viernes, 23 de mayo de 2025

278. Carta al director de La Iberia.

Por Enrique José Varona.

Sr. Director de LA IBERIA

La Habana

Muy señor mío.

Espero de su cartesía (sic) sirva publicar en su ilustrado periódico las siguientes líneas.

En la Miscelánea Política de su número del 1º he leído una aseveración que me concierne, y que es de todo punto errónea. Dícese allí que me he reconciliado con mis antiguos amigos. Si esto significa que haya modificado la actitud en que me coloqué, al salir de la Junta Central del Partido Autonomista a fines de 1,885, es seguramente inexacto. Para eso habría sido preciso, o que la Junta Central hubiese adoptado una línea de conducta diversa de la quo ha juzgado conveniente, seguir, lo que no he pretendido; o que yo hubiera llegado a apreciar de distinto modo nuestra situación y sus exigencias, lo que no ha resultado. Así, todo continúa como estaba; llenos mis antiguos compañeros de esperanzas; yo espectador triste e impotente del desquiciamiento y la ruina de mi patria*.

[*Yo también, porque las circunstancias que señala Varona son muy parecidas a las del presente, pero más lamentables, porque en Cuba no han sucedido una guerra ni represión extranjera: sólo y solo sí, errores graves de todo tipo: propios y de extraños, léase dirigentes cubanos, rusos o venezolanos. No el pueblo. R.]

Dice también su distinguido colaborador que el Sr. Ruiz Zorrilla no habría escrito La hija pródiga en las circunstancias en que yo la escribí. Lo ignoro; pero, en cuanto a mí, puedo asegurarle que tampoco le hubiera escrito, a tener algunos años más, a conocer mejor la historia colonial de España, y si hubiera sido ya, como lo fui después, testigo de los horrores de la represión.

Soy su muy atento y s.s.

Enrique José Varona

La Habana, 2 de junio de 1,887

Fuente: Carta publicada en el número de La Iberia, diario político español dirigido por Andrés de la Cruz Prieto, de junio 4 de 1,887. Disponible en la Biblioteca Histórica Cubana y Americana Francisco González del Valle, Oficina del Historiador de la Ciudad de La Habana.

Publicado por: https://www.elcamaguey.org/varona-carta-director-de-la-iberia

Si desea conocer en profundidad la vida y obra de Enrique José Varona, le ofrecemos dos vínculos a ella. Ambos imparciales, objetivo y muy completos.

https://es.wikipedia.org/wiki/Enrique_Jos%C3%A9_Varona

https://www.ecured.cu/Enrique_Jos%C3%A9_Varon [Buen y breve resumen de la vida y obra de Enrique José Varona. Me alegra.

https://bdigital.uncu.edu.ar/objetos_digitales/234/guadarramaCuyo18-19.pdf 

Esta carta tiene "filo, contrafilo y punta" en su respuesta, pues el que escribió sobre la posición política de Enrique José Varona insinúa claramente el abandono de su posición de principios, a lo que contesta Varona sin insultar, amenazar, ni subestimar al plumifero Sr. Ruiz Zorrilla. La cultura de Varona le permite jugar con las palabras y situarlo en su lugar equivocado. Hoy, en las contiendas políticas españolas no hay un solo orador capaz de estar a la altura de los clásicos: "Dícese allí que me he reconciliado con mis antiguos amigos. Si esto significa que haya modificado la actitud en que me coloqué, al salir de la Junta Central del Partido Autonomista a fines de 1,885, es seguramente inexacto. Para eso habría sido preciso, o que la Junta Central hubiese adoptado una línea de conducta diversa de la quo ha juzgado conveniente, seguir, lo que no he pretendido; o que yo hubiera llegado a apreciar de distinto modo nuestra situación y sus exigencias, lo que no ha resultado.

Para muestra, basta recoger este texto creado por IA: "Entre los grandes oradores españoles clásicos, destacan personajes como Emilio Castelar, reconocido por su habilidad en los debates parlamentarios. También se menciona a Antonio Maura, cuyo discurso de ingreso en la Real Academia Española, "La oratoria", es un referente en el estudio de la oratoria española. Otros nombres que se mencionan son Cánovas del Castillo y Felipe González". (actualmente no comparto esta última afirmación). Hoy, el Congreso es sólo insultos, mentiras, exageraciones. Es así. R.

Nota del Editor:  Foto del diario La Iberia. Pocas, muy pocas, personas quedan en Cuba que conozcan la vida y obra de Enrique José Varona. Patriota donde los haya, se distinguió durante la ocupación de los EE.UU. de Norteamérica por el llamado “Plan Varona” que consistió en crear cientos de escuelas, traer libros en español por miles y dar trabajo a cientos de maestros, miles de niños y mayores cubanos que no habían podido ir a la escuela, tanto por las circunstancias de la Guerra Grande,- la de los Diez Años, como la que se inicia como definitiva en El comienzo de la guerra final de independencia de Cuba, también conocida como la Guerra de 1,895 o la Guerra Hispano-[Cubana*]-Estadounidense, fue el 24 de febrero de 1,895, con el "Grito de Baire". Este levantamiento simultáneo en 35 localidades cubanas marcó el inicio de la lucha por la independencia que terminaría con la derrota española y la entrada de EE.UU. en el conflicto. Texto de IA.

*¡¡¡Qué empeño en negar u ocultar que existía y combatía el Ejército Mambí!!!, y que fue muy importante en la ayuda brindada a las tropas de los EE.UU. (p-ejemplo, cuando comenzaron a combatir a los españoles. Tanta fue la negación que no fueron siquiera  fueron invitados a participar en el Tratado de París, en el cual EE.UU. de Norteamérica y España blindaron los intereses de ambos en Cuba, dejando sin posibilidad de recuperar sus propiedades a los que vencieron a España: los combatientes del humilde Ejército mambí y los que emigraron al exilio forzoso, perdiendo también lo que les fue arrebatado, sin compensación, cuando pasaron a la manigua o al exilio.

Francisco Vicente Aguilera: el hacendado más rico de Cuba,- el de los antiguos billetes de 100 m.n.-, murió en la pobreza absoluta por la ingratitud de los Gobiernos y la mala memoria de muchos. No importa ahora: será recordado cuando se vuelva a estudiar y aplicar la Historia de Cuba, tan rica en ejemplos y hombres grandes de verdad.]

En la Guerra de Independencia de Cuba (1,895-1,898), el ejército de EE.UU. jugó un papel clave, especialmente en el Oriente de la Isla. Los combates más importantes fueron: la Batalla de Santiago de Cuba (1,898)*, que resultó en la captura de la flota española**, y la Batalla de San Juan Hill***, donde las tropas estadounidenses, incluyendo los "Rough Riders", lograron una victoria decisiva”.

*En la Batalla por la ciudad y puerto de Santiago de Cuba, **la flota española era un conjunto de barcos en pésimas condiciones,- sin carbón para las calderas-, que le fue negado por Gran Bretaña en los puertos que esperaba recoger el combustible.

Fueron sacrificados ante la potencia de la armada estadounidense. Por cierto, el embajador de la “Pérfida Albión”,- como se llamaba coloquialmente a la Gran Bretaña-, en esa época del Gran Juego”-, como se denominaba el intento del Imperio Zarista de extender su dominio a la India o,- al menos-, favorecer alzamientos contra el dominio inglés, se brindó a ejercer de intermediario entre el embajador norteamericano y el español-, lo cual le permitía transmitir a los EE.UU. los planes españoles. [Kim de la India tiene esta historia muy favorable al espionaje inglés, como no podía ser de otra manera. La actuación del Embajador británico está recogida en los archivos imperiales zaristas y publicada en un libro que conservo. ¡Asqueroso alcahuete*! *Intermediario entre personas, negocios o estados, en relaciones generalmente ilícitas.]

