Amor.
Por
Romel H. Zell.
En las otras siete, intercalaban claves y números
que, supongo, correspondían a gestiones de diferente tipo. Un timbre más o
menos discreto avisaba el cambio de número y la mesa que correspondía para la
atención. Su sonido agudo posiblemente no lo captarían muchos de los ancianos
presentes: ¡Clint!
Mi gestión era para obtener el cupón anual de
transporte de la Comunidad de Madrid. La fecha imponía estar allí: viernes 28
de diciembre. Así que solamente quedaba laborable el 31, si no había huelga.
El amplio y cómodo local estaba lleno: personas
mayores, algunas mujeres con niños, muchos de pie que,- como yo-, estaban
recostados o sentados en el suelo esperando que alguno de los muchos asientos
se desocupara, como me había tocado en suerte. La pierna me dolía, había
caminado mucho y ya estaba inflamada. ¡Y lo que me quedaba todavía!
¡Clint! A-206.
¡Clint! R-10
-No eso no es para nosotros. Ya estamos cerca,
volvió a decir la que suponía una señora mayor.
¡Clint! A-207.
¡Clint! A-208.
¡Clint! A-209
No.
Todavía no te desesperes. Espera un momento. Esto va rápido. Verás que pronto
nos toca a nosotros.
Aquello me convenció de la falta de orientación al
público y su exceso. En lugar de pedir el abono por e-mail o correo había
tenido que concurrir dos veces al Consorcio de Transporte, a 50 km de mi casa e
invertido un día en cada viaje.
Creía
haber ido preparado: el DNI de mi esposa, una autorización suya
para pedir su abono, el dinero para pagar el de ambos, fotos: todo lo que se me
ocurrió. ¡Pero los burócratas saben mucho más!
¡Apareció una planilla que ella debía
rellenar con sus datos, firma y traerla junto con la autorización que
previsoramente había hecho!
Además, debía ir al banco y ¡pagar en efectivo! el
importe correspondiente de cada uno de los abonos solicitados. ¡¿Será posible?!
¿Pagar en efectivo, pedir recibo al banco? Pero, ¿en qué siglo viven?
¡Esta gente no ha descubierto la tarjeta de pago, la transferencia bancaria,
Internet! ¡¡¡Siguen en la Edad Media!!!
¡Re-Dios! Era fácil explicarse la lentitud: las más
de cien personas de todas las edades esperando, muchos “más mayores” con
dificultades para oír, moverse, entender, como la persona que estaba
preguntando todo el tiempo cuándo le llamarían. En estas reflexiones, sonó el
timbre de nuevo:
¡Clint! R-11.
¡Clint! A-210.
¡Clint! A-211.
-¡Que
no cariño! ¡Que no nos toca todavía! No te desesperes. Esto va rápido y ahorita
nos vamos para la casa.
¡Ahora si estaba interesado! ¿Por qué daba tantas
explicaciones seguidas la señora, a quién se las daba? Con tacto,- disimulo-,
traté de ver quién o quiénes eran. Por la derecho no podía, por la izquierda
tampoco. No pensaba levantarme, porque era evidente que estaban detrás de mí y
tendría que volverme para verlos. NO. No lo haría porque no deseaba pararme por
la puñetera rodilla-pierna y su dolor.
La voz era dulce, en tono controlado, con mucho
cariño dirigida a alguien que farfullaba algo que no entendía, muy bajo y
estropajoso. Decididamente, tenía que ver quiénes eran. Simule un
entumecimiento,- lo que no me costó gran trabajo-, me paré apoyándome en la
garrota (bastón). Primero miré hacia un lado, después hacia otro y, por fin,
hacia detrás de mí.
Efectivamente, ella era una mujercita pequeña, muy
modestamente vestida, con gafas,- espejuelos-, y un sombrerito pequeñito
también. No muy abrigada para aquel día del fin de diciembre, con 2ºC. (35º F),
casi congelación en la calle. Él era el doble de alto que ella. Debió ser
fuerte cuando joven. Ahora tenía gruesas gafas y estaba encorvado, mirando
hacia todos lados, como perdido.
Bueno, la investigación no me dijo mucho. No
entendía porque él preguntaba tan seguido cuando las pizarras lo decían todo.
