“...si yo quiero que la República sea amable, si yo quiero que los cubanos amen la Nación y la República, me importa muy poco que amen al Gobierno. El Gobierno es una cosa transitoria y la República es algo que debe ser inconmovible. El Gobierno se compone de personas que pasan. La República se compone de las leyes, de los sentimientos, de la historia que son duraderos. Amar a la República no implica amar a sus gobiernos.[1]” Manuel Sanguily Garrite.
La mezcla entre desarrollo actual y tradicional relajo*, entre adelantos y malas conductas: este arroz con mango** que comenzamos a vivir nos tiene desconcertados, sin saber cómo actuar, con la cabeza mala. Resulta comprensible que adoptemos medidas funcionales que han dado resultado en otras partes del mundo, pero al hacerlo de forma apresurada, sin la infraestructura elemental, el resultado es inimaginable. [*Relajo: 1. m. Desorden, falta de seriedad, barullo. DRAE **Arroz con mango: en Cuba, mezcla sin sentido de comidas o cosas. En muchos países asiáticos es una comida usual.]
Ya se sabe la molotera* de jóvenes que se arma alrededor de los puntos wifosos [WIFI], como si de repente se le rindiera culto a una deidad que susurra “Venid a mí, venid a mí… bajo el sol, entre la lluvia, con asentaderas y sin ellas, venid a mí”. La primera vez que contemplé escaleras abarrotadas** de muchachos, ya fuera en antiguas funerarias, en restoranes chinos, en cafeterías lujosas o cerca de hoteles, no entendí nada. Luego me explicaron y seguí sin entender. He leído varios artículos cuyos autores advierten del peligro anatómico y arquitectónico que implican dichas conglomeraciones. Luego se construirán sitios cómodos donde conectarse, pero en ese momento ya la gente estará escoliótica*** y el urbanismo de la ciudad deforme. [*Molotera/Molote: 2. m. coloquial. Cuba. Conjunto de personas aglomeradas en un lugar. **Abarrote/abarrotar: 3. tr. Llenar un espacio de personas o cosas. ***Escoliosis. Desviación lateral de la columna vertebral. DRAE.]
Aunque bastante mejorado ya, el asunto de cobros de pensiones, pagos de impuestos y de servicios como luz, teléfono, etc. a través de cajeros automáticos también reveló contradicción entre adelanto y falta de soporte, entre “desarrollo” y “atraso”. La gente, con entusiasmo, acudía a esas máquinas robóticas creyéndose que de repente, al usarlas, adelantaba veinte años. Pero cuando no se iba la luz, el cajero se quedaba sin fondos. Se trababan las tarjetas y el personal del banco no sabía qué hacer, alguien no entendía el procedimiento de marcar dígitos y la cola [fila] se atascaba. O no había disponibilidad de billetes grandes o de los más pequeños. En fin, se formaba el arroz con mango.
Recientemente se ha implantado el moderno sistema de turnos por computadora en los bancos de ahorro. Ya no hay que preguntar quién es el último. Ahora nos dan un papelito con un número. Somos el 45, por ejemplo. “¿Y?” preguntamos. “Ahora usted mira para aquella pantallita, y cuando aparezca el 45, le toca a usted arrimarse a la ventanilla”. Todos los asientos están ocupados, pero el aire acondicionado invita a quedarse dentro del banco. Todos y cada uno de los habitantes que nos encontramos en la sala tenemos el papelito en la mano. Nadie habla, nadie chista, nadie se mueve. Somos estatuas vivientes y enumeradas. La pantalla, sin embargo, tiene otro ritmo, otro objetivo que no tiene nada que ver con anunciar a quién le toca. Me quedo mirando fijamente los letreros que se suceden frente a nuestras caras numéricas y esperanzadas. Están explicando las ventajas de abrir una cuenta a plazos fijos, de acudir al Banco Metropolitano, de preferir esos servicios. Y además, un relojito digital anuncia la hora en la esquina superior derecha de la pantalla. Todo aparece menos los numeritos consecutivos de la cola. Al cabo de un rato, una mujer se levanta de su puesto y grita: “¿Alguien me explica por qué si soy el 39, en esa pantalla aparece el 1.42?”.
