Autor: Will Cuppy. “La risa es el arma de lo espontáneo”. En este libro, Cuppy descarga su batería humorística contra los falsos eruditos que escriben mamotretos* pedantes y alcanza, de paso, a los que creen que la historia es una simple sucesión de nombres, fechas y anécdotas memorables. Lo sorprendente,- y lo que da a estas veinte biografías su espléndida comicidad,- es que el autor pelea en el terreno de sus adversarios y utiliza sus mismas armas; pero Cuppy, verdadero erudito,- en esta obra inconclusa empleó dieciséis años y una bibliografía impresionante-, tiene un gran sentido del ridículo, de hecho un sentido común que se manifiesta brillantemente en su lenguaje. Con él logra esa rara mezcla que provoca en el lector una sonrisa inteligente y a veces hasta una saludable carcajada. [*2. Mamotreto: m. coloq. Libro o legajo muy abultado, principalmente cuando es irregular y deforme. D.L.E.]
William Jacob Cuppy
(1,884- †1,949) nació en Nueva York. Fue un notable caricaturista gráfico.
Escribió divertidas sátiras, entre ellas Cómo
distinguir a tus amigos de los monos (1,931) y Cómo convertirse en fósil
(1,941. Decadencia y caída de casi todo
el mundo (1,950), su obra póstuma, es también su obra maestra”. Reseña sin
autor. Colección Cocuyo. La Habana, 1,971.
Alerta al Lector: el humor de Cuppy es irónico, satírico en
ocasiones, hiriente en otras. Es como el de Bertrand Russell, el típico humor
inglés o culto. Ni el alemán ni el español.
KEOPS O KHUFÚ
Desde las épocas más remotas se ha dividido a
Egipto en dos partes: el Alto Egipto y el Bajo Egipto. El Bajo Egipto es el que
se halla en la parte superior del mapa, de modo que hay que viajar en dirección
al sur para encontrar el Alto Egipto. Esto les parece completamente natural a
sus habitantes puesto que el Nilo nace en el sur, y, cuando se viaja río
arriba, por supuesto se va hacia el sur, para llegar finalmente al Alto Egipto,
con el Bajo Egipto al norte. (1) Antiguamente en Egipto se designaba al sur diciendo “río
arriba”. Era un error.
Egipto también estuvo dividido políticamente
hasta que Menes, rey del Alto Egipto, subió y conquistó el Bajo Egipto y fundó
la primera dinastía del Alto y el Bajo Egipto, en 3,400 a.n.e. (2) 3,500 a.n.e. o quizá 3mil a.n.e.
Se cuenta que Menes fue devorado por un
hipopótamo, historia poco probable, ya que este animal es graminívoro y se
ignora que jamás se haya comido a nadie. Hasta hace muy poco tiempo, los
eruditos modernos se sintieron inclinados a considerar a Menes como un mito,
pero luego se advirtió que un pequeño error en los hábitos dietéticos del
hipopótamo no demuestra necesariamente que Menes no haya existido. Los
egiptólogos han comenzado a estudiar el asunto en los momentos en que este
libro se haya en prensa. (3) Menes puede haber sido Aba
u Ohe.
Los egipcios de la primera dinastía eran ya
civilizados en múltiples aspectos. Poseían jeroglíficos, armas de metal para matar
extranjeros, numerosos funcionarios públicos, muerte e impuestos. (4) Los egipcios del período predinástico golpeaban a sus mujeres con naboots,
unos rústicos garrotes de madera. Los maridos de la primera dinastía utilizaban
unas hachas de pórfido primorosamente talladas, capaces de quebrar un brazo de
un solo golpe.
Algunos egipcios eras más inteligentes que
otros. Inventaron los mosquiteros, la astrología y un calendario que no
funcionaba, de modo que el día de Año Nuevo terminó por caer el 4 de julio.
Creían que el sol navegaba todo el día en un bote alrededor de Egipto y que un
cerdo se comía la luna cada dos semanas. (5) Estos
conocimientos fueron denominados: “la sabiduría de los antiguos”.
