jueves, 26 de octubre de 2023

272. Caída y decadencia de casi todo el mundo.

Autor: Will Cuppy. “La risa es el arma de lo espontáneo. En este libro, Cuppy descarga su batería humorística contra los falsos eruditos que escriben mamotretos* pedantes y alcanza, de paso, a los que creen que la historia es una simple sucesión de nombres, fechas y anécdotas memorables. Lo sorprendente,- y lo que da a estas veinte biografías su espléndida comicidad,- es que el autor pelea en el terreno de sus adversarios y utiliza sus mismas armas; pero Cuppy, verdadero erudito,- en esta obra inconclusa empleó dieciséis años y una bibliografía impresionante-, tiene un gran sentido del ridículo, de hecho un sentido común que se manifiesta brillantemente en su lenguaje. Con él logra esa rara mezcla que provoca en el lector una sonrisa inteligente y a veces hasta una saludable carcajada. [*2. Mamotreto: m. coloq. Libro o legajo muy abultado, principalmente cuando es irregular y deforme. D.L.E.]

William Jacob Cuppy (1,884- †1,949) nació en Nueva York. Fue un notable caricaturista gráfico. Escribió divertidas sátiras, entre ellas Cómo distinguir a tus amigos de los monos (1,931) y Cómo convertirse en fósil (1,941. Decadencia y  caída de casi todo el mundo (1,950), su obra póstuma, es también su obra maestra”. Reseña sin autor. Colección Cocuyo. La Habana, 1,971.

Alerta al Lector: el humor de Cuppy es irónico, satírico en ocasiones, hiriente en otras. Es como el de Bertrand Russell, el típico humor inglés o culto. Ni el alemán ni el español.

KEOPS O KHUFÚ

Se ha llamado a Egipto “El don del Nilo”. Una vez por año el río desborda sus márgenes y deposita una capa de fértil tierra de aluvión sobre la árida llanura. Luego retrocede, e inmediatamente toda la región hasta donde alcanza la vista, queda cubierta de egiptólogos. Foto: Ecured.

Desde las épocas más remotas se ha dividido a Egipto en dos partes: el Alto Egipto y el Bajo Egipto. El Bajo Egipto es el que se halla en la parte superior del mapa, de modo que hay que viajar en dirección al sur para encontrar el Alto Egipto. Esto les parece completamente natural a sus habitantes puesto que el Nilo nace en el sur, y, cuando se viaja río arriba, por supuesto se va hacia el sur, para llegar finalmente al Alto Egipto, con el Bajo Egipto al norte. (1) Antiguamente  en Egipto se designaba al sur diciendo “río arriba”. Era un error.

Egipto también estuvo dividido políticamente hasta que Menes, rey del Alto Egipto, subió y conquistó el Bajo Egipto y fundó la primera dinastía del Alto y el Bajo Egipto, en 3,400 a.n.e. (2) 3,500 a.n.e. o quizá 3mil a.n.e.

Se cuenta que Menes fue devorado por un hipopótamo, historia poco probable, ya que este animal es graminívoro y se ignora que jamás se haya comido a nadie. Hasta hace muy poco tiempo, los eruditos modernos se sintieron inclinados a considerar a Menes como un mito, pero luego se advirtió que un pequeño error en los hábitos dietéticos del hipopótamo no demuestra necesariamente que Menes no haya existido. Los egiptólogos han comenzado a estudiar el asunto en los momentos en que este libro se haya en prensa. (3) Menes puede haber sido Aba u Ohe.

Los egipcios de la primera dinastía eran ya civilizados en múltiples aspectos. Poseían jeroglíficos, armas de metal para matar extranjeros, numerosos funcionarios públicos, muerte e impuestos. (4) Los egipcios del período predinástico golpeaban a sus mujeres con naboots, unos rústicos garrotes de madera. Los maridos de la primera dinastía utilizaban unas hachas de pórfido primorosamente talladas, capaces de quebrar un brazo de un solo golpe.