“Porque es la hora que es, señora, son las dos menos veinte”, dice un viejito que ya ha pasado por esta moderna experiencia. “Ah, verdad”, dice la mujer, y vuelve a sentarse. Curiosamente, aunque no han empezado a “pinchar” numeritos en la pantalla y ya sabemos de memoria qué es una cuenta a plazos fijos, a las ventanillas no cesan de acercarse clientes. El banco está funcionando, sin dudas, pero los enumerados seguimos tan estáticos como al llegar. Las operarias trabajan, hay personas que entran y salen con su problema resuelto, pero nosotros no nos movemos. Luego de media hora de sostener el numerito en la mano, ya hastiados de tanto desarrollo, varios aspirantes a usuarios bancarios comienzan a protestar. Al inicio, en voz baja y entre ellos, pero rápidamente el reclamo alcanza dimensiones cubanas [latinas]. Algunos ejemplos de dicha explosividad son: “Oye, el de la gorra, ¿por qué pasas a la ventanilla si llegaste después que yo?”. “¿Quién sabe por qué no aparecen numeritos en esa dichosa pantalla?”. “¿Quién pone orden aquí?”. “¿Hasta cuándo los quince de Jacquelín*?”... La gente se levanta, estruja el papelito, se jala los cabellos, se arma la de San Quintín** y en eso aparece la directora del banco. Todos hablan a la vez, todos exigen, todos dicen que prefieren “pedir el último” como toda la vida. Resulta que inmediatamente la pantalla comienza a reflejar los puestos de la cola, con voz incluida: “43… cabina 5… extracción”, dice una melodía metálica, y la situación se calma. “Pinchen, pinchen los números, carajo”, dice la directora a las operarias.
Solo entonces descubrimos el proceso. Las funcionarias de las ventanillas, en lugar de accionar la teclita de la pantalla (o sea, pinchar números consecutivos), invitaban a sus conocidos de la cola a acercarse a ellas mediante señas discretas. Las de siempre: un guiño de ojo, un dedito que expresa “Ven”, un virón de ojo que significa “Ahora”, mientras nosotros, con obediencia monjil [de monje], contemplábamos el lindo azul de la pantalla, el monto de interés que se acumula luego de 36 meses de abrir una cuenta, la graciosa manera en que cambian los minutos y toda una sarta de inutilidades digitales. [*Los quince de Jacquelín… Dicho, burla para expresar que algo no cambia, por ejemplo la edad de una persona. En este caso no se suceden los turnos. **“Armarse la de San Quintín” “Es una frase con un origen histórico. El 10 de agosto de 1,557, día que se celebra San Lorenzo, hay una confrontación en la ciudad de San Quintín entre España y Francia. La nación española obtiene la victoria, pero mueren muchos españoles. Significado: La expresión “Armarse la de San Quintín” se utiliza en español para hablar de una gran confrontación entre algunas personas. Esta confrontación, normalmente, incluye gritos, malos gestos, y momentos muy negativos. Con un significado muy similar tenemos otras expresiones como “Armarse la marimorena” o “Armarse la de Dios es Cristo”. Fuente: www.academia.andaluza.net
Es duro creerse el desarrollo que no se tiene, apelar a la disciplina que se perdió y confiar en el buen corazón de los establecimientos públicos. Mejor seguimos marcando, rotando y rectificando nuestros puestos en las colas. O… agregamos advertencias prácticas al avance: Quien haga trampa, se va. Quien no cumpla, será despedido. Quien burle la ley será castigado.
Solo así otro gallo cantará, [¡Y Cuba será feliz! r.h.z.] y dejaremos el ritual del arroz con mango para un chiste de nuestra forma de comportarnos. Mas:
http://www.cubacontemporanea.com/noticias/13226-are-we-ready#sthash.DcvzbEgb.dpuf
Añado: la tecnología, como las leyes, o la ideología que se pretende practicar, no puede ir por delante de la Sociedad. Todo cambio económico, social, debe ir simultáneamente acompañado de cambios en el Ser Humano, en su conducta y forma de comportarse. Por algo alguien escribió: “El derecho,- las leyes o la técnica r.h.z.-, no puede ser nunca superior a la estructura económica ni al desarrollo cultural de la sociedad por ella condicionado.” Esto fue escrito en 1,875 en contra del Programa oportunista de la Social Democracia Alemana. Estuvo secuestrado hasta 1,891 cuando fue publicado por Federico Engels. Se titula Crítica del Programa de Gotha. Hoy, debe ser el libro de cabecera interiorizado de cualquiera que aspire a un mundo mejor. Evita muchos fracasos. “El camino del Infierno está empedrado de buenas intenciones”.
A los lectores de este blog: los Editores estamos valorando su posible supresión. Los cambios en las relaciones internacionales de Cuba, más los económicos y políticos son muy lentos, insatisfactorios, pero avanzan hacia un cambio institucional y nacional en todos los ámbitos de la Patria. Que se consoliden, no es posible asegurarlo. Tampoco que culminen en un Estado y Gobierno más democrático, humanista, progresivo y social.
La realidad actual muestra una tendencia hacia una mezcla de capitalismo de Estado al estilo tradicional soviético, cuyo fracaso está demostrado, y la concurrencia de capitales privados en todos los sectores. ¿Quedará algo de la Educación garantizada por tu capacidad hasta el nivel superior, volverá la Salud Pública para todos los ciudadanos gratuita y de calidad? ¿Tendremos de nuevo un sistema basado en la división de poderes: Ejecutivo, Legislativo y Judicial? No hay seguridad afirmativa de ninguna de las preguntas anteriores.