Como es lógico, un pueblo como éste necesitaba
dejar testimonio de sus ideas, a fin de que otros pudieran cometer los mismos errores. Sus
jeroglíficos, o escritura por medio de dibujos, consistían en lechuzas,
canarios, culebras y de mecanismos de relojes despertadores.
Propiamente dicha, civilización es la que tenemos
hoy en día, pero resulta agradable saber qué hace más de cincuenta siglos ya
comenzaban a parecerse a nosotros en un pequeño país situado a muchos miles de
kilómetros de Nueva York. (6) Pocas personas parecen comprender
que la parte habitada de Egipto abarca solamente unos 19,500 km cuadrados. Algunos sabios sostienen que la sumeria fue
una civilización anterior a la egipcia. Yo no lo creo; tengo la impresión de
que los sumerios están destinados a desaparecer.
A pesar de este excelente comienzo, pocos
acontecimientos importantes ocurrieron en Egipto hasta la tercera dinastía,
cuando Imhotep el Sabio, arquitecto y primer ministro
del rey Zoser, inventó la pirámide, un nuevo tipo de enorme tumba real construida
en piedra, que garantizaba la protección del cuerpo del faraón y de buena parte
de sus bienes contra la acción del tiempo. Es decir, Imhotep el Sabio inventó
la idea de ocultar los reales restos y sus tesoros en un monumento tan visible
que de ningún modo pudiese pasar inadvertido a los ladrones de cadáveres y
otros delincuentes. (8) Los egipcios creían que era menester conservar
el cuerpo indefinidamente para lograr la inmortalidad. Esto demuestra lo mucho
que sabían. Como es de suponer, las
pirámides fueron perpetuamente saqueadas, pero los faraones insistieron en
seguir construyéndolas durante varios siglos antes de advertir los inconvenientes que presentaba este
método de esconder las cosas.
La pirámide de Imhotep no resultó realmente
gran cosa, pues tenía menos de sesenta metros de altura y los escalones o
terrazas no estaban rellenos. Snefru, el fundador de la cuarta dinastía,
construyó una mejor, de paredes planas, con escalones rellenos de ladrillos que,
desgraciadamente, saltaron pronto. (9) Los posteriores
faraones emplearon piedras para este fin. También se cayeron. Snefru ha pasado a la historia únicamente como padre de Khufú (10) O Hwfw,
o Keops como, como
lo llamaban los griegos, (11) constructor de la Gran
Pirámide de Gizeh, que un día llegó a ciento cuarenta y cinco metros, sin la
parte superior, que desapareció. Aunque esta mole resultó un fracaso como tumba
constituye hasta hoy una de las maravillas del mundo por ser la cosa más grande
que se haya construido jamás con un fin tan equivocado. (12) El Empire
State Building tiene 132 metros de altura.
Keops levantó la Gran Pirámide de Gizeh
alrededor del año
Khufú construyó la Gran Pirámide para poder
dejar en ella su momia cuando muriese, y marcharse al Campo de los Papiros.
(14) La mayor ambición de todo egipcio era llegar a convertirse en momia, pero
únicamente los ricos podían conseguirlo. Más tarde las personas con ciertos
recursos también pudieron llegar a ser momias. También puede ser que se
estuviese buscando un poco de publicidad aquí abajo. Parece ser que Khufú
conocía bastante a fondo a sus congéneres. Sabía que si construía la mayor
pirámide del mundo, miles de hombres se abrirían paso hasta ella, treparían y
descenderían y luego escribirían artículos durante miles y miles de años. (15) La Gran Pirámide es realmente asombrosa para aquellos que se
interesan en pirámides. Por
supuesto, Keops o Khufú no transportaba las piedras él mismo. Era un genio, de
modo que obligaba a los demás a hacer todo el trabajo pesado. Fue él quien
descubrió que si se ordena a una persona que haga algo, un vez de cada diez lo
hará. (16) Nunca se pensó que un buen día su momia sería
sacada del féretro y quedaría abandonada. Esta posibilidad le habría
preocupado.
Resulta ya anticuado llamar a Khufú cruel
tirano por haber hecho trabajar durante veinte años a cien mil fellahín
o labriegos en la construcción de su sepultura. Dicen los eruditos que los
hacía trabajar solamente durante los tres meses que duraba la época de las
inundaciones, cuando no estaban ocupados en las tareas agrícolas y existía la
probabilidad de que, estando ociosos, se dedicaran a la vida disipada. Las
clases bajas egipcias eran sumamente inmorales, y estaban bebiendo o haciendo
cosas por el estilo. Siendo así, Khufú les hacía un favor al mantenerlos
ocupados, de modo que todo resultaba un gran picnic. El ejercicio físico
moldeaba las personalidades e inculcaba la dignidad del trabajo. La mayoría de
los que trabajaron en la construcción de las pirámides no eran esclavos, como
nos enseñaron en la escuela. Eran hombres libres, amparados por derechos y
privilegios, especificados en la Constitución.
Khufú alojaba a sus obreros en alegres y
herméticas chozas de barro, bien defendidas contra la luz y contra todo cambio
de aire, situadas en las inmediaciones de la pirámide, y los alimentaba
abundantemente con rábanos, cebollas y ajos, proveyéndolos al mismo tiempo de
suficiente aceite de ricino para que se friccionaran el cuerpo. (17) Así se bañaban los egipcios. Las personas de más alta condición
social empleaban aceite de oliva. En general, los antiguos egipcios eran bastante
grasientos. Sir Flinders Petrie dice que las viejas
historias que describen los sufrimientos de los fellahín son pura imaginación.
A sir Flinders le encanta acarrear piedras de dos toneladas y media de aquí
para allá, bajo un sol despiadado, y piensa que a los demás también les gusta.
Pero de vez en cuando, algunos de los fellahín, que no pensaban lo mismo que
Sir Flinders, debe de haber insinuado que ya Khufú se había ocupado bastante de
ellos, y todos habrían deseado que se apresurase en convertirse en momia y se
fuese a descansar cuanto antes en el Campo de los Papiros. (18) Llamaban a la pirámide <Ekhut Khufú> o “<La Extravagancia
de Khufú”>
En nuestros tiempos se ha dedicado mucha
atención al estudio de los métodos utilizados en la construcción de la Gran
Pirámide. Los egiptólogos se maravillan que una empresa semejante haya podido
ser realizada antes de nacer ellos; los ingenieros actuales se han visto
obligados a reconocer que nunca la habrían podido construir con sólo unas
cuantas herramientas viejas de cobre y con una carencia absoluta de maquinarias
de acero inoxidable. Nadie habría creído que los antiguos egipcios fueran tan
inteligentes como los actuales. Con todo, los egipcios siguieron adelante y
construyeron la pirámide. Ustedes pueden sacar sus propias conclusiones.
Lo cierto es que construir una pirámide es una
tarea bastante fácil, aparte del levantamiento de las piedras. Todo es cuestión
de apilarlas en forma decreciente. Colocando cuidadosamente las sucesivas capas
una sobre otra, muy pronto se obtiene la pirámide. No se puede evitar. (19) Cualquiera puede tener una reproducción exacta de la Gran
Pirámide, en piedra maciza por 156 millones de dólares. Pero saldría más barata
si se la construyera uno mismo, además así tendría uno la seguridad de que
queda bien hecha. Y una vez levantada, permanece allí. ¿Por qué
no? Dicho en otras palabas: no está en la naturaleza de las pirámides el
venirse abajo, lo cual explica por qué la Gran Pirámide se halla todavía en pie
después de tantos años. (20) Probablemente no podría
caerse ni aunque lo intentara.
Khufú también construyó esas tres pequeñas
pirámides que se ven hacia el este de la Gran Pirámide. Estaban destinadas a
tres de sus esposas. Esto nos enseña el otro yo del faraón, que tenía, sin
duda, varias personalidades. Los egiptólogos dicen que no tienen idea de lo que
podía hacer Khufú cuando no estaba construyendo pirámides, porque no ha dejado
ninguna inscripción que describiera sus actividades diarias. Darían mucho por
saberlo. Pero luego afirman que tenía seis esposas y un harén desbordante de
concubinas. No parecen establecer conexión alguna entre estas dos situaciones,
pero ustedes entienden y yo también. Nosotros no necesitamos jeroglíficos para
adivinar que Khufú caía de vez en cuando por allí… para ver como andaban las
cosas y para explicar a las señoras cuántos metros cúbicos de piedra caliza
había colocado aquella tarde.