Algunos egipcios eras más inteligentes que otros. Inventaron los mosquiteros, la astrología y un calendario que no funcionaba, de modo que el día de Año Nuevo terminó por caer el 4 de julio. Creían que el sol navegaba todo el día en un bote alrededor de Egipto y que un cerdo se comía la luna cada dos semanas. (5) Estos conocimientos fueron denominados: “la sabiduría de los antiguos”.

Como es lógico, un pueblo como éste necesitaba dejar testimonio de sus ideas, a fin de que otros pudieran cometer los mismos errores. Sus jeroglíficos, o escritura por medio de dibujos, consistían en lechuzas, canarios, culebras y de mecanismos de relojes despertadores.

Propiamente dicha, civilización es la que tenemos hoy en día, pero resulta agradable saber qué hace más de cincuenta siglos ya comenzaban a parecerse a nosotros en un pequeño país situado a muchos miles de kilómetros de Nueva York. (6) Pocas personas parecen comprender que la parte habitada de Egipto abarca solamente unos 19,500 km cuadrados.  Algunos sabios sostienen que la sumeria fue una civilización anterior a la egipcia. Yo no lo creo; tengo la impresión de que los sumerios están destinados a desaparecer.

A pesar de este excelente comienzo, pocos acontecimientos importantes ocurrieron en Egipto hasta la tercera dinastía, cuando Imhotep el  Sabio, arquitecto y primer ministro del rey Zoser, inventó la pirámide, un nuevo tipo de enorme tumba real construida en piedra, que garantizaba la protección del cuerpo del faraón y de buena parte de sus bienes contra la acción del tiempo. Es decir, Imhotep el Sabio inventó la idea de ocultar los reales restos y sus tesoros en un monumento tan visible que de ningún modo pudiese pasar inadvertido a los ladrones de cadáveres y otros delincuentes. (8) Los egipcios creían que era menester conservar el cuerpo indefinidamente para lograr la inmortalidad. Esto demuestra lo mucho que sabían. Como es de suponer, las pirámides fueron perpetuamente saqueadas, pero los faraones insistieron en seguir construyéndolas durante varios siglos antes de advertir los inconvenientes que presentaba este método de esconder las cosas.

La pirámide de Imhotep no resultó realmente gran cosa, pues tenía menos de sesenta metros de altura y los escalones o terrazas no estaban rellenos. Snefru, el fundador de la cuarta dinastía, construyó una mejor, de paredes planas, con escalones rellenos de ladrillos que, desgraciadamente, saltaron pronto. (9) Los posteriores faraones emplearon piedras para este fin. También se cayeron.  Snefru ha pasado a la historia únicamente como padre de Khufú (10) O Hwfw, o Keops como, como lo llamaban los griegos, (11) constructor de la Gran Pirámide de Gizeh, que un día llegó a ciento cuarenta y cinco metros, sin la parte superior, que desapareció. Aunque esta mole resultó un fracaso como tumba constituye hasta hoy una de las maravillas del mundo por ser la cosa más grande que se haya construido jamás con un fin tan equivocado. (12) El Empire State Building tiene 132 metros de altura.

Keops levantó la Gran Pirámide de Gizeh alrededor del año 3,050 a.n.e. Luego se sintió mejor. La Gran Pirámide cubre una superficie de cinco hectáreas y contiene dos millones trecientos mil bloques de piedra caliza de aproximadamente dos toneladas y media cada una, lo que hace un total de cinco millones 750 mil toneladas con una capacidad de dos millones setecientos ochenta y un mil ochocientos setenta metros cúbicos, sin contar los espacios huecos, tales como la Cámara Mortuoria Real, un par de respiraderos y un pasadizo en el lado norte para que entren los ladrones. (13) Los programas radiales comenzaron a transmitirse desde la Cámara Mortuoria Real a partir del 7 de febrero de 1,938. Si cortáramos estas piedras en bloques de treinta centímetros cuadrados y las colocáramos una a continuación de piedras cuadradas cuya longitud igualaría a dos tercios de la circunferencia de la tierra a nivel del ecuador, o sea unos 26,816 kilómetros aproximadamente. A pesar de todo, frecuentemente se oye decir que Khufú o Keops no fue en realidad un individuo extraordinario digno de nuestra mayor admiración y respeto. Hay gente que no se contenta con nada.

Khufú construyó la Gran Pirámide para poder dejar en ella su momia cuando muriese, y marcharse al Campo de los Papiros. (14) La mayor ambición de todo egipcio era llegar a convertirse en momia, pero únicamente los ricos podían conseguirlo. Más tarde las personas con ciertos recursos también pudieron llegar a ser momias. También puede ser que se estuviese buscando un poco de publicidad aquí abajo. Parece ser que Khufú conocía bastante a fondo a sus congéneres. Sabía que si construía la mayor pirámide del mundo, miles de hombres se abrirían paso hasta ella, treparían y descenderían y luego escribirían artículos durante miles y miles de años. (15) La Gran Pirámide es realmente asombrosa para aquellos que se interesan en pirámides. Por supuesto, Keops o Khufú no transportaba las piedras él mismo. Era un genio, de modo que obligaba a los demás a hacer todo el trabajo pesado. Fue él quien descubrió que si se ordena a una persona que haga algo, un vez de cada diez lo hará. (16) Nunca se pensó que un buen día su momia sería sacada del féretro y quedaría abandonada. Esta posibilidad le habría preocupado.

Resulta ya anticuado llamar a Khufú cruel tirano por haber hecho trabajar durante veinte años a cien mil fellahín o labriegos en la construcción de su sepultura. Dicen los eruditos que los hacía trabajar solamente durante los tres meses que duraba la época de las inundaciones, cuando no estaban ocupados en las tareas agrícolas y existía la probabilidad de que, estando ociosos, se dedicaran a la vida disipada. Las clases bajas egipcias eran sumamente inmorales, y estaban bebiendo o haciendo cosas por el estilo. Siendo así, Khufú les hacía un favor al mantenerlos ocupados, de modo que todo resultaba un gran picnic. El ejercicio físico moldeaba las personalidades e inculcaba la dignidad del trabajo. La mayoría de los que trabajaron en la construcción de las pirámides no eran esclavos, como nos enseñaron en la escuela. Eran hombres libres, amparados por derechos y privilegios, especificados en la Constitución.

Khufú alojaba a sus obreros en alegres y herméticas chozas de barro, bien defendidas contra la luz y contra todo cambio de aire, situadas en las inmediaciones de la pirámide, y los alimentaba abundantemente con rábanos, cebollas y ajos, proveyéndolos al mismo tiempo de suficiente aceite de ricino para que se friccionaran el cuerpo. (17) Así se bañaban los egipcios. Las personas de más alta condición social empleaban aceite de oliva. En general, los antiguos egipcios eran bastante grasientos.  Sir Flinders Petrie dice que las viejas historias que describen los sufrimientos de los fellahín son pura imaginación. A sir Flinders le encanta acarrear piedras de dos toneladas y media de aquí para allá, bajo un sol despiadado, y piensa que a los demás también les gusta. Pero de vez en cuando, algunos de los fellahín, que no pensaban lo mismo que Sir Flinders, debe de haber insinuado que ya Khufú se había ocupado bastante de ellos, y todos habrían deseado que se apresurase en convertirse en momia y se fuese a descansar cuanto antes en el Campo de los Papiros. (18) Llamaban a la pirámide <Ekhut Khufú> o “<La Extravagancia de Khufú”>

En nuestros tiempos se ha dedicado mucha atención al estudio de los métodos utilizados en la construcción de la Gran Pirámide. Los egiptólogos se maravillan que una empresa semejante haya podido ser realizada antes de nacer ellos; los ingenieros actuales se han visto obligados a reconocer que nunca la habrían podido construir con sólo unas cuantas herramientas viejas de cobre y con una carencia absoluta de maquinarias de acero inoxidable. Nadie habría creído que los antiguos egipcios fueran tan inteligentes como los actuales. Con todo, los egipcios siguieron adelante y construyeron la pirámide. Ustedes pueden sacar sus propias conclusiones.

Lo cierto es que construir una pirámide es una tarea bastante fácil, aparte del levantamiento de las piedras. Todo es cuestión de apilarlas en forma decreciente. Colocando cuidadosamente las sucesivas capas una sobre otra, muy pronto se obtiene la pirámide. No se puede evitar. (19) Cualquiera puede tener una reproducción exacta de la Gran Pirámide, en piedra maciza por 156 millones de dólares. Pero saldría más barata si se la construyera uno mismo, además así tendría uno la seguridad de que queda bien hecha.  Y una vez levantada, permanece allí. ¿Por qué no? Dicho en otras palabas: no está en la naturaleza de las pirámides el venirse abajo, lo cual explica por qué la Gran Pirámide se halla todavía en pie después de tantos años. (20) Probablemente no podría caerse  ni aunque lo intentara.

Khufú también construyó esas tres pequeñas pirámides que se ven hacia el este de la Gran Pirámide. Estaban destinadas a tres de sus esposas. Esto nos enseña el otro yo del faraón, que tenía, sin duda, varias personalidades. Los egiptólogos dicen que no tienen idea de lo que podía hacer Khufú cuando no estaba construyendo pirámides, porque no ha dejado ninguna inscripción que describiera sus actividades diarias. Darían mucho por saberlo. Pero luego afirman que tenía seis esposas y un harén desbordante de concubinas. No parecen establecer conexión alguna entre estas dos situaciones, pero ustedes entienden y yo también. Nosotros no necesitamos jeroglíficos para adivinar que Khufú caía de vez en cuando por allí… para ver como andaban las cosas y para explicar a las señoras cuántos metros cúbicos de piedra caliza había colocado aquella tarde.

Personalmente, yo diría que el harén real constituía uno de los principales intereses en la vida de Khufú y uno de los títulos con que se presenta a la posteridad. A pesar de que carecemos de estadísticas, debe haber sido uno de los más grandes del mundo antiguo, perfectamente equipado con las mejores concubinas disponibles en África, todas ellas hábiles bailarinas, cantantes y ejecutantes de la bazinga o arpa de siete cuerdas. Khufú, como hemos visto, no era hombre de medias tintas, y no se hubiera conformado seguramente con la friolera de setenta huéspedes, que era el número que poseyó el rey Zer, de la primera dinastía. Tenía varios centenares, aunque no fuera más que por batir el récord. ¡Y los egiptólogos se preguntan qué hacía en sus ratos libres! Si ustedes se creen que era el manejo de un establecimiento semejante es una buen tarea, equivalente por lo menos a la construcción de unas cuantas pirámides, es que nunca han intentado hacerlo. Evidentemente, Khufú dispuso para dicha empresa de una habilidad ejecutiva de primer orden y de una feliz facultad de dedicarse a ella ininterrumpidamente durante un reinado de veintitrés años.

Las seis esposas de Khufú probablemente no le resultaron del todo agradables. De acuerdo con la costumbre, el faraón tenía que casarse con algunas de sus propias hermanas y hermanastras y, quizá, con otras de sus parientas cercanas, todas ellas con el mismo viejo repertorio de chistes y reminiscencias familiares. Cuando consideraba que ya había aguantado bastante, siempre le quedaba el recurso de ir a Gizeh y apresurar la construcción de las sepulturas. (21) El nombre de su hermana y esposa principal, la madre Khafre, se ha perdido. Los actuales egiptólogos la distinguen como la señora que estaba en G-I-a, la primera de las pequeñas pirámides. La reina Henutsen, esposa y hermanastra, consiguió ubicarse  en la G I-c. En cuanto a la ocupante de la GI-b, la pequeña pirámide del medio, parece haber sido una rubia de dudoso origen, una forastera que se las arregló para deslizarse dentro del círculo de la realeza con bastante provecho. Esta reina debe de haber resultado un gran consuelo para Khufú. Por lo menos no era de la familia.

No tenemos muchos datos acerca de esta señora rubia. Parece, sin embargo, que Hetpheres II, una de las hijas de Khfú, era rubia también, y es quizá la primera que registran los archivos. En una pintura mural, hallada en la tumba de Meresanh III, aparece con brillantes cabellos amarillos cruzado horizontalmente por franjas rojas. Ciertos eruditos sacan la conclusión de que debe haber tenido una madre con el mismo pelaje, posiblemente extranjera, puesto que todas las mujeres egipcias eran trigueñas. Temo que éstos son los únicos datos que se pueden obtener por ahora. Pero si ustedes quieren complicar las cosas, pueden decir que la figura no demuestra que el cabello de Hetepheres II fuera de ese color en la vida real o que su madre haya sido la rubia que enterraron en G I-b. Lo que demuestra, sin lugar a dudas, es que le sobraba pintura roja y amarilla al artista que decoró la tumba de Meresankh III.

Herodoto nos proporciona una historia distinta acerca de la pequeña pirámide del medio. Afirma que Khufú, repentinamente sin un centavo, dejó en manos de una de sus hijas la misión de recaudar los fondos necesarios para la terminación de la Gran Pirámide. La hija exigió sumas aplastantes y un bloque de piedra a cada persona a quien logró interesar… y actuó tan eficazmente que pudo pagar la hipoteca que pesaba sobre la pirámide de su padre y todavía le quedaron piedras suficientes para construirse una pequeña pirámide para su uso particular. Parece que puso todo su corazón en la empresa. Todos los egiptólogos consideran como falsa esta historia. De acuerdo con sus cálculos, fundados en cuidadosas y repetidas mediciones de la pirámide, cuya base tiene 45 metros cuadrados de superficie, la cosa no parece posible. Supongo que saben lo que dicen.

Sea como fuere, Khafre o Kefrén, el hijo de Khufú, construyó la Segunda Pirámide de Gizeh, de menores proporciones que la Gran Pirámide y no tan buena como ésta, y además la Gran Esfinge, un retrato en piedra de su persona con cuerpo de león, que simboliza el poder del faraón. (22) Existió un faraón sin importancia entre Khufú u Khafre. Lo único que conocemos realmente acerca de él es su nombre: Radedef o Tetf-Re o Didoubre o Ratiosis. La esfinge simboliza asimismo a Horus que, a su vez, simboliza varias otras cosas. La gente que piensa que la Esfinge es una escultura femenina y la llama “ella” está muy equivocada. (23) Algunos detalles interesantes relativos a su estructura fueron descubiertos en 1,925-26 por M. Baraize, del Departamento Egipcio de Antigüedades.

Pero la descendencia de Khufú fue decayendo. La Tercera Pirámide de Gizeh, erigida por Menkaura o Micerino, el hijo de Kafre, tenía una altura que no alcanzaba a la mitad de la de su padre y, además, este rey tuvo sólo veinte concubinas. Era un hombre recto, bien intencionado y amigo fiel de los fellahín. Fue así como el país comenzó a debilitarse y nunca más pudo recuperar su antiguo prestigio. Como siempre estaba haciendo regalos a sus súbditos menesterosos, no tardó en perder su respeto. Pensaban que únicamente un imbécil podía portarse tan bien con ellos y se negaron a seguir obedeciéndole. (24) Gracias al General Vyse, que penetró en la Tercera Pirámide en 1,837 y embarcó parte de su contenido con destino al Museo Británico, el sarcófago de Menkaura, de basalto labrado,  se encuentra ahora en el fondo del Mediterráneo. Su hijo Shepseskaf rebajó aún más la dignidad real al permitir que su noble favorito, Ptahshepses, le besara el pie en vez de besar el suelo. Este tipo de cosas no es precisamente  el que facilita la construcción de pirámides. Shekseskaff no dejo ninguna pirámide y la cuarta dinastía pasó sin pena ni gloria. Por lo general, en cada familia hay un solo Khufú.

Poco queda por contar. Los faraones de la quinta dinastía parecen haber estado rellenos de estopa. Uno de ellos se llamó Kakau o Kuku. Otro resultó ser aficionado a los juegos de palabras. Pepi I, de la sexta dinastía, fue un muchacho excelente, pero siempre anduvo escaso de fondos. Pepi II intentó un retorno a la prosperidad con la construcción de otra pirámide. En realidad, las pirámides habían dado origen a todos los males. El intento no contribuyó mucho a mejorar la situación. Entonces la gente se hartó de las pirámides y empezó a jugar a las damas. 

Cuentos populares cubanos. (Selección)

“Las narraciones que constituyen esta Selección de los dos tomos de Cuentos Populares Cubanos editados por el Dpto. de Folklore de la Universidad Central de Las Villas, se han recogido por distintas zonas de la provincia villareña. Se les ha buscado de costa a costa, en playa o montaña, en el caserío del valle como en el bohío* solitario, en la tienda del camino como en el liceo o el café o la “refresquera” del poblado”.  (*1. m. Cabaña de América, hecha de madera y ramas, cañas o pajas y sin más respiradero que la puerta. D.L.E., R.A.E., ES.)

El fragmento anterior corresponde a Ediciones Unión de 1,965. Los “cuentos” son relatos de personas, que se citan, realizados a Samuel Feijóo, etnólogo cubano que acostumbraba preparar una modesta bolsa con lo elemental y partir a recorrer los caminos en los cuatro sentidos cardinales. Este es el origen de los cuentos.

Por razones de espacio, en este número, sólo le ofrecemos el siguiente:

EL FIN DEL AMO CRUEL.

El negro Francisco era algo rebelde, por lo que, constantemente desobedecía a su amo Don Ramón.

Don Ramón, cansado de regañar a Francisco, ideó la forma de castigarlo, para ello escribió una carta, la que dio al negro, para que la entregara al Mayoral (capataz) de la finca.

Francisco, obedeciendo al amo, llevó la carta al Mayoral. Este al leerla, azotó al negro, pues la carta le recomendaba dicho castigo.

Un día, al realizar un viaje Don Ramón, en unión de Francisco, tenía que cruzar un río y al intentarlo, se cayó del caballo, siendo arrastrado por la corriente.

Don Ramón le gritaba a Francisco para que lo salvara. Pero el negro le contesto: “Cribí, cribí ahora pa mayoral”, Y el río se llevó a Don Ramón. Narrado por Erasmo Palomo, Maestro, Cienfuegos. “cribí: apócope, cortar, <de escribir>).1. f. Gram. Supresión de algún sonido al fin de un vocablo; p. ej., en primer por primero. Era figura de dicción según la preceptiva tradicional. DLE.RAE.ES.)

POESÍA INTERNACIONAL DIVERSA.

España: Antonio Machado: proverbios y cantares. El País, Clásicos del siglo XX.

¡Ah, cuando yo era niño

soñaba con los héroes de la Iliáda!

Ayax era más fuerte que Diomedes,

Héctor, más fuerte que Ayax,

y Aquiles el más fuerte; porque era

el más fuerte… ¡Inocencias de la infancia!

¡Ah, cuando yo era niño

soñaba con los héroes de la Iliada!

 

IRÁN, PERSIA: Omar Kkaiame: Las Rubaiatas. Biblioteca clásica y contemporánea Losada.

CUANDO ALÁ,

comprimiendo un poco de barro,

modeló nuestra existencia,

conocía,

en todos sus detalles,

los menores,

los más insignificantes actos,

ocultos o aparentes,

que fatalmente

tendríamos que practicar.

 

Si ésa es la verdad,

¡y lo es!

ninguno de los pecados

de los que por ventura,

nos hagamos culpables,

será contrario

a sus leyes

o a su voluntad.

 

Entonces,

¿por qué habrá Él de tostarnos

en las parillas eternas,

en cuanto llegue

ese famoso día

llamado de la Resurreción?

Próxima edición: preferentemente el viernes 24 de noviembre.

Mangoconarroz, https://mangoconarroz.blogspot.com/ - Boletín Informativo Internacional,- es parte de una trilogía de blogs, cada uno con un objetivo y contenido diferente: éste evita los comentarios políticos partidistas: se centra en recopilar información interesante de Ciencia y Técnica, Social, Internacional, Alimentaria de diferentes fuentes así como temas actuales de salud.

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Mangoconarroztres,  https://mangoconarroztres.blogspot.com - publicará un cuento o narración, poesía, arte y similares.

Se publican, preferentemente, los viernes de cada mes. Los tres se hacen sin ánimo de lucro. No percibimos ingresos por ellos. Si desea leer el texto completo debe ir al vínculo que mostramos en el tema. Salvo que se especifique lo contrario, las negritas, itálicas, y subrayados son del Editor.

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