En la entrada, había una máquina que te entregaba un ticket para la gestión que
fueras a realizar. El recepcionista te ayudaba e indicaba la letra que debías
pulsar para que saliera el comprobante con el número. Todo sencillo, menos la
aglomeración, el desgaste físico y mental de muchos de los presentes.
Algunos tenían concentrada la atención en los
móviles: jugaban con ellos; otros, tenían el e-ebook y leían
tranquilamente. El vecino mío lo hacía en uno normal, de bolsillo. No comprendo
cómo podía leer esa letrica tan pequeña, pero él- como los otros-, no levantaba
la cabeza nada más que cuando sonaba el puñetero ¡Clint! para saber los que le
quedaban por delante.
Realmente cómodo. Así pocos miraban a la señora con
una muleta: estaba operada de un pie por el tipo de zapato abierto que usaba.
Se apoyaba en un carrito mientras su niño jugaba por la sala. Además de ella,
había varias ancianas de pie, cazando el primer asiento que quedará vació.
Volvió de pronto, con total claridad, el recuerdo
quemado en la memoria de 60 años atrás: la vergüenza que me hizo pasar mi madre
cuando tenía 15-17 años: ella dio el asiento a una señora mientras yo me hacía
el tonto.
No podía esperar que alguien ofreciera un asiento a
la operada; el recuerdo me impulsaba a levantarme y ofrecerle el mío, pero
realmente no podía con el dolor de rodilla. Hice de tripas corazón y
aguante. Como es mi costumbre, me puse a estudiar la “manada humana”.
Había de todo, como en botica. Una parejita
acaramelada en la esquina como si estuvieran solos en una isla. Un poco pasados
de rosca, pero eso es normal en estos tiempos. En la Recepción, un viejo estaba
dando un escándalo porque no lo atendían. La empleada con paciencia y educación,
le indicaba que esa no era la ventanilla que él tenía asignada, ni tampoco su
número. Al final, el hombre, refunfuñando, no convencido pero vencido, aceptó
sentarse y esperar.
¡Clint! A-212.
¡Clint! A-213.
¡Clint! A-214.
No
cariño. No es para nosotros. Tú tienes que venir conmigo cuando nos toque, por
si hay que firmar algún papel. ¡No! ¡No te puedes quedar aquí! Vienes conmigo. La señora seguía hablando con voz controlada, en
tono bajo, pero firme, imponiéndose a una voluntad que deseaba hacer algo diferente
o no hacer nada.
En esa conversación oí el número que tenían: A-288.
¡Bingo! El mío era el A-287. Los vería de pie y, tal vez, podría comprender qué
le ocurría al señor.
Aunque la atención y el lugar eran adecuados, para
mí, absurdo lo que ocurría: por una gestión administrativa tan simple como
comprar el abono anual de transporte había tenido que recorrer 100km, venir dos
veces a este único sitio de atención, por último, volver a donde Cristo dio
las tres voces y nadie le respondió.
Tres buses
dos metros: ¡Casi nada! ¡Y eso mismo lo tienen que hacer cientos de
madrileños! ¡Absurdo! ¡Qué pérdida de tiempo, gastos innecesarios! Que ocurra
semejante dislate no es sólo indiferencia, apatía administrativa es, además,
impunidad ante la opinión pública. Desde luego, como siempre, me estoy metiendo
donde ya no debiera importarme, pero todavía corre sangre por mis venas. No
aprendo.
Volviendo a lo nuestro: siguieron llamando y
continuó la señora calmando a su acompañante, hasta que llegó mi número: A-287.
Me levanté con bastante esfuerzo, ya predispuesto a que me dijeran que faltaba
o sobraba algo, aunque había traído ¡hasta el pasaporte!, por si las moscas.
Fui a mi ventanilla caminando despacio, danto tiempo a que llamarán a la pareja
del A-288, lo cual efectivamente ocurrió.
Ella resultó más pequeña todavía al lado de aquel
hombretón ya decrépito y encorvado. Ahora vi claramente lo que le ocurría: Parkinson
avanzado. Era todo un temblor el pobre hombre. Se apoyaba en ellas más que
en la garrota y, sin pretenderlo ni darse cuenta, le hacía daño con su peso. No
importaba: lo guio entre niños, parejitas, jóvenes indiferentes y ancianos
perdidos, hasta su ventanilla, cercana a la mía.
