle al general José Gutiérrez de la Concha, quien mantuvo a casi todos los ministros del
gobierno anterior y puso a González Bravo al frente del ministerio de
Gobernación. El general de
la Concha organizó en Madrid un ejército como pudo, dada la falta de apoyo que
encontró entre los mandos militares —ni un solo general «se me presentó entonces, ni aun después,
para pedirme un puesto para combatir la revolución», afirmaría más tarde— y
lo envió a Andalucía al mando del general Manuel Pavía y Lacy, Marqués de Novaliches, para que acabara con la rebelión. Al mismo
tiempo aconsejó a la reina que volviera a Madrid desde San Sebastián donde
estaba de veraneo, al igual que el padre Claret que le
dijo: «Si su majestad fuera una muñeca,
me la pondría en el bolsillo y echaría a correr a Madrid para salvar a España
de su revolución». Sin embargo, al poco tiempo de iniciar el viaje en tren
a Madrid, el general de la Concha le envió un telegrama a la reina
pidiéndole ahora que siguiera en San Sebastián porque la situación de las
fuerzas leales había empeorado. 13
El 28 de septiembre tuvo lugar la decisiva batalla de Alcolea (en la provincia de Córdoba) en la que la victoria fue para las fuerzas sublevadas al mando del general Serrano que contaron con el apoyo de millares de
voluntarios armados. Al día siguiente el
levantamiento triunfaba en Madrid y el día 30 Isabel II abandonaba España desde
San Sebastián. 14
En 1,957 el historiador catalán Jaume Vicens Vives cuestionó que los motivos políticos fueran
suficientes para explicar la revolución y defendió que había que tener en
cuenta la difícil coyuntura económica por la que atravesaba España en aquellos momentos a causa de
la crisis financiera de
1,866 lo que explicaría que la «burguesía» se «separase» del régimen isabelino para derribar el incompetente gobierno del Partido Moderado y el propio trono de Isabel II que era quien lo sustentaba. Esta
tesis fue desarrollada a finales de los años 1,960 y principios de la década de
1970 —coincidiendo con el primer centenario de la revolución— por una serie de
historiadores como Nicolás Sánchez Albornoz, Manuel Tuñón de Lara, Gabriel Tortella y Josep Fontana. Este último publicó en 1,973 un
libro en el que su capítulo más extenso se titulaba «Cambio económico y crisis política. Reflexiones sobre las causas de la
revolución de 1,868» que ejercería una gran influencia y en el que
señalaba que buena parte de los políticos y militares que protagonizaron la
revolución tenían intereses en las compañías ferroviarias cuyas crecientes
pérdidas habían desencadenado la crisis financiera de 1,866 —el general Serrano, por ejemplo, era el presidente de la Compañía de los Ferrocarriles del Norte que atravesaba graves
problemas que solo una subvención del Estado podría solucionar—.
Además había que considerar la importancia de otra crisis de raíz
económica, paralela a la crisis financiera, la crisis de subsistencias de 1,867-1,868 resultado de las malas cosechas de aquellos años
que provocó una grave escasez y carestía de productos básicos como el pan y que
afectó muy duramente a las clases populares. Todos estos estudios abrieron un gran debate,
especialmente cuando Miguel Artola por aquellos mismos años volvió a
defender la primacía de los factores políticos sobre los factores económicos y
sociales para explicar la revolución (sic).
19
Próxima edición: se avisara por Facebook.
El blog https://mangoconarroztres.blogspot.com se hace sin ánimo de lucro. No percibimos ingresos por él. Sólo lo creamos para brindarle información y entretenimiento. Por razones de espacio algunos artículos han sido resumidos. Si desea leer el texto completo debe ir al vínculo que mostramos en el tema. Salvo que se especifique lo contrario, las negritas, itálicas, y subrayados son del Editor. El sentido de (…) y de… es indicar que se ha condensado la obra original. Los comentarios entre [ ] son del Editor. Nuestro blog es posible por los servicios gratuitos de diferentes empresas internacionales de comunicación, las Alertas de Google, BBC, DW, Swissinfo, Xakata y otras fuentes en las que confiamos.
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