Personalmente, yo diría que el harén real
constituía uno de los principales intereses en la vida de Khufú y uno de los
títulos con que se presenta a la posteridad. A pesar de que carecemos de
estadísticas, debe haber sido uno de los más grandes del mundo antiguo,
perfectamente equipado con las mejores concubinas disponibles en África, todas
ellas hábiles bailarinas, cantantes y ejecutantes de la bazinga o arpa
de siete cuerdas. Khufú, como hemos visto, no era hombre de medias tintas, y no
se hubiera conformado seguramente con la friolera de setenta huéspedes, que era
el número que poseyó el rey Zer, de la primera dinastía. Tenía varios
centenares, aunque no fuera más que por batir el récord. ¡Y los egiptólogos se
preguntan qué hacía en sus ratos libres! Si ustedes se creen que era el manejo
de un establecimiento semejante es una buen tarea, equivalente por lo menos a
la construcción de unas cuantas pirámides, es que nunca han intentado hacerlo.
Evidentemente, Khufú dispuso para dicha empresa de una habilidad ejecutiva de
primer orden y de una feliz facultad de dedicarse a ella ininterrumpidamente
durante un reinado de veintitrés años.
Las seis esposas de Khufú probablemente no le
resultaron del todo agradables. De acuerdo con la costumbre, el faraón tenía
que casarse con algunas de sus propias hermanas y hermanastras y, quizá, con
otras de sus parientas cercanas, todas ellas con el mismo viejo repertorio de
chistes y reminiscencias familiares. Cuando consideraba que ya había aguantado
bastante, siempre le quedaba el recurso de ir a Gizeh y apresurar la
construcción de las sepulturas. (21) El nombre de su hermana y esposa
principal, la madre Khafre, se ha perdido. Los actuales egiptólogos la
distinguen como la señora que estaba en G-I-a, la primera de las pequeñas
pirámides. La reina Henutsen, esposa y hermanastra, consiguió ubicarse en la G I-c. En cuanto a la ocupante de la
GI-b, la pequeña pirámide del medio, parece haber sido una rubia de dudoso
origen, una forastera que se las arregló para deslizarse dentro del círculo de
la realeza con bastante provecho. Esta reina debe de haber resultado un gran
consuelo para Khufú. Por lo menos no era de la familia.
No tenemos muchos datos acerca de esta señora
rubia. Parece, sin embargo, que Hetpheres II, una de las hijas de Khfú, era
rubia también, y es quizá la primera que registran los archivos. En una pintura
mural, hallada en la tumba de Meresanh III, aparece con brillantes cabellos
amarillos cruzado horizontalmente por franjas rojas. Ciertos eruditos sacan la
conclusión de que debe haber tenido una madre con el mismo pelaje, posiblemente
extranjera, puesto que todas las mujeres egipcias eran trigueñas. Temo que
éstos son los únicos datos que se pueden obtener por ahora. Pero si ustedes
quieren complicar las cosas, pueden decir que la figura no demuestra que el
cabello de Hetepheres II fuera de ese color en la vida real o que su madre haya
sido la rubia que enterraron en G I-b. Lo que demuestra, sin lugar a dudas, es
que le sobraba pintura roja y amarilla al artista que decoró la tumba de
Meresankh III.
Herodoto nos proporciona una historia distinta
acerca de la pequeña pirámide del medio. Afirma que Khufú, repentinamente sin
un centavo, dejó en manos de una de sus hijas la misión de recaudar los fondos
necesarios para la terminación de la Gran Pirámide. La hija exigió sumas
aplastantes y un bloque de piedra a cada persona a quien logró interesar… y
actuó tan eficazmente que pudo pagar la hipoteca que pesaba sobre la pirámide
de su padre y todavía le quedaron piedras suficientes para construirse una
pequeña pirámide para su uso particular. Parece que puso todo su corazón en la
empresa. Todos los egiptólogos consideran como falsa esta historia. De acuerdo
con sus cálculos, fundados en cuidadosas y repetidas mediciones de la pirámide,
cuya base tiene 45 metros cuadrados de superficie, la cosa no parece posible.
Supongo que saben lo que dicen.
Sea como fuere, Khafre o Kefrén, el hijo de
Khufú, construyó la Segunda Pirámide de Gizeh, de menores proporciones que la
Gran Pirámide y no tan buena como ésta, y además la Gran Esfinge, un retrato en
piedra de su persona con cuerpo de león, que simboliza el poder del faraón. (22) Existió un faraón sin importancia entre Khufú u Khafre. Lo único
que conocemos realmente acerca de él es su nombre: Radedef o Tetf-Re o Didoubre
o Ratiosis. La esfinge simboliza
asimismo a Horus que, a su vez, simboliza varias otras cosas. La gente que
piensa que la Esfinge es una escultura femenina y la llama “ella” está muy
equivocada. (23) Algunos detalles interesantes relativos a su
estructura fueron descubiertos en 1,925-26 por M. Baraize, del Departamento
Egipcio de Antigüedades.
Pero la descendencia de Khufú fue decayendo.
La Tercera Pirámide de Gizeh, erigida por Menkaura o Micerino, el hijo de
Kafre, tenía una altura que no alcanzaba a la mitad de la de su padre y,
además, este rey tuvo sólo veinte concubinas. Era un hombre recto, bien
intencionado y amigo fiel de los fellahín. Fue así como el país comenzó a
debilitarse y nunca más pudo recuperar su antiguo prestigio. Como siempre
estaba haciendo regalos a sus súbditos menesterosos, no tardó en perder su
respeto. Pensaban que únicamente un imbécil podía portarse tan bien con ellos y
se negaron a seguir obedeciéndole. (24) Gracias al
General Vyse, que penetró en la Tercera Pirámide en 1,837 y embarcó parte de su
contenido con destino al Museo Británico, el sarcófago de Menkaura, de basalto
labrado, se encuentra ahora en el fondo
del Mediterráneo. Su hijo Shepseskaf rebajó
aún más la dignidad real al permitir que su noble favorito, Ptahshepses, le
besara el pie en vez de besar el suelo. Este tipo de cosas no es
precisamente el que facilita la
construcción de pirámides. Shekseskaff no dejo ninguna pirámide y la cuarta
dinastía pasó sin pena ni gloria. Por lo general, en cada familia hay un solo
Khufú.
Poco queda por contar. Los faraones de la
quinta dinastía parecen haber estado rellenos de estopa. Uno de ellos se llamó
Kakau o Kuku. Otro resultó ser aficionado a los juegos de palabras. Pepi I, de
la sexta dinastía, fue un muchacho excelente, pero siempre anduvo escaso de
fondos. Pepi II intentó un retorno a la prosperidad con la construcción de otra
pirámide. En realidad, las pirámides habían dado origen a todos los males. El
intento no contribuyó mucho a mejorar la situación. Entonces la gente se hartó
de las pirámides y empezó a jugar a las damas.
Cuentos populares cubanos. (Selección)
“Las narraciones que constituyen esta
Selección de los dos tomos de Cuentos Populares Cubanos editados por el Dpto.
de Folklore de la Universidad Central de Las Villas, se han recogido por
distintas zonas de la provincia villareña. Se les ha buscado de costa a costa,
en playa o montaña, en el caserío del valle como en el bohío* solitario, en la
tienda del camino como en el liceo o el café o la “refresquera” del
poblado”. (*1. m. Cabaña de América, hecha de madera y ramas, cañas o pajas y sin
más respiradero que la puerta. D.L.E., R.A.E., ES.)
El fragmento anterior corresponde a Ediciones
Unión de 1,965. Los “cuentos” son relatos de personas, que se citan, realizados
a Samuel Feijóo, etnólogo cubano que acostumbraba preparar una modesta bolsa con
lo elemental y partir a recorrer los caminos en los cuatro sentidos cardinales.
Este es el origen de los cuentos.
Por razones de espacio, en este número, sólo
le ofrecemos el siguiente:
EL FIN DEL AMO CRUEL.
El negro Francisco era algo rebelde, por lo que,
constantemente desobedecía a su amo Don Ramón.
Don Ramón, cansado de regañar a Francisco,
ideó la forma de castigarlo, para ello escribió una carta, la que dio al negro,
para que la entregara al Mayoral (capataz) de la finca.
Francisco, obedeciendo al amo, llevó la carta
al Mayoral. Este al leerla, azotó al negro, pues la carta le recomendaba dicho
castigo.
Un día, al realizar un viaje Don Ramón, en
unión de Francisco, tenía que cruzar un río y al intentarlo, se cayó del
caballo, siendo arrastrado por la corriente.
Don Ramón le gritaba a Francisco para que lo
salvara. Pero el negro le contesto: “Cribí, cribí ahora pa mayoral”, Y
el río se llevó a Don Ramón. Narrado por Erasmo Palomo, Maestro, Cienfuegos. “cribí:
apócope, cortar, <de escribir>).1. f. Gram. Supresión de algún
sonido al fin de un vocablo; p. ej., en primer por primero. Era figura de dicción según la
preceptiva tradicional. DLE.RAE.ES.)
POESÍA INTERNACIONAL DIVERSA.
España: Antonio Machado:
proverbios y cantares. El País, Clásicos del siglo XX.
¡Ah, cuando yo era
niño
soñaba con los héroes
de la Iliáda!
Ayax era más fuerte
que Diomedes,
Héctor, más fuerte
que Ayax,
y Aquiles el más
fuerte; porque era
el más fuerte…
¡Inocencias de la infancia!
¡Ah, cuando yo era
niño
soñaba con los héroes
de la Iliada!
IRÁN, PERSIA: Omar Kkaiame: Las Rubaiatas. Biblioteca clásica y contemporánea Losada.
CUANDO ALÁ,
comprimiendo un poco
de barro,
modeló nuestra existencia,
conocía,
en todos sus
detalles,
los menores,
los más
insignificantes actos,
ocultos o aparentes,
que fatalmente
tendríamos que
practicar.
Si ésa es la verdad,
¡y lo es!
ninguno de los
pecados
de los que por
ventura,
nos hagamos
culpables,
será contrario
a sus leyes
o a su voluntad.
Entonces,
¿por qué habrá Él de
tostarnos
en las parillas
eternas,
en cuanto llegue
ese famoso día
llamado de la
Resurreción?
Próxima edición: preferentemente el viernes 24 de noviembre.
Mangoconarroz, https://mangoconarroz.blogspot.com/ - Boletín
Informativo Internacional,- es parte de una trilogía de blogs, cada uno
con un objetivo y contenido diferente: éste evita los comentarios políticos
partidistas: se centra en recopilar información interesante de Ciencia y
Técnica, Social, Internacional, Alimentaria de diferentes fuentes así como
temas actuales de salud.
Mangoconarrozdos, https://www.mangoconarrozdos.blogspot.com.es - alterna un Personaje público
histórico, literario, etc. con un cuento de cualquier país; una receta,
las virtudes y características de algún alimento; notas sobre salud, poesía,
literatura.
Mangoconarroztres, https://mangoconarroztres.blogspot.com - publicará un cuento
o narración, poesía, arte y similares.
Se publican, preferentemente, los viernes de
cada mes. Los tres se hacen sin ánimo de lucro. No percibimos ingresos por
ellos.
Si
desea leer el texto completo debe ir al vínculo que mostramos en el tema. Salvo
que se especifique lo contrario, las negritas, itálicas, y subrayados son del
Editor.
El sentido de (…) y de… es indicar que se ha condensado la obra original. Los comentarios entre [ ] son del Editor. Nuestro boletín es posible por los servicios gratuitos de diferentes empresas internacionales de comunicación, los Alertas de Google, BBC, Xakata, VOA, DW, Swissinfo, ARTE.tv y otras fuentes en las que confiamos. Gracias.