Vaya, como hoy el muy honorable señor Presidente de los EE.UU. entre Zelensky y Putin. La Historia se repite una y otra vez, como dijera alguien: “unas veces como tragedia  otras como farsa.”

<La frase "la historia se repite, primero como tragedia, luego como farsa" es una cita atribuida a Karl Marx y es una forma de expresar que los errores del pasado tienden a repetirse, pero con un sentido diferente o menos serio en la segunda ocasión. En la primera repetición, la historia se manifiesta con la gravedad y la intensidad de una tragedia, mientras que en la segunda, se vuelve más ligera y con un toque de comedia, ya sea por la ironía de la situación o por la manera en que se reinterpretan los errores del pasado, según la revista ri.conicet.gov.ar>. Texto de IA.  

Vaya, que es la misma historia de Ucrania, Rusia y los EE.UU. de Norteamérica hoy, que quieren burlar o ignorar al pueblo y gobierno ucraniano.

Volviendo a nuestro texto: la Batalla por la ciudad de Santiago de Cuba, fue ganada por las tropas mambises que apoyaron a las de EE.UU., aunque IA no lo recoge así. “Tras una campaña de mes y medio de duros combates en la zona oriental, en la que las fogueadas tropas españolas ralentizaron el avance de las fuerzas estadounidenses, que contaban con el apoyo de los guerrilleros cubanos, capituló el dieciséis de julio del año 1,898. Las tropas yanquis entraron en la ciudad, dando un buen trato a los españoles, no permitiendo que los insurgentes cubanos entraran en ella”. Lo mejor que he leído en mucho tiempo: autor 
Edmundo Fayanás Escuer
, 16 de septiembre de 2,023, 19:28

Fuente: https://www.nuevatribuna.es/articulo/cultura---ocio/guerra-independencia-cuba-espa%C3%B1a-historia/20230912173013216923.html

[El que tenga los diez volúmenes de la Edición del Centenario de la Historia de Cuba, encontrará allí lo que fue el Plan Varona.]

Próxima publicación: ultimo viernes de julio de 2,025, si la salud lo permite.

Mangoconarroztres,  https://mangoconarroztres.blogspot.com/ - publicará un cuento, tema histórico, poesía, arte y similares.

Se publica, preferentemente, los viernes de cada mes. Se hace sin ánimo de lucro. No percibimos ingresos por ellos.

Si desea leer el texto completo debe ir al vínculo que mostramos en el tema. Salvo que se especifique lo contrario, las negritas, itálicas, y subrayados son del Editor. El sentido de (…) y de… es indicar que se ha condensado la obra original. Los comentarios entre [ ] son del Editor. Nuestros boletines son posiblea por los servicios gratuitos de diferentes empresas internacionales de comunicación, los Alertas de Google, BBC,  Xakata, VOA, DW, Swissinfo, ARTE.tv y otras fuentes en las que confiamos. Gracias.

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viernes, 2 de mayo de 2025

277. Episodio histórico de la Guerra de los Diez Años.

Por Fernando Figueredo Socarrás.

En los primeros meses del año 1,874, se encontraba al frente de la administración militar del ejército español el Coronel R. que pasaba ya de sus sesenta inviernos y que, por sus condiciones de honradez, su limpia historia militar, los servicios que había prestado a su patria y su conducta honorable y digna, se le conservaba como una reliquia patriótica: se le respetaba por sus altas dotes de educación y cultura y se le admiraba por la bondosidad (sic) de su carácter y la delicadeza de sus maneras. Era dulce en su hablar y sencillo en sus ademanes, lleno de ingeniosidad y seriedad, demandando siempre consideraciones y respeto a cuantos le trataban y la admiración de sus amigos. Foto: Revista Binder.

Su oficina principal se hallaba situada en Puerto Príncipe como centro de la Isla y de allí partían las ramificaciones del delicado departamento que se le tenía confiado. Había venido a Cuba al principio de la guerra y aquí había obtenido sus dos últimos grados. Era un excelente padre de familia y la circunstancia de estar ésta ausente, en la Península, hacían su vida por demás angustiosa y su existencia llena de penas y sinsabores.

Su esposa y sus hijos residían en Madrid. Su hijo mayor Rosendo, era capitán del Ejército y operaba a las órdenes del General Palanca, en Oriente. Su hijo menor, Raúl, de 19 años, acababa de llegar después de terminar brillantemente su carrera en la escuela de caballería y se había incorporado a uno de los Regimientos que guarnicionaban a Puerto Príncipe, la llegada de Raúl fue para el viejo un rayo de luz en la nebulosidad de su vida: ella trajo consuelo a su espíritu, asaz abatido y alegría a su enfermo corazón.

Con Raúl llegaron brisas de la Patria y sonrisas del hogar, y a aquel anciano, por lo regular taciturno y triste, se le vio sonreír y al parecer feliz...

El Coronel era alto, delgado, bien conformado y por comodidad como sucede en tiempo de guerra usaba toda la barba. Su aspecto era patriarcal y el que pasaba junto a aquella figura venerable no podía menos que descubrirse ante el respetable anciano. Siendo joven había hecho las campañas contra el Pretendiente, en la Península, y más tarde, la de África, donde ascendió a Capitán. La presencia del joven oficial de caballería, lo hacía sentir por demás feliz y él se enorgullecía al presentar al apuesto joven que le remedara en estatura y gentileza, a la consideración de sus amigos y conocidos.

No hay cubano que no recuerde o no haya leído lleno de orgullo, y justa satisfacción los incidentes de la gran batalla de Las Guásimas que se librara en los campos del Camagüey, a mediados del mes de mayo de 1,874. Las Guásimas, es la página más gloriosa que se escribiera en la historia de aquella guerra, que por sus hechos se apellida la Guerra Grande la han descrito publicistas españoles y cubanos y todos la acreditan como la acción de guerra más importante en aquella epopeya que durara diez años. [Hoy, hay pocos cubanos que sepan, siquiera, qué fue la gran batalla de Las Guásimas. La Educación Cívica ya no se imparte, sería una hipocresía completa.]

Fue una verdadera batalla, en que una fuerte columna de 4,000 hombres, se vio sitiada por Máximo Gómez, durante cuatro días, y en la que, de parte y parte, se realizaron proezas de valor y se desplegaron inteligencia y pericia militares. La nota más saliente de aquella formidable acción, en que España confesó mil hombres fuera de combate, fue la célebre carga de caballería, que con el coronel Enrique Reeve [El Inglesito] a la cabeza, se dio en el largo carril (especie de callejón en la montaña) que une a Jimaguayú con las Guásimas.

En ese callejón fue destrozada despiadadamente la caballería española por los cubanos, cediendo al plan de batalla forjado por Máximo Gómez. Las fuerzas españolas habían abandonado la ciudad el día 15 de mayo de 1,874. La descubierta de la caballería era mandada por el joven alférez Raúl, que fue despedido por su anciano padre, llevando su bendición y elevando sus preces al ciclo (¿cielo?) porque retornara sano y salvo de aquella acción en que iba a recibir su bautizo de fuego. Dios se lo había de proteger y devolvérselo a su corazón, lleno de vida y colmado de laureles.

En la horrorosa acción del carril, cuando la caballería española cargó, llena de bríos, luciendo su garbo y levantando en alto sus relucientes sables, llena de bravura y entusiasmo, el joven alférez mandaba la extrema vanguardia. Él fue el primero en clavarse en los rifles de la emboscada de la infantería oriental, al mando de Ricardo Céspedes; él fue el que al volver grupas, quedó por su posición en la extrema retaguardia y la primera víctima del filo del machete de los implacables soldados de la caballería camagüeyana.

Raúl cayó el primero y después de él, centenares de cadáveres marcaban aquella tremenda huida, que se efectuaba a lo largo del célebre carril que después se ha bautizado con el nombre del carril de la carga.

La columna de Armiñán, es histórico, que se salvó al cuarto día de sitiada, por el refuerzo que le proporcionó el general Báscones. A no ser por esto, toda habría sido hecha prisionera.

La noticia del desastre de aquella columna que saliera tan llena de esperanza e ilusiones de Puerto Príncipe, para cortar a Máximo Gómez su marcha hacia Occidente, llegó a la ciudad con todos sus horripilantes colores, llenando de consternación a sus habitantes. Calcúlese el efecto que la derrota produciría en el anciano coronel, que solicito se apresuró a obtener todos los tristes detalles de la acción. Su aflicción no tuvo limites, se consideró, como era natural el más desventurado de los padres...

Había pasado un mes, más o menos, cuando el C. Salvador Cisneros, Presidente de la República, recibió por medio de su hermana Ciriaca el siguiente mensaje.

Sr. Marqués: El más desventurado de los padres, se llega a Vd. solicitando la gracia que espera no le sea negada de que se le permita visitar el campo donde cayera su hijo Raúl, en defensa de su Patria. Vd. es padre y debiera colocarse en lugar de éste, que ya no espera tener un momento de tranquilidad en este mundo... Respetuosamente, Coronel R.

El presidente Cisneros sometió la petición a la consideración del General Gómez y éste puso su Visto Bueno a la demanda.

El coronel R. apareció en nuestro campo acompañado de un ordenanza y un práctico, todos desarmados.

El general Gómez lo trató con señalada delicadeza y como prueba de la alta consideración que le mereciera puso a su disposición a su Jefe de E .M. Coronel Rafael Rodríguez, de quien debiera ser huésped, durante su permanencia en el campo insurrecto.

El coronel aparecía muy abatido, su dolor era inmenso y los halagos y cortesías de que era objeto aumentaban su pena. Se hizo referir el hecho de la batalla tal como pasó: escuchó de labios de sus enemigos las frases más encomiásticas hacia el soldado español, la bravura con que se peleó, y cuando se llegó a la descripción de la gallarda figura de su hijo, tronchado como una flor por implacable vendaval, su aflicción no tuvo dique.

Nuestros soldados, los que cargaron más inmediatamente sobre él y que prestos se reunieron a su rededor, se lo pintaban hermoso como una aurora y valiente como un adalid. Todos trataban de enjugar las lágrimas, que a raudales corrían de los ojos del veterano, encanecido en los campos de batalla.

Al momento no hubo uno que no tratara con empeño de que el coronel recogiera las reliquias de su hijo. Su reloj, un par de yugos con las iniciales R. R., sus espuelas, su cinturón, su sable, todo, todo lo que representaba una prenda de valor le fue entregada al Coronel, que abismado, en medio de su cruento dolor, recibía aquellas pruebas de respeto y consideración.

Aunque un tanto dictante, se dispuso una excursión al campo de batalla, para recoger los restos y darles sepultura. Llegaron al lugar: uno de los primeros esqueletos era el de Raúl. No existía sino la osamenta: todavía cubría su pierna una de sus polainas, prenda que sirvió para principiar la identificación; pero cuando se mostró el cráneo al infeliz anciano, este lanzó un grito de dolor al reconocer por la dentadura la calavera de su hijo.

Pero otra cosa le angustiaba más: un omóplato lo tenía hendido por un tajo del terrible machete: Raúl había sido herido por la espalda: había huido frente al adversario. Fue necesario explicarle la angustiosa situación y que si volvió la espalda fue después de señalados actos de heroicidad...

Los preciosos restos fueron sepultados. Los cubanos se disputaban el deber de consolar al afligido padre y ellos mismos, cavaron la sepultura en que, lleno de recogimiento, depositaron los restos del heroico joven. 

Había el coronel R. cumplido su misión. Necesitaba después de su herida, la más honda que confesaba haber recibido, buscar el consuelo del hogar, el calor de su esposa y de sus hijos, pero antes de marchar y abandonar para siempre la tierra que guardara los restos adorados de su hijo, solicitó nuevo permiso para visitar su tumba y este le fue concedido. Había una distancia de un mes entre una y otra visita.

Volvió a nuestro campo: regó nuevamente con sus lágrimas la tumba de su hijo y una tarde que descansaba en nuestro campamento, sito en Jimaguayú, rodeado siempre de las mayores atenciones, hubo de presentarse un montero, uno de nuestros tipos más curiosos y más dignos de estudio, que venía acompañado de su inseparable pareja de perros. El coronel se distraía con la locuacidad del nuevo huésped: sus ojos, sin embargo, se iban detrás de los perros, que le acompañaban, hasta que por fin manifestó deseos de comprar uno de los animales.

El montero, no consintió que se repitiera el deseo y tomando los dos por la cuerda que los sujetaba exclamó:

—Aquí están, son suyos: disponga Vd. de ellos. El Coronel escogió el que le pareció más aceptable y cuando fue a entregar una moneda de oro al cazador, éste, impelido por el espíritu generoso de nuestros guajiros, exclamó:

—¡Oh! no: yo no lo vendo, yo se lo regalo al afligido padre del mártir Raúl.

Para el coronel aquel perro fue una adquisición. Lo bautizó con el nombre de Mambí y cuando se encontraba a solas con él, en la intimidad de sus pensamientos, se le oía, acariciando al perro en triste soliloquio exclamar:

Ahora Mambí irás a una tierra muy distante. Serás el espíritu de mi Raúl: servirás de consuelo a una madre que vierte sus lágrimas a raudales, v nos servirás de compañía en nuestras tristes horas, cuando hablemos de esta tierra tan hermosa. como ingrata, al recordar al hijo que por siempre ha de guardar en su seno”.

Tomado de Social. Vol. IX, Núm.2, La Habana, febrero, 1,924, pp. 29 y 65.

Fuente: https://www.elcamaguey.org/fernando-figueredo-episodio-historico-guerra-diez-anos

Nota del Editor: El texto procede íntegramente de elcamagüey.org. Para facilitar la lectura, hemos separado párrafos del original a los efectos de dar mejor visión del texto. Las cursivas, negritas, subrayados y comentarios entre corchetes [ ] son del Editor. Salvo estos “detalles” todo es del original. Este artículo pudiera servir para enseñar nuestra historia por la Libertad, a las nuevas generaciones. Esto sí sería una “clase de moral y cívica”. R.

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viernes, 25 de octubre de 2024

276. Camagüey. Los fusilamientos (de Cómo llegó la noche)

 Camagüey. Los fusilamientos (de Cómo llegó la noche). Por Huber Matos Benítez.

Fuente de la foto:

De El Fogonero - https://translatingcuba.com/the-day-i-asked-forgiveness-from-huber-matos-camilo-venegas/ Dominio público. “Entrada de las fuerzas rebeldes en la Ciudad de La Habana precedidas por los principales responsables de la derrota de la tiranía del general Fulgencio Batista y Zaldívar. Artículo tan interesante como extenso donde se narran los sucesos de la detención del Comandante Hubert Matos por él, además de otras valoraciones”. El Editor. https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=73516351https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=73516351

Nota: en el texto fuente existen fotos y comentarios que amplían el contenido de este trabajo. No era posible incluirlas en este espacio.

“El 11 de enero de 1,959 comenzamos el traslado a Camagüey en aviones de la fuerza aérea. En total van unos mil hombres incluidos los reclutas. Cuando llego, al día siguiente, en el aeropuerto me reciben varias mujeres armadas vestidas con el uniforme verde olivo del Ejército Rebelde. Se movilizan en vehículos dotados con radios de comunicación. Mientras viajo hacia el campamento militar Ignacio Agramonte veo en las calles demasiada gente exhibiendo armas.

El campamento es un complejo de edificios circundado por un muro. Cuenta con barracas, oficinas, áreas deportivas, anfiteatro, zonas para entrenamiento militar y talleres. Me reúno con el comandante Víctor Mora, un guajiro de sanas intenciones abrumado por la responsabilidad que se le ha confiado, los papeles y el gentío. Hay personas que le plantean necesidades verdaderas, además de los oportunistas que nunca faltan. Mora actúa dispuesto a resolver los problemas. Él va trasladado con personal de su tropa para la provincia de La Habana.

Pasa hora y media pero no formaliza la entrega del mando. “No me dejan, Huber, no me dejan”, se queja. Ante la situación, él sugiere la tranquilidad de la casa del jefe del distrito, en la que reside ahora. Recorrer los cien metros entre las oficinas y su casa es un verdadero espectáculo. Mora da la mano a uno, dice al otro lo suyo, se detiene a dar respuesta a la gente que lo presiona. Por fin, a solas, tratamos algunos asuntos y me entrega formalmente el mando.

Por no ser oriundo de esta provincia comienzo a organizar las cosas con suma prudencia. Prevengo a mis oficiales: —Ustedes saben tanto como yo de los localismos provincianos tan propios del país: “que los camagüeyanos aquí..., que los orientales allá”... Hay posibilidad de recelos y resentimientos. Para ganarnos a la gente en Camagüey, en vez de disgustarla, debemos actuar con inteligencia. Sólo algunos de ustedes tendrán mandos efectivos en una primera etapa; el cambio será paulatino. Si empezamos a desplazar gente que quiere permanecer en sus actuales funciones, procederemos como una tropa de ocupación y no estamos en eso.

Algunos de mis oficiales parecen descontentos con los cargos asignados. Esperaban más en reconocimiento a sus méritos como combatientes. Sin embargo, pronto se adaptan al estilo respetuoso y conciliador que establecemos en Camagüey.

Antes de mi llegada a la ciudad, una falsa alarma degeneró en lo que se conoce como “el combate del hospital”. Alguien alertó sobre un supuesto movimiento de personas que se ocultaban en el recién construido y aún no estrenado Hospital Provincial. La alarma provocó una movilización de muchos efectivos del Ejército Rebelde y de otros tantos voluntarios civiles armados, hacia el hospital. Durante toda la noche se atacó a los “batistianos”. A la mañana siguiente, cuando registran para capturarlos, sólo encuentran al pobre hombre que cuidaba el edificio, muy asustado y metido en un tanque de cal vacío.

Las armas proliferan desordenadamente entre la población. Se producen tiroteos aislados que civiles y rebeldes achacan a la presencia de batistianos. Publicamos una prohibición sobre la portación de armas: sólo podrán llevarlas personas autorizadas. Recibimos revólveres, pistolas, fusiles y pertrechos bélicos perdidos que pertenecen al Estado.

Desde que llegamos, rebeldes y efectivos regulares del ejército se han integrado en una misma tropa. Además de los guerrilleros de la Columna 9 tenemos un grupo de la de Víctor Mora que quedó aquí, y otro de la columna de Jaime Vega. Los rebeldes demuestran, con hechos, que este regreso a la democracia y a la convivencia civilizada debe basarse en un marco de orden y de disciplina, y no en los caprichos de la individualidad.

Nos dedicamos a la tarea de convertir a los rebeldes en militares. El capitán Gutiérrez, oficial de infantería del antiguo Ejército Nacional, nos ayuda en este trabajo. Se organiza un programa de reuniones informativas y formativas para la oficialidad revolucionaria, la que a su vez instruye a la tropa. Estos esfuerzos van dando resultados aceptables.

Llega María Luisa con nuestros hijos y nos albergamos en la casa del jefe del Distrito Militar. Es una casa de dos plantas, amplia y bonita, pero no tiene el sabor de intimidad y refugio amoroso que tenía nuestro hogar en Yara. Es difícil adaptarse a vivir dentro de un campamento militar.

La dictadura de Batista se caracterizó por la crueldad de sus fuerzas represivas. Jóvenes sospechosos de estar vinculados al movimiento revolucionario fueron torturados brutalmente y asesinados. Muchas familias fueron víctimas de esa cacería humana. En cuanto triunfa la Revolución la población comienza a exigir una justicia severa para los responsables de estos delitos.

Hay bastante gente presa en las cárceles: civiles y militares acusados de colaboración criminal o de participación directa en asesinatos u otra clase de violaciones. Los principales presos son militares, entre ellos algunos de alto rango con un historial negro en materia de represión, tortura y desaparición de enemigos o de simples ciudadanos considerados como peligrosos para el régimen de Batista.

Mientras reflexiono sobre todo esto e investigó los pasos que está dando el tribunal en algunas causas, no puedo menos de recordar lo que me dijo durante su visita a Santiago de Cuba, en la primera semana de enero, el comisionado provincial (gobernador) de Camagüey, Agustín Tomé: —Fidel anunció al pueblo de Camagüey, durante un acto público, que serían ajusticiados muchos culpables y mencionó algunos nombres. Varios de ellos han sido arrestados.

En Santiago ya ha habido fusilamientos. Me han llegado informes de que se han cometido excesos e injusticias. En un día, más de 70 acusados de hechos criminales fueron ejecutados. No presencié juicios ni ejecuciones allí porque el mismo Raúl se arrogó esa atribución, bien por orden de Fidel o con su consentimiento. Desde los primeros días de enero, al comenzar mi trabajo como jefe del Primer Distrito Militar, Raúl me dijo: —Mira, Huber, esto de los juicios es una cuestión que quiero manejar personalmente y tu intervención no es necesaria. Se procederá con justicia.

La casi inmediata orden de Fidel de hacerme cargo de la provincia de Camagüey deja a Raúl con el total control de Oriente.

La noticia de los fusilamientos en Santiago de Cuba —todos posteriores a mi traslado— corre por el país y se conoce en el exterior. Según información llegada a nosotros, en tres o cuatro días de enero han sido fusilados en Santiago más de doscientos militares y civiles implicados en hechos criminales. También en la Fortaleza de La Cabaña, donde tiene su mando el Che, el paredón está funcionando con suma frecuencia y ya es alto el número de los fusilados. La reacción internacional a estos hechos no es nada favorable a la imagen de la Revolución.

En Camagüey, desde antes de mi llegada funciona un tribunal revolucionario que no ha dictado ninguna sentencia. Por eso hasta mi despacho llegan constantemente señales de la molestia del pueblo. La gente cree que se está esquivando la cuestión. Hacemos indagaciones con la entidad que controla los tribunales revolucionarios, la Auditoría General de las fuerzas armadas, que funciona en el Estado Mayor, en La Habana, y recibimos las instrucciones pertinentes. Nombramos auditor de nuestro Distrito Militar al abogado camagüeyano Emilio Cosío. Hablo con los miembros del tribunal y demás oficiales a quienes conciernen las responsabilidades de administrar justicia, para que se proceda a dar curso a los casos. Y les aclaro:

Aquí no se trata de vengarse de nadie sino de ser justos. Los criminales deben ser castigados de acuerdo con su culpa y ajustándonos a las normas y directivas de la Auditoría General. Los esbirros de Batista cometieron crímenes en toda la Isla. Hay en la población una tendencia manifiesta a que se aplique justicia con severidad; una actitud exigente no ajena a los discursos de Fidel, en los que ha tratado el tema con evidente radicalismo. Pero no debemos confundir lo que es un criterio político, con la necesidad y la obligación de ser justos.

En el primer grupo de acusados se encuentra un individuo popularmente conocido como Pata de Ganso (nota), a quien se le acusa de haber cometido torturas, asesinatos y otras aberraciones. Está el sargento Gerardo Trujillo, tristemente célebre por su crueldad; y con ellos un número indeterminado de matones y criminales señalados de manera precisa como autores de asesinatos, torturas y otros hechos de extrema gravedad. También están los implicados en el asesinato múltiple de los sobrevivientes del combate de Pino Tres. En este hecho participó como ejecutor el sargento Leopoldo Otaño; pero no fue el único ni el principal culpable del crimen. Es el teniente coronel Armando Suárez Suquet, segundo en el mando militar de Camagüey en aquel entonces (octubre de 1958), el principal responsable del asesinato de los once heridos que ya estaban hospitalizados en Macareño, al sur de la provincia, no lejos del lugar donde se había producido el combate. El teniente coronel ordenó que los prisioneros heridos fueran sacados del hospital, montados en un camión y ejecutados en un lugar despoblado. Los detalles del crimen eran bien conocidos, pero el caso no pudo resolverse sin tener que superar dificultades, porque Suárez Suquet esquivó el arresto escondido en La Habana al producirse el triunfo revolucionario, y luego de su detención fingió estar loco, no respondiendo a interrogatorio alguno. Trasladado a Camagüey fue sometido a examen por una comisión médica, que pudo comprobar que el trastorno mental era un ardid evasivo para no ser juzgado. Se le llevó a juicio y fue condenado a la pena de muerte, y fusilado.

Pese a las críticas y presiones internacionales en contra de los fusilamientos, el 21 de enero, Fidel, en un acto masivo en La Habana, exhorta a la multitud abogando por la pena de muerte para los culpables de crímenes políticos. Cientos de miles de cubanos allí concentrados respaldan su planteamiento de justicia radical, simbolizada en el paredón de fusilamiento. El fervor revolucionario y las esperanzas de un futuro promisorio para Cuba entusiasman a la multitud en una medida que le imposibilita percibir la trascendencia de esta política tan severa.

Un día después, el jueves 22 de enero, fue juzgado en La Habana uno de los más connotados criminales de la dictadura batistiana, el comandante Jesús Sosa Blanco. El juicio se lleva a cabo en el palacio de los Deportes. El tribunal está formado por los comandantes Raúl Chibás, Son Marín y Universo Sánchez. El juicio se transmite por la televisión. Asiste bastante público además de periodistas nacionales y extranjeros. El público se exalta y grita contra los acusados. El caso, lejos de servir para demostrar los crímenes contra personas inocentes, se convierte en un espectáculo poco propicio para la administración de la justicia.

En toda la Isla hay algo parecido a una psicosis de radicalismo y persecución. Desde Manzanillo, donde el tribunal revolucionario orientado por Raúl Castro ha llevado al paredón a muchas personas, me hace llegar su preocupación Abelardo Guerra, un militar que lleva años en el ejército, desde donde pudo salvar algunas vidas al darle aviso a la gente que iba a ser asesinada. Ahora me dice que le han amenazado con involucrarlo injustamente en los crímenes que se cometieron en el área durante la guerra. Lo reclamo, como hice con Pedro allá en el Campamento La Plata, y aquí está ya, en el personal del Distrito Militar de Camagüey.

Aunque los juicios están a cargo de los tribunales revolucionarios, que se guían por instrucciones de la Auditoría General de La Habana, pedí que en casos de pena de muerte el tribunal me informe quién es la persona y cuáles son las circunstancias del caso.

En ciertas situaciones me veo forzado a intervenir directamente. Una de éstas surge de la acusación que en el área de Ciego de Ávila hacen a unos oficiales de Batista por el asesinato de revolucionarios. El tribunal militar de Camagüey viaja a esa localidad y regresa con una preocupación que me traslada de inmediato: —“Comandante Matos, la gente de Ciego de Ávila quiere que se fusile a varios militares por su participación en una emboscada que dejó como saldo algunos rebeldes muertos y heridos. Creemos que no hay razones válidas para fusilarlos porque actuaron dentro de las convenciones de la guerra. Los que cayeron allí no fueron asesinados, murieron en un combate. Hay protestas porque no los hemos fusilado y amenazas de una paralización total de la ciudad si no se aplica la justicia según ellos entienden”.

En efecto, la protesta se hace con cesación de labores y tumultuosas manifestaciones callejeras. Acudo a Ciego de Ávila y mantengo reuniones con las autoridades revolucionarias locales, y también con gente relevante dentro de la vida pública de la zona. Hablo por una emisora local y pongo énfasis en el absurdo intento de fusilar a esos militares que no son culpables de ningún crimen. Procedieron dentro de las reglas de la guerra. Tomo una actitud firme y el problema se resuelve.

Un caso que atrae mucho la atención en nuestra provincia es el del capitán Lázaro Castellón, del Ejército Nacional, un oficial que había estado en conversaciones con gente de la Revolución durante la lucha. Quienes conocen sus antecedentes afirman que Castellón colaboró en diversas formas con el Ejército Rebelde. Pero su situación se ha complicado de forma inesperada, pues ha salido a relucir su presunta participación en la muerte de Alfredo Álvarez Mola, dirigente bancario y del Movimiento 26 de Julio en Camagüey. De acuerdo con los informes provenientes de la investigación, Álvarez Mola era contacto o guía de la tropa de Camilo en la zona. Estando escondido en la casa de una finca al sur de la provincia, echó a correr cuando los soldados se acercaban; le dispararon y lo hirieron. Herido, pero con probabilidades de sobrevivir, fue rematado y enterrado a escondidas en un lugar apartado dentro de la finca.

Entre los oficiales del Ejército Rebelde hay una corriente favorable hacia Castellón debido a sus contactos con los revolucionarios durante la lucha, y porque no creen que tenga responsabilidad en la muerte de Álvarez Mola. Pero el movimiento sindical y algunos miembros del 26 de Julio reclaman castigo severo. Muchos dicen: “Si no fue el autor directo o indirecto del asesinato, ¿por qué fungió como cómplice o encubridor al enterrarlo a escondidas?”. No hizo bien al esconderse con ayuda de rebeldes de Camagüey, que bien podían haberlo ayudado a que se fuera del país.

Las investigaciones logran sacar a la luz que fue el soldado Francisco (Pancho) Sosa quien tuvo a su cargo la acción de ultimar a Álvarez Mola. Y Sosa afirma que le preguntó a su jefe: “Capitán, ¿qué hacemos con el herido?”, y recibió la orden precisa de rematarlo y enterrarlo donde nadie pudiera encontrar el cadáver.

Durante un tiempo, Castellón pudo escapar de la posibilidad de un juicio manteniéndose oculto, hasta que fue detenido. En el juicio, las declaraciones de Sosa lo comprometen muy seriamente. Los dos son declarados culpables y sentenciados a muerte.

El caso del capitán Castellón ha sido difícil para mí. Estoy convencido de que, a pesar de su responsabilidad en la muerte de Álvarez Mola, este hombre no es un asesino. Lo he visitado en su celda y creo que es uno de los tantos que fue arrastrado por la vorágine de la guerra civil. Quisiera que su suerte hubiera sido otra.

Otro caso de intervención directa, no obstante tratarse de un hecho considerado irreversible, es el de una apelación informal presentada por dos mujeres que acuden a mi despacho: —“Comandante, un hermano nuestro está en la prisión de Isla de Pinos cumpliendo una condena de diez años impuesta por el tribunal revolucionario de Camagüey. No es culpable, es una tremenda equivocación”.

Les contesto que ordenare una investigación oficial. Designe al capitán Francisco Cabrera, inspector territorial del Segundo Distrito Militar, para que haga una amplia investigación del caso. El informe final confirma que, efectivamente, hay una equivocación. El hombre sentenciado y que ha empezado a cumplir condena en Isla de Pinos, no es culpable de lo que se le imputa. Envíe un informe a la Auditoria General en La Habana, con todos los detalles; solícito que, luego de estudiar los antecedentes, se adopte una justa determinación. La Auditoría resuelve y el prisionero recobra su libertad.

Matanzas y Camagüey son las dos provincias donde menos fusilamientos ha habido, a pesar de que aquí también los revolucionarios y la mayor parte de la población reclaman una justicia más radical, como si la credibilidad de la Revolución dependiera del número de fusilados.

Desde Manzanillo, me avisa mi padre que al teniente Pino, que había estado al frente del cuartel de Yara, nuestro pueblo, van a fusilarlo en Santiago de Cuba. Mi padre tiene la convicción de que este señor no es responsable de los delitos que se le atribuyen, la mayoría de los cuales son obra de los masferreristas* del área. Además, en los días más difíciles de la lucha en la Sierra, tras mi incorporación al Ejército Rebelde, el teniente Pino le aseguró más de una vez: “Viejo, no tema por su vida. Aunque su hijo esté peleando contra nosotros, mientras yo esté aquí en Yara a usted no le pasará nada”. [Masferreristas: sicarios a sueldo del senador Rolando Masferrer famosos por su crueldad con civiles y militares.]

Mi padre me informa que irá a Santiago a defender al teniente Pino en un juicio de apelación que está solicitando; me pide que también yo realice alguna gestión para salvarle la vida a este oficial.

Bien, a pesar de que este militar me vigiló persistentemente y me ocasionó algunas molestias, no es un asesino y estamos en la obligación de evitar su fusilamiento.

Mi padre por su lado y yo por el mío intercedemos. Al teniente Pino le conmutan la pena de muerte por la de prisión.

La aplicación de la justicia revolucionaria en la provincia ha sido un trabajo escabroso, con factores adversos, como la inexperiencia de los rebeldes en función de jueces, así como la radicalización del clima político basado en el esquema de que todo lo que hace la Revolución es correcto; también por la pretensión de que con castigos ejemplarizantes erradicaremos para siempre en nuestro país el crimen y la barbarie desde el poder. Estos factores conllevan el enorme riesgo de los excesos, que pueden trocar la justicia en injusticia, en muchos casos sin posibilidad de reversión.

Durante los días siguientes al traslado de nuestra tropa procedente de Santiago de Cuba, la población civil de Camagüey, a causa de rivalidades históricas desde el tiempo de la Guerra de Independencia, en el pasado siglo, nos miraba con cierto recelo. Aunque algunos de nuestros oficiales son camagüeyanos, la Columna 9 se había identificado como una tropa de la provincia oriental, algo difícil de asimilar para la gente de Camagüey, celosa siempre de su orgullo provinciano.

Un mes después y tan sólo con la actitud modesta de nuestros oficiales y soldados, se nos mira de una manera muy distinta. Después de un mes sin sueldo, el primer pago que reciben los rebeldes se cubre con dinero recogido en el pueblo por iniciativa de la dirección del Movimiento 26 de Julio de esta provincia.

Y es que el gobierno revolucionario, transcurridas ocho semanas de su instauración, no ha logrado poner en orden su economía y atender las obligaciones de pago a los servidores del Estado. También hay retraso en la tramitación de los expedientes del personal. No es fácil hacer de una tropa rebelde el ejército oficial de la República con sólo haber tomado los cuarteles.

El traslado a esta provincia me facilita una relación directa con oficiales, sargentos y soldados del disuelto Ejército Nacional que han continuado trabajando con nosotros. Esto me permite afirmar, sumado a otras experiencias, que la gran mayoría de lo que nosotros llamábamos “el ejército de Batista”, está integrado por militares decentes y respetuosos que no se involucraron en los crímenes de la dictadura.

Camagüey es una provincia extensa con abundantes recursos. Su riqueza proviene de la ganadería y de las industrias vinculadas a ella: la carne y la leche. La industria azucarera tiene también un peso enorme en la economía de la provincia. Camagüey produce y embarca al exterior un substancial porcentaje del azúcar que Cuba obtiene en cada zafra. Ahora que el año comienza, nos encontramos precisamente en lo más intenso de esas labores, renglón básico de la economía nacional. Nuestro trabajo debe contribuir al proceso productivo, pese a los temores que los dueños de ingenios y de grandes plantaciones de caña manifiestan ante el poder revolucionario; vale decir, ante la reforma agraria, aún en etapa de estudio.

Ésta es una provincia de apellidos que la honran y que su gente guarda como venerado patrimonio. Constatar que sus pobladores nos aceptaron de buen grado, confirma el hecho de haber mantenido nuestra línea de conducta en un marco de civilidad y justicia, con los inevitables errores que van con la condición humana.

Tomado de Cómo llegó la noche. Tusquets Editores, 2002. Transcrito a partir de un ebook generado por QualityEbook v0.43.

Fuente: https://www.elcamaguey.org/huber-matos-los-fusilamientos

Los cambios en el tipo de letra, entrecomilladlos, subrayados, sombreados de amarrillo, etc. son del Editor en función de hacer más fácil la lectura del texto, tanto por cubanos por los miles de extranjeros que aprecian nuestros blogs. El Editor.

Próxima publicación: se hará en fecha cercana, donde se recoge la rebelión de los esclavos en el Camagüey. Así conocerán cómo se vivía y moría antes de la Independencia. También un artículo de Samuel Feijóo, nuestro inolvidable etnólogo que recorría los campos en busca de la sabiduría popular, convirtiéndola en muchos de los “cuentos” cubanos. 

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miércoles, 9 de octubre de 2024

275. Inicio de la Guerra de los Díez Años en Cuba.

Personaje: Fidel Céspedes. Por Manuel de la Cruz.

Cuando se alistó bajo la bandera tricolor apenas fue desplegada en las llanuras del Camagüey, ya tenía conquistada fama de bravo. Algunos meses antes del Grito de Yara, la tarde de un domingo, a orillas del Hatibonico, cinco dragones, pasándose de zumbáticos*, se mofaron de él llamándole gallo ronco. (*En Cuba: alocado, irresponsable. “Zumbado, zumbada: 1.1. Adj. coloquial. (loco: de poco juicio. Usado también como sustantivo. Similar: loco, atarantado, inquieto, bullicioso. 1.2. Adj. Coloquial, Venezuela. Dicho de una persona: Audaz, Arriesgada. R.A.E.)

Acometió Fidel al grupo con ímpetu de toro, abrió ambos brazos a compás y despatarró dos dragones; de un mojicón hizo caer otra panza al suelo, al cuarto, de un puñetazo de púgil, lo echó a rodar como un tonel, haciéndole ver luminarias y quimeras de colores chillones, y al quinto, de una puñada, [puñetazo] le hizo manar dos caños de sangre por las ventanas de la nariz. Él salió ileso, sin un rasguño y como esperara en vano el desquite, acabó diciendo con voz ronca y gentil arrogancia, como gallo que campa victorioso sobre el serrín ensangrentado de la valla. —¡Como éstos necesito veinte!

Fidel Céspedes tenía cerca de seis pies de altura, casi una palma real; espaldas anchas y musculosas, un parapeto de carne y hueso; su empuje y sus fuerzas estaban en armonía con su aspecto y dimensiones; y era, además, de presencia airosa, de color moreno mate, de ojos y cabellos negros, bigote castaño, voz suavemente ronca, en el peligro inmutable y frío como una mole de granito, en el ataque temerario y descabellado, en el cuartel humanitario, sencillo, generoso. Hombre tan bien constituido, en quien el valor era un producto de su organización privilegiada como la salud y la fuerza, fue ganando grados sin grandes empeños, siguiendo a secas sus naturales impulsos. Era teniente coronel cuando su superior, el brigadier Benítez, viendo una columna enemiga atravesar la sabana, le dijo: —Métase por la cabeza y salga por la cola, que yo lo apoyo.

Fidel Céspedes requirió los arreos de su caballo, y volviéndose a sus treinta jinetes: —¡Ojo a las monturas!—gritó.

Poco después un oficial le decía: —¡Todos listos! —¡A ellos! —repitió Céspedes clavando los acicates y desnudando el tajante acero.

Y al galope, a la cabeza de los treinta jinetes, arrolló la vanguardia enemiga, abriéndose camino por entre ella como impetuosa y pujante piara de toros corpulentos y bravíos que embistiesen juntos con fiero denuedo, derribando a éstos, atropellando a aquéllos, pisoteando a algunos y estrujando, embutiendo, atravesaron la columna por su eje, saliendo todos ilesos por retaguardia sin perder un hombre, un caballo ni una espuela.

Al acabar la jornada uno de los actores, soldado oscuro, sillar vivo del pedestal en que se yergue a los ojos de la posteridad el prócer de la gloria, asombrado de la proeza que él mismo había contribuido a realizar, exclamó:

—¡A pulso! Si cuentan esto en un libro no va a ver quién lo crea.

Seguido de cinco jinetes volvía Fidel Céspedes de las cercanías de Puerto Príncipe, de cuyos fuertes estuvo a tiro de fusil, encaminándose a un cocal situado a dos leguas de la ciudad. Descabalgó, tiró el rifle a un lado, ató el corcel en sitio umbrío* y pastoso y se alejó con rumbo a un grupo de cocoteros enanos, oasis de sombra y frescura, en medio la caldeada sabana (sic). Se echó sobre la hierba, haciendo almohada del sombrero, y momentos después roncaba como un canónigo. [*1.1 Umbrío, umbría: adj. Dicho de un lugar: Donde da poco el sol. Similar a umbroso, sombrío. 1.2. femenino. Parte de terreno que, por su orientación, casi siempre está en sombra. Similar a: sombría, solombría. R.A.E.]

El estampido de una descarga le hizo ponerse de pie. Se restregó los ojos con los puños y miró a su alrededor. Estaba sitiado por una guerrilla; aquéllos de sus hombres que como él se entregaron al sueño, despertaron prisioneros, incluso el torpe vigía que pusiera sobre el rastro; su rifle había desaparecido, su caballo estaba muy distante y de detrás de cada cocotero partía una bala rozándole el cuerpo. Sin perder su habitual aplomo empuñó el machete gritando a sus enemigos: —¡Venga uno a uno a pelear al arma blanca!

Hubo entre los guerrilleros un instante de vacilación, pero un desertor, que días antes obedecía al sitiado jefe, repuso: —¡No, cuidado no se acerquen a él, miren que es Fidel Céspedes!

Renovóse el fuego con más furia. La fiera enjaulada se acercaba a sus sitiadores cuando un balazo en la pierna izquierda le hizo caer de rodillas. Entonces oyó una voz que decía:—¡Cojan el caballo!

Al oír esto se incorporó de súbito, avanzó hacia el magnífico bruto que lo llevó sobre sus lomos en la famosa carga, y descargándole un terrible machetazo en la cabeza: —¡No gozarán de él! —exclamó, y siguió hacia un macizo de cocoteros, empuñando el ensangrentado machete y repitiendo el reto: —¡Uno a uno, al arma blanca! Pero cayó a la mitad del caminó acribillado por una lluvia de balas.

Tomado de Episodios de la revolución cubana. Prólogo de Manuel Márquez Sterling y notas biográficas de Domingo Figarola -  Caneda. Segunda edición, corregida y aumentada. La Habana, Miranda, López Señas y CA., Editores, 1,911, pp.29-31.

[Manuel de la Cruz tiene narraciones verídicas,- como ésta-, donde se debiera dudar con razón-, de la proporción de muertos y heridos entre cubanos y españoles o guerrilleros,- así se calificaba a cubanos traidores que luchaban por España y por sus atracos, violaciones-, a los pacíficos campesinos. Pues no: es cierta la proporción,- como en este ejemplo-, porque los mambises luchaban por su Patria, por la libertad, por sus derechos. El enemigo no estaba motivado, no conocía el terreno ni estaba adaptado al clima y los alimentos de la Isla. Para colmo, muchos mandos militares NO combatían con vigor y constancia. Muchos de los soldados españoles eran de Galicia, sin preparación adecuada, que habían recibido las mil quinientas pesetas que los señoritos daban a quien los supliera en el llamado al servicio militar. Así hicieron tres hermanos, que después de la guerra quedaron en Cuba y pusieron una lavandería. Eran mis lejanos parientes por parte de padre. Los guerrilleros sabían que, de caer prisioneros, serían pasados por las armas, previo Tribunal Militar.

Aunque Manuel de la Cruz es el más conocido escritor sobre la Guerra Grande, existen muchos estudiosos de la misma,- dentro y fuera de Cuba-, que han escrito mucho y bueno, pero no se divulgan como debiera ser. El Camagüey sí recoge muchos episodios de nuestras luchas por la Libertad y la Justicia Social. Gracias a Amazon que ha editado este volumen que un hijo mío me envió desde la Florida. Algún día se conocerá lo que en el presente está olvidado o perdido.

Manuel de la Cruz publicó cinco tomos en la primera edición española, a los que se añadieron otros dos que no fueron vendidos, alegando que era mucha la crueldad que se atribuía a los ibéricos. Es una verdadera pena que la obra de nuestros mayores durante treinta y tantos años de lucha no se encuentre hoy,- en Cuba-, como lectura formadora del espíritu libertario y patriota. Me quedan dos volúmenes de los cinco originales que conservó como "oro en paño" y releo con bastante frecuencia, como el Diario de Campaña del General Máximo Gómez Báez, aquel que nunca quiso intervenir ni ser parte de las polémicas y crisis de las fracciones que surgieron y se mantuvieron después de 1,902.

Este es nuestro modesto homenaje a los héroes y mártires de nuestras luchas, en este Diez de Octubre de 2,024.]  

https://www.elcamaguey.org/manuel-de-la-cruz-fidel-cespedes

Tres poemas mínimos - Nicolás Guillen

Los cubanos, ya muy pocos, conocemos a Nicolás Guillen,- sin acento-, en su vertiente “seria” como poeta. Su poesía se distingue por la empatía, el acercamiento a lo expresado por él. En estas tres hay, al menos, dos poco usadas en la actualidad: “fino aliento del carmen”. El Consejo Superior de Actividades Científicas ofrece esta explicación: “Del latín carmen: 'algo cantado'. (Ing.: carmen; fra.: carmen, charme; al: Carmen). Término latino derivado del verbo cano, “cantar”, entendiendo ese canto en un sentido mágico-religioso. En el siglo I a.C. la palabra pasó a significar “poema”, especialmente “poema lírico. El término “lambo” aparece unido al fuego de las fraguas, al hierro forjado aun caliente. Esta es la unión aparente para el uso que le da N. Guillen.

   1
        Brizna, pequeño tallo...

    Brizna, pequeño tallo
    verde, en la tierra oscura,
    ¿de qué selva minúscula
    eres baobab, de cuántos
    pájaros-pulgas guardan
    nidos tus fuertes ramas?
    Brizna, pequeño tallo
    verde, en la tierra oscura,
    yo durmiendo a tu sombra,
    para soñar echado
    bajo la luna.

       
          2
         Brisa que apenas mueves...

     Brisa que apenas mueves
     las flores, sosegada,
     fino aliento del carmen
     que blandamente pasas,
     ven y empuja mi barca,
     presa en el mar inmóvil.
     Llévame, poderosa,
     en tus mínimas alas,
     oh, brisa, fino aliento,
     brisa que apenas mueves
     las flores, sosegada.


        3

        Punto de luz, suspenso lampo...

     Punto de luz, suspenso
     lampo, remota estrella,
     tú, sol de otros planetas,
     bien que apenas te veo,
     allá lejos, lejísimo,
     muy lejos,
     podré pedirte el fuego,
     la luz y que madures
     mis frutos, oh suspenso
     lampo, remota estrella,
     tú, sol de otros planetas?

Texto y foto proceden de El Camagüey.

DE LA ACTUALIDAD:

Milton en una espiral de intensificación se convirtió este lunes (7) en un huracán de categoría 5 con catastróficos vientos de 160 mph (250 km/h) en el este del Golfo de México en ruta hacia la costa oeste de la Florida donde ya se han ordenado algunas evacuaciones ante la posibilidad de que se produzcan marejadas potencialmente mortales de hasta 12 pies de altura. El Centro Nacional de Huracanes (NHC) informó que Milton alcanzó la máxima categoría en la escala de vientos Saffir-Simpson.

Read more at: https://www.elnuevoherald.com/noticias/florida/sur-de-la-florida/article293591784.html#storylink=cpyMilton es un catastrófico huracán categoría 5. www.elnuevoherald.com/ Por Sonia Osorio. 

Un tribunal ruso condena al estadounidense Gilman a más... VOA …, a un trabajador de prisiones y a un investigador estatal. Gilman es uno de los, al menos, 10 estadounidenses que se encuentran entre rejas en Rusia.

Suiza devuelve cada vez más colecciones privadas a sus... países de origen. www.swissinfo.ch/spa 07 oct 2024 • ¿Se ha convertido en tendencia? Es cierto que cada vez más particulares quieren restituir bienes culturales. Leer más +

Estructura oculta bajo el Pacífico desafía teorías sobre el interior de la Tierra. es.gizmodo.com Recientemente, un equipo de la Universidad de Maryland, liderado por Jingchuan Wang, identificó una estructura oculta en el fondo del océano Pacífico, la cual se mueve lentamente y parece estar compuesta por antiguas placas oceánicas atrapadas en el manto.

Hera, una sonda europea para defender a la Tierra del... del impacto de un asteroide. Elpaís.com/ El “loco proyecto” de desarrollar la tecnología capaz de desviar la trayectoria de un asteroide que, pongamos, venga directo contra la Tierra, dará un gran paso para la Humanidad este lunes (7) con el lanzamiento desde la estación de Cabo Cañaveral…

Este ingrediente popular podría acelerar el envejecimiento... www.lanacion.arg En específico, un estudio demostró que un ingrediente agregado en los alimentos procesados acelera la edad biológica de las personas, por lo que es recomendable evitarlo. Se trata del azúcar añadido, es decir, aquellos que no son naturales en la comida o la bebida y se agregan durante su preparación.

Transformar pensamientos en texto gracias a un microchip. www.swissinfo.ch/spa/ciencia    Un equipo científico de la Escuela Politécnica Federal de Lausana ha desarrollado una avanzada interfaz cerebro-máquina miniaturizada de última generación. Este microchip... Leer más + [Camino cada vez más peligroso el de la IA. Es una visión de un futuro cercano en el cual cualquier tiranía podrá controlar totalmente la población. Es la Caja de Pandora moderna.]

El CERN expulsará a 500 científicos rusos a partir del 30 de noviembre.  www.swissinfo.ch/spa/ La Organización Europea para la Investigación Nuclear (CERN) interrumpirá su cooperación con 500 científicos afiliados a instituciones rusas a partir del 30 de noviembre.

Alerta por el primer brote del virus de Marburgo: cómo se transmite y cuáles son los síntomas Gizmodo en español. Al 3 de octubre, se habían registrado 36 casos confirmados, 11 de los cuales resultaron mortales. Este virus, identificado por primera vez en Alemania en 1,967, pertenece a la misma familia que el Ébola (filo virus) y se caracteriza por una alta tasa de mortalidad.

Harvard: cuál es la fruta que debes comer para ser más inteligente. www.ambito.com Conocida por su prestigio y liderazgo en investigación, Harvard ha puesto de manifiesto que lo que consumimos no solo afecta nuestro cuerpo, sino también nuestras mentes. En este estudio, los científicos han identificado a los arándanos como un superalimento que puede potenciar la salud cerebral.

Próxima edición: se avisará por Facebook o por otro blog.

Mangoconarroz, https://mangoconarroz.blogspot.com/ - Boletín Informativo Internacional,- es parte de una trilogía de blogs, cada uno con un objetivo y contenido diferente: éste evita los comentarios políticos partidistas. Se centra en recopilar información interesante de Ciencia y Técnica, Social, Internacional, Alimentaria de diferentes fuentes, así como temas actuales de salud.

Mangoconarrozdos, https://mangoconarrozdos.blogspot.com.es/ - alterna un Personaje público histórico, literario, etc. con un cuento de cualquier país;  las virtudes y características de algún alimento; notas sobre salud, poesía, literatura.

Mangoconarroztres,  https://mangoconarroztres.blogspot.com/ - publicará un cuento, tema histórico, poesía, arte y similares.

Se publican, preferentemente, los viernes de cada mes. Los tres se hacen sin ánimo de lucro. No percibimos ingresos por ellos.

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