¡Gran suerte! Ambos cumplíamos los requisitos
administrativos. Nos aceptaron los documentos, el recibo, el formulario,
esperamos un momento para que nos dieran nuestro abono y nos marchamos
felices,- ella y yo porque él no se enteraba de nada-, para volver a nuestras
casas. La mía a 50 km y, espero, que la de ellos más cercana.
Como soy curioso,- no cotillero-, quise ir
al lado de ellos y ver hacia dónde se dirigían pero, como soy un inútil para el
sentido de orientación, en lugar de entrar por la misma boca del metro que
ellos lo hice por la contraria, con el resultado que los tenía en la acera del
frente caminando lentamente.
Sin quererlo, me
vi reflejado en esa pareja y en su amor. La tristeza me invadió al pensar en el
inevitable futuro cercano, por ellos y por nosotros, pues mi compañera y yo
tenemos sesenta años unidos. Sólo siento alegría y ganas de vivir a su lado. Sí, el amor es así: no importa el tiempo ni la
belleza física. Mientras existe, merece la pena vivir, sino es por uno mismo,
es por lo que amamos. Eso es amor.
Nota
marginal: aunque tarde, hoy la situación ha cambiado
bastante en este sector. Existen oficinas que atienden con cita previa
sin estos problemas. R.
Autorizada
divulgación: La narración está amparada por una Licencia Creative Commons Atribución-SinDerivadas
3.0 Unported. Se autoriza su divulgación por otros
medios citando su título: “Amor”, autor; Romel H. Zell y origen:
https://mangoconarroztres.blogspot.com/
Decadencia y Caída de casi todo el mundo 2.
PERICLES.
Autor: Will Cuppy.
Pericles fue el más grande estadista de la antigua
Grecia. Gobernó a Atenas durante más de treinta años, en su más glorioso
período, desde 461, a.n.e, hasta 429 a.n.e. O, mejor dicho, gobernó el pueblo,
pues Atenas era una democracia (1). Por lo menos, así lo afirmaba Pericles. Se
limitaba a decirles lo que tenían que hacer. 1. Rigurosamente
hablando, puede decirse que el Siglo de Pericles tuvo su fin en 430 a.n.e.,
cuando Pericles fue acusado de malversación de fondos públicos. Después de eso
ya la cosa nunca volvió a ser igual.)
Foto: Busto de mármol, copia romana de un original griego, Museo Pío-Clementino de Roma. https://commons.wikimedia.org/wiki/
Pericles fue llamado el Olímpico debido a su
sabiduría y elocuencia. Fue también apodado Cabeza de Cebolla (1) o Cabeza de
Piña, pues la forma de su cráneo se parecía a la de una cebolla albarrana,
hortaliza con forma de piña que abundaba por aquellas regiones. Los comediantes
griegos han hecho muchas bromas acerca de la extraña cabeza de Pericles. Era el
primer estadista que veían sin sombrero. 1. En nuestros
tiempos también hay personas con esa forma de cabeza, pero no las llamamos
Cabeza de Cebolla: las llamamos Cabeza de Melón.
Por parte de su madre, Agariste, Pericles
pertenecía a la rica y aristocrática familia de los Alemaeónidos, de la que ya
había surgido un buen número de estadistas. Se sospechaba que los Alemaeónidos
traicionaban a Atenas en favor de Persia, y varios de ellos habían sido
acusados de soborno y corrupción. Pero lograron ocultar bastante bien las
cosas, gracias a que los demás atenienses estaban demasiado ocupados tratando
de ocultar las suyas para poder volcar toda su atención en otros asuntos.
El tío de Agariste, llamado Clístenes el
Reformador, se hizo famoso por haber sobornado al Oráculo de Delfos. Llegó a
querer reformar las Leyes de Solón, lo cual demuestra lo inteligente que era.
Solón era uno de los Siete Sabios de Grecia y un héroe nacional. A él se debió
la legalización de los prostíbulos en Atenas.