Lo evidente es que la oposición interna y externa al Gobierno pasa por malos momentos; que existe una tímida apertura a la información externa y una relajación,- tal vez momentánea-, a la censura política e intelectual.
Todo ello nos lleva a replantearnos si merece la pena el esfuerzo y horas de trabajo que conllevan estos blogs y, en concreto, el de temas cubanos. Nos daremos un tiempo de reflexión hasta el número 145. En él tomaremos la decisión de mantenerlo o suprimirlo. Uds. pueden ayudarnos a hacer lo correcto. Los Editores, Yskra y Romel.
Cuento: Los viajes de Gulliver junior.
Por Alexander A. Ricardo.
Gracias a su padre Gulliver junior viaja bastante seguido. Se le ve de gigante disfrutando en costas del Mediterráneo, o de enano aventurero sin problema en su vida, en su visa.
Zarpa a comparar si el azul de otros cielos es tan intenso como el suyo. Imagen: es.feedbooks.com
Navegar en la flota de papá es un privilegio hereditario. Mientras transita por mares calmados, allá en su tierra, otros marineros solo ven pasar las gaviotas. Posee “barcos fantasmas” poderosos. Muy pocos logran verlos pasar.
Cientos de pergaminos narran las vivencias del elegido. Noches pausadas en las márgenes del Aomori. Barriles de vinos abiertos en playas hawaianas. Tardes de pesca en la bahía de Sídney.
El joven primogénito tiene libros coleccionando hojas de rutas; y siembra rosas náuticas al culminar cada travesía.
Una vez en casa no cuenta nada. Engaña a los coterráneos con anécdotas sobre naufragios. Describe olas enormes, tormentas interminables, criaturas marinas y las sirenas que cantan; luego agarra el saco y guarda el botín. Los trabajadores del muelle le llaman “mar-tirio”.
Quien fabricó su brújula no conoce nuevos horizontes. Pareciera resignado a seguir un único rumbo. Las manos de unos tejen las velas de otros.
Vuelve a levar el ancla, esta vez parte al norte, donde la frialdad del clima lo distanciaba tiempo atrás. Está bien abrigado y rodeado por secuaces. Abre el mapa y señala el destino. Mira a las estrellas en busca de buenos augurios, porque cuando niño nunca aprendió a nadar.
http://www.tribuna.cu/opinion/2015-10-24/viajes-gulliver-junior
Añado: Este cuento corto lo envió un amigo de Cuba. En la época de Jonathan Swift o Voltaire* , se escribían obras como los “Viajes de Gulliver”, “Cándido o el Optimismo” con mucho doble sentido para burlar la censura. Tanto una como otra obra son críticas muy sarcásticas a hechos de su tiempo. Hoy, quien no conoce los antecedentes históricos, las lee como una inocente narración. Como todas las cosas que se escriben o dicen en la Patria, no sé si el “cuento” es una indirecta muy directa al hijo menor del Dr. Fidel Castro,- Antonio Castro Soto del Valle-, y su estilo de vida “por encima del nivel”, o un ensayo literario más o menos afortunado. Lo estimo bien desarrollado y que el tema da para mucho más. UD. llegue a sus propias conclusiones. P.D. Las historias de corrupción entre los máximos dirigentes cubanos, o sus descendientes, y la impunidad de ambos grupos, es historia vieja. No sería el primer hijo de un dirigente del máximo nivel cuyo barco encalla en las costas con cocaína y es protegido. Es la consecuencia de anteponer las relaciones personales a los principios que se pregonan. Por algo Carlos Manuel de Céspedes es el Padre de la Patria. Si no lo sabe, lo es porque se negó a rendirse a las fuerzas españolas cuando le ofrecieron a cambio la vida de su hijo que estaba prisionero de ellas. [*Hoy, día 10, me levanto de la cama con la sensación que había escrito mal el nombre del autor de Cándido. Lo rectifico y pido excusas. He estado con fuertes dolores, con sedantes y antiinflamatorios todo el tiempo. Hoy, la tensión se disparó a 170 con 90 y 90 p.p.m. Espero mejorar.]
DEL MUNDO TRAIGO UN CANTAR…
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Aforismos y frases célebres:
“El aspecto más triste de la vida actual es que la Ciencia gana en conocimiento más rápidamente que la Sociedad en sabiduría”. Isaac Asimov. Fuente: www.frasescelebresde.com
AVISO: El Editor ha sufrido una súbita y fuerte lumbalgia que lo ha inmovilizado. Por este motivo sólo publicamos lo que estaba redactado. Veremos cómo evoluciona la dolencia. Gracias.
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[1] Citado por el historiador Octavio R. Costa.
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