jueves, 9 de abril de 2015

115. Añoranzas habaneras.

“...si yo quiero que la República sea amable, si yo quiero que los cubanos amen la Nación y la República, me importa muy poco que amen al Gobierno. El Gobierno es una cosa transitoria y la República es algo que debe ser inconmovible. El Gobierno se compone de personas que pasan. La República se compone de las leyes, de los sentimientos, de la historia que son duraderos. Amar a la República no implica amar a sus gobiernos.[1]Manuel Sanguily Garrite.

clip_image002Por Lily Poupée. Cuba Contemporánea.
Foto del editor. El Morro cubierto por las olas de un temporal, tomada desde el Monumento al General Máximo Gómez Báez.

La Habana, más que una ciudad, es un estado de ánimo, y lo que Mañach (1) llamó  “habanidad esencial, inmutable” es un misterio que, como alguien dijo, nos supera.

Estos sentimientos (para denominar de alguna manera a ese espíritu con alma de duende) se evidencian cuando estamos lejos de la capital de todos los cubanos, frase que muchos cuestionan, y en la que no pretendo ahondar, ya que sólo la utilizo para no repetir el nombre de la ciudad que más amo, entre otras razones porque en ella nacieron mis padres, mis hijos y yo misma, porque en ella vivo y porque es el sitio donde pretendo morirme. [¡Igual que yo!]

Decía que cuando nos alejamos su embrujo nos persigue, nos acosa, nos recuerda todo el tiempo que somos extranjeros allí donde estamos, fuera de los límites habaneros. Podría creerse que esta extrañeza sólo sucede al visitar otro país, al enfrentar otra cultura, otro idioma, otros hábitos, pero ni siquiera hace falta trasladarse tan lejos para sufrir añoranzas habaneras.

Basta con dejar de sentir el aroma marino del malecón y dejar de ver nuestros desdichados cúmulos de basura por doquier para empezar a echar de menos también la bulla [ruido], el trasiego de personas a toda hora, los bocinazos [claxon] de autos antediluvianos, los turistas con sus correspondientes cortes merodeantes y todo lo demás que forma parte de la habanidad, integrante fundamental de lo que Secades (2) consideró “la satisfacción de nuestra vanidad aldeana”.

Cuando recibimos invitaciones para conocer otras provincias nuestra primera reacción, el primer impulso, es aceptar gustosamente. No solo porque sabemos que nos recibirán con especial cariño, sino porque La Habana harta. Como solo hacen los grandes amores, esta ciudad satisface y angustia al mismo tiempo. Colma de felicidad y obstina. Nos alegra y nos agobia, nos obliga a vivir a un ritmo apuradísimo que nos provoca una especie de neurosis del tiempo que nunca alcanza, del que necesitamos huir para enseguida echarlo en falta. Por eso, decimos “Sí, con mucho gusto” al ser invitados a traspasar la frontera habanera.

Durante el trayecto, la migraña que nos martillaba desde días antes comienza a disiparse. Nos entra una calma agradecible y nos sumergimos en el sopor del viaje. No solo estamos dejando atrás el tormentoso vivir de La Habana: también nos alejamos de nuestras preocupaciones cotidianas, como si de repente dejaran de existir las escaseces que afrontamos. Por unos días, nuestro destino dejará de ser el de eternas empresarias sobre cuyos hombros descansa un sinfín de asuntos.

El paisaje aburrido que contemplamos en el camino coopera, proporcionándonos el sueño pacífico que nuestras neuronas necesitan. Al despertarnos, ya estamos en otra ciudad y rostros amables nos dan la bienvenida. Cuba entera es linda, y se siente la calidez cubana por donde quiera que pasemos. Más allá de limitaciones materiales, de problemas de suministros de todo tipo y del deterioro constructivo que padecemos, la “gente” es siempre amable, y siguiendo la tradición recibe a los forasteros con particular gentileza. Nadie se queja, nadie cae en el pozo de lamentaciones por todo lo que les falta, sino que todos los cubanos muestran lo que tienen, ofrecen sus techos, su comida, lo mejor de sus vidas para hacernos sentir a gusto. [Los verdaderos extranjeros es lo que más aman y respetan de los cubanos: el último café es para el recién llegado o la gallina más gorda.]

Es entonces cuando nos damos cuenta de lo poco hospitalarios que somos los habaneros, tema que ya he abordado antes y que continuaré comentando. Pero no en esta estampa, que dedico a nuestro hábito de ser añorantes de La Habana, aunque solo estemos a dos horas de distancia. Luego de los primeros tres días, y justo cuando llega la noche, sentimos que se nos empieza a posar en la nuca lo que un poeta llama “el ave negra de la melancolía”, y también “gorrión”.

La estamos pasando de maravilla: hemos comido con tranquilidad, nos han llevado a sitios espléndidos por su naturaleza, hemos conocido a personas interesantísimas, todos los rostros nos sonríen, recibimos regalos que no sabemos ni cómo cargar ni dónde guardar, logramos dormir sin necesidad de atiborrarnos con pastillas, no hemos fregado ni lavado ni trapeado [limpiar el piso] durante tres jornadas, nadie nos ha preguntado “¿qué vamos a comer hoy?” ni “¿dónde está la camisa de rayas?” ni “¿ya planchaste el uniforme?”, pero el maligno pájaro de la morriña [tristeza, melancolía] nos clava sus garras.

Algo de masoquismo tendremos. A pesar de la paz que respiramos, una especie de culpa nos obliga a pensar La Habana. No “en” sino a toda ella. Y en medio de la sonrisa que reciprocamos a nuestros magníficos anfitriones, un ligero mohín asoma sin que podamos evitarlo. Ha llegado la hora de irnos, por mucho que queramos disimular. Echamos mano a cuanta excusa sea posible: trabajos pendientes, asuntos legales que nos esperan, una enfermedad del perrito de la casa, la visita inminente del arquitecto de la comunidad [de vecinos], una citación urgente del médico de familia [ambulatorio, policlínico], cualquier tema es factible para explicar nuestra súbita necesidad de partir.

Ignoro si nuestros amigos creen la sarta de argumentos que damos, pero la verdad es que nos ayudan a recoger las pertenencias y los obsequios con el mismo entusiasmo con el cual nos recibieron, y hasta en eso se destacan, nos llevan la delantera incluso al despedirnos. Prometemos volver pronto, agradecemos francamente todas las atenciones, nos damos abrazos efusivos, intercambiamos datos de localización, nos retratamos posando entrelazados, y aunque sentimos remordimiento por no haber confesado el verdadero motivo de la interrupción del periplo ofrecido, ya no hay escapatoria posible a nuestra escapada. Nos vamos.

Al entrar en La Habana, alguien comenta que no hay agua, que se ha roto el récord de temperatura, que se desplomó un edificio ruinoso que llevaba años deshabitados, que la mitad del túnel está cerrada por reparaciones y que hay colas para la papa [patata]. El vértigo habanero nos da una bofetada antes de abrir las maletas para mostrar los regalos, y de nuevo el bullicio, las lomas de basura, los pregones y el follaje vedadense [del barrio habanero El Vedado] nos hacen sentir eso tan indefinible que es estar en casa.

En menos de una semana ya necesitaremos huir otra vez, pero ese instante sublime del regreso bien merece padecer la añoranza de la ciudad cortesana del sol. “La Habana tiene tres cosas que no las tiene el Perú [¿Madrid?]: son el Morro, La Cabaña, y un amor como tú”, decimos a nuestra pareja. Y esa persona, que se encargó de cubrirnos la retaguardia durante nuestra ausencia, y que muestra el estrés capitalino, nos mira con azoro y acto seguido nos pregunta, muy al estilo habanero, áspero y sin romanticismo de ninguna clase: “¿Y a ti qué bicho [insecto] te picó?”. Es el puntillazo que nos faltaba. Suspiramos hondamente y ratificamos ante nuestra propia conciencia: ¡ESTOY EN CASA!

1. Jorge Mañach y Robato (Sagua la Grande, Cuba, 1,898 - San Juan de Puerto Rico, 25 de junio de 1,961) fue un escritor, periodista, ensayista y filósofo cubano, autor de una biografía de José Martí y de numerosos ensayos filosóficos. Graduado de Filosofía y Letras por la Universidad de Harvard (1,920) donde trabajó como Instructor (1,921), posteriormente continuó en París (Universidad de Droit, 1,922). Regresó a La Habana y, en 1,924, recibe el título de Doctor en Derecho Civil y en 1,928 el de Doctor en Filosofía y Letras.

Miembro activo del Grupo Minorista de jóvenes intelectuales, ya en 1,923 participa en su primera actividad política, la «Protesta de los Trece», contra la corrupción administrativa en el gobierno de Zayas. Participó en la revolución de 1,933 y en luchas contra la dictadura de Batista. Regresó en 1,959, y al año siguiente volvió a partir, ya definitivamente, inconforme con los postulados que defendía la Revolución Cubana.

Funda en diciembre de 1,932 el programa de radio La Universidad del Aire, programa pionero en Hispanoamérica en el uso de los medios de comunicación de masas para la difusión de la cultura. Primer catedrático (desde 1,940) de Historia de la Filosofía en la Universidad de La Habana, que se distinguió por una activa participación en la vida política de su tiempo y por su compromiso con el desarrollo y divulgación de la cultura en Cuba. (1) es.wikipedia.org Añado: aunque no compartía sus puntos de vista sobre muchas cosas, lo respetaba tanto por su participación en la lucha contra la tiranía machadista como la batistiana. Fue un hombre honesto. La mejor biografía sobre José Martí es la suya. (Fue uno de los pocos libros que traje conmigo.) Por lo menos, la más humana. La escribió en menos de una semana en los años 30. Como todos los cubanos anteriores a 1,959 debe ser recordado a las nuevas generaciones. En este caso, con respeto. r.h.z.

2. Eladio Secades Rodríguez. Destacado periodista cubano que sobresalió en la crónica deportiva y que reactivó el costumbrismo en la prensa cubana en el siglo XX. Humorista y excelente persona. http://www.ecured.cu/index.php/Eladio_Secades

JUEGO LIMPIO Y DEMOCRÁTICO: Escribí los dos comentarios que muestro a continuación en el “buzón” del artículo precedente. El primero es de reconocimiento a la escritora; el segundo no esperaba que lo publicaran pues tiene críticas explícitas tanto a la autora como a la revista. Para mi agradable sorpresa, ambos fueron reproducidos sin añadiduras, tachaduras, justificaciones o contra-ataques. Eso es democracia, libertad de expresión, respeto a la opinión ajena y buen periodismo. “¡Vamos bien…!” R.

Romel H. Zell replied on 8 Abr 2015 - 12:28 pm 1. “AL BUEN ESTILO SE UNE LA variación en los temas. Sin "teques" ni adoctrinamientos. Todo lo que se puede decir sin entrar en la polémica. Buena escritora. R.”

Romel H. Zell replied on 8 Abr 2015 - 12:56 pm 2. “PERDÓN. SUGIERO UTILIZAR EL corrector ortográfico y gramatical de Word e incorporar el Diccionario de la Real Academia de la Lengua a todos los ordenadores de los escritores. Nuestra habla diaria nos lleva a cometer errores involuntarios que el corrector de pruebas no [s] advierte. Me alegró mucho leer citados a Jorge Mañach y Eladio Secades. Así debe ser. R.”

Una nueva revolución estalló en Cuba El Observador. En pleno siglo XXI y en la era de las comunicaciones, Cuba estrenó recientemente su primer punto público de conexión WiFi gratuita, un “regalo” a sus...

120 inversiones para Mariel. Por Nora Gámez Torres. Proyectos industriales en la Zona de Desarrollo Especial del Mariel (ZEDM), según funcionarios cubanos citados anónimamente por la publicación económica Cuba Standard, con sede en Miami. Las inversiones están estimadas en mil millones de dólares…

Más: http://cartasdesdecuba.com/120-inversiones-para-mariel/

Senador Bob Menéndez acusado de 14 cargos por soborno, fraude y conspiración Cafefuerte.com

DEL MUNDO TRAIGO UN CANTAR…

Tiroteo en La Habana deja dos muertos y tres heridos Yusnaby Post

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Lanzarán en mayo en Cuba un periódico de clasificados El Nuevo Herald

4 tecnológicas de EU que irán a Cuba Quo A cuatro meses de que el presidente de EE.UU., levantó el veto comercial con Cuba, al menos cuatro empresas de...

Obama: Cuba es un país minúsculo. Infobae En entrevista con Thomas L. Friedman, para el New York Times, el presidente de EEUU explicó “Tienes un país como Cuba. Poner a prueba la posibilidad de que mayores relaciones conlleven a un mejor resultado para el pueblo cubano no supone muchos riesgos para nosotros… Es un país minúsculo”, aseguró Obama y agregó: “No es que amenace nuestros intereses de seguridad básicos, así que no hay razón para no probar la propuesta. Y si resulta que no conduce a mejores resultados, podemos ajustar nuestras políticas. Leer más: http://cartasdesdecuba.com/obama-cuba-es-un-pais-minusculo

Aforismos martianos y frases célebres:

En la defensa de la verdad hemos de proceder con la mayor sencillez; en la lucha con el temor con la mayor fortaleza”. Séneca (4 a.n.e., Córdoba, España; 65 a.n.e., Roma, Italia).

EFEMERIDES cubanas, e internacionales:

6 de abril de: 1,827 - Nace Ramón Emeterio Betances en Puerto Rico. Considerado por muchos el Padre de la Patria puertorriqueño, también es el más constante y ardoroso propugnador de una "Confederación de las Antillas”. Sirvió como miembro de la Junta Central Republicana de Cuba y Puerto Rico, agente cubano en Haití y Santo Domingo. Exiliado en Francia no hubo periódico al que no haya dado algún artículo favorable a los cubanos. Protestó junto a la emigración contra el Pacto del Zanjón y en el 95, ya anciano, fue el representante de Cuba en todo el continente europeo. Gómez, Martí, Maceo y Betances concibieron la independencia de ambas islas como una sola guerra. 9 de abril de: 1,958 - Huelga revolucionaria. Mueren Marcelo Salado y decenas de luchadores contra la tiranía. En los primeros meses de 1,958 la Dirección del Llano del Movimiento 26 de julio, estimó que estaban dadas las condiciones para desatar una huelga general revolucionaria en todo el país. La jefatura del Ejército Rebelde se oponía a las acciones sin participación de sindicatos y empresarios en las ciudades, y sin el apoyo armado necesario. Con independencia de su criterio, en aras de la unidad de acción contra la tiranía, el 12 de marzo Fidel Castro lanzó un manifiesto convocando a la huelga general, cursando órdenes para que se realizaran acciones de apoyo a la huelga. El 9 de abril hubo acciones armadas en numerosas ciudades,-como Regla, Guanabacoa, La Habana, Ciego de Ávila, Cienfuegos, etc. -, aunque el despliegue más grande fue en la ciudad de Sagua la Grande. El M-26-7 carecía de organización y fuerza entre el movimiento obrero y campesino, que estaba controlado fundamentalmente por restos del Partido Rev. Cubano (Autentico) y por el Partido Socialista Popular, el que se negaba apoyar la lucha armada. El asalto a la Armería en La Habana Vieja fue un acto desesperado para adquirir armas con las que dotar a las Brigadas de Acción y Sabotaje del Movimiento. Murieron antes y después, muchos y valiosos compañeros de los cuales y, a modo de ejemplo, citaré a Carlos Roberto Aztiazarraín Turro, brillante alumno de Artes y Oficios de La Habana, con Sobresaliente,- y Premio-, en todas sus asignaturas asesinado con posterioridad al asalto. Fue al combate con una pistola Máuser de la I Guerra Mundial que nunca había disparado, que se encasquilló al primer disparo. Su frustración fue uno de los reveses más serios de la lucha insurreccional que consolidó el mando de la Sierra sobre el Llano desarticulado. La tiranía desató una feroz represión desde La Habana hasta la Sierra Maestra, pues llegó a creer que estaba a punto de aplastar a la insurrección. El resultado final fue el 1º de enero de 1,959. 10 de abril de: 1,919 - Muere Emiliano Zapata. Político y revolucionario nacido cerca de Ayala, en Morelos, fue una de las figuras claves en la Revolución Mexicana, el movimiento más radical en Latinoamérica en la primera mitad del Siglo XX. Los campesinos lo adoraban porque era uno de ellos. Proclamó el Plan de Ayala en 1,911, que exigía tierras para los campesinos, demanda que no cumplió Francisco Madero ni Venustiano Carranza. Casi diez años combatió Zapata las fuerzas de Díaz, Huerta y Carranza. Murió asesinado al acudir a una entrevista. Sobre la vida de Zapata y su obra se han escrito muchas tonterías, aunque cometió excesos como en toda guerra civil. 14 de abril de: 1,865 - Atentado a Abraham Lincoln. Logra, tras ocho derrotas, en 1,860, convertirse en el décimo sexto presidente de EE.UU. Durante la guerra decretó la abolición de la esclavitud. Reelegido para la presidencia por un segundo período, cae asesinado por un sureño. En su mandato los anexionistas cubanos no contaron con su apoyo, pues expresó, "el verdadero pueblo de Cuba no ha pedido su ayuda". La trágica noticia del asesinato de Lincoln produjo en la colonia expresiones de dolor. Martí, que frisaba los 12 años, escribiría mucho después: "Por dos hombres temblé y lloré al saber de su muerte, sin conocerlos, sin conocer un ápice de su vida: por Don José de la Luz y por Lincoln". 16 de abril de: 1,887 - Nombrado José Martí cónsul de Uruguay en Nueva York. En esta fecha acepta el nombramiento que le permitirá, años después, asistir como delegado de ese país a las sesiones de la Comisión Monetaria Internacional Americana en Washington y mantener una activa participación en defensa de la dignidad hispanoamericana. 1,961 - Proclama Fidel el carácter socialista de la Revolución Cubana. Día del Miliciano. Además de la evidente importancia que tuvo esta decisión también sirvió para promover a las Fuerzas Armadas nuevos cuadros como contrapartida de los surgidos en el Ejército Rebelde, una parte del cual no estaba de acuerdo con el curso del gobierno, sus medidas económicas y políticas. Las milicias,- de hecho-, restaron autoridad y poder al grupo más tradicional del Ejército Rebelde cuyo máximo exponente, aunque no único, fue Hubert Matos, condenado,- y cumplidos-, 22 años de prisión.

Fuentes Principales: efemérides.cuba.cu; efemerides@citmatel.inf.cu es.wikiquote.org; es.wikipedia.org; datos históricos del autor.

clip_image004Los “kikos plásticos” Por los años setenta fueron el preferido,- y único-, calzado cubano. No recogí el nombre del colaborador.

Pinareño atropellado. A un pinareño lo atropella un autobús, y toda la gente se aglomera alrededor de él. El pinareño, delirando, dice: - ¡Inclínenme, inclínenme!
Y la gente lo inclinaba, pero el pinareño seguía gritando: - ¡Inclínenme, inclínenme!
La gente ya no sabía cómo ponerlo, y el pinareño dice: - Si no hay una clínica, hospitalícenme.
Colaboración de Angels T., Ripollet, Barcelona, España.

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[1] Citado por el historiador Octavio R. Costa.

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