Xantipas, el padre de Pericles, fue uno de los
tres estadistas más notables de su época. Los otros dos fueron Arístides el
Justo y Temístocles. Los tres alcanzaron fama perdurable al acusarse unos a
otros constantemente de malversación y fraude (1) e insultarse durante las elecciones (2).
Finalmente fueron expulsados de Atenas como estorbos públicos, dejando así el
campo libre a Pericles, quien estaba destinado a aventajarlos a todos en el
arte de gobernar (3).
1. No puedo creer que Arístides el Justo haya robado ni la mitad de
lo que decía Temístocles. ¡Tenía siempre un aspecto tan respetable! 2.
Temístocles constituía un blanco fácil para las formas más rudas de la
diatriba política, por no haber estado sus padres unidos en legítimo
matrimonio. 3. Inmediatamente después, Pericles desterró a su
rival más poderoso, Cimón, quien había adquirido fama por haber traído de
vuelta a Atenas los huesos de Teseo, el exterminador del Minotauro, desde la
isla de Seyros. Como Teseo era un mito, cuesta creer que tuviera huesos. No
obstante, Cimón los traslado.
Pericles era un amigo del pueblo. (1) Quería
tanto a su pueblo que le pagaba para que fuera a la Asamblea a votar, y el
pueblo, por su parte, le tenía tanto cariño que lo votaba año tras año. No se
puede acusar a Pericles de soborno, pues ¿qué culpa tenía él si la gente
siempre lo votaba? Pero en otros aspectos Pericles era más bien tacaño con su
dinero. Rara vez se le veía con un traje nuevo, pero nada le parecía suficiente
cuando se trataba de los ciudadanos de Atenas, a quienes pagaba con los fondos
del tesoro público.
Como el término democracia significa gobierno
por el pueblo, los atenienses se reunían en la roca del Pnyx (2) y gobernaban.
Pericles pronunciaba un discurso y a continuación los atenienses se
desgañitaban apoyando la moción, hacían tratados y declaraban guerras; entonces
Pericles terminaba añadiendo unos toquecitos finales para hacerlo más efectivo.
Si todavía resultaba inconstitucional, se encargaba también de arreglarlo.
Limitó el poder del Tribunal del Areópago, que estaba formado por un grupo de
endebles ancianos que duraban indefinidamente y cuyas funciones se limitaban a
declarar todo nulo o sin valor. Les permitió velar por los olivos sagrados de
la Acrópolis. (3)
1. El ciudadano más pobre podía llegar a Presidente, aunque nunca se dio el
caso. Puede que haya sido una simple coincidencia. 2. Se pronuncia
“Pnyx”. 3. Revocó asimismo el derecho que tenían de censurar la vida
privada de los ciudadanos. Ésta fue una acción muy fea de Pericles, pues uno de
los pocos placeres que les quedaban a esos pobres viejos era el de poder
atrapar a algún ciudadano haciendo algo indebido. Después tuvieron que empezar
a usar la imaginación.
Nota del Editor: Todo lo escrito por Will Cuppy se ajusta a la
realidad histórica comprobada. En sus notas al pie del párrafo es donde está la sátira, la ironía y muchas veces la
verdad que no conocemos de los personajes históricos. Por su
extensión y la complejidad de las notas al pie, dejaremos aquí el Personaje
de Pericles, faltando casi la mitad del artículo de Cuppy.
Este libro está en la Red: si desea leerlo
puede “bajarlo” gratis o con un pequeño pago que le será recompensado en
sabiduría llana, simple, verdadera y risible.
Cómo surgió la
letra cursiva (o itálica) y cuál es su uso... BBC Por Irene Hernández Velasco. La cursiva,
junto con las MAYÚSCULAS y las “comillas”, es uno de los tres
procedimientos básicos que se emplean para indicar que una palabra o grupo de
palabras tiene un sentido especial. Algunos la llaman cursiva, otros la
denominan itálica, hay quien se refiere a ella como bastardilla… Pero es
siempre lo mismo: es esa caligrafía en la que los trazos están ligeramente
inclinados hacia la derecha.
Por qué en español decimos buenoS díaS
o buenaS nocheS en plural (y no en singular como las demás lenguas) BBC Leer más.
La incógnita de la
letra H: ¿por qué existe si no suena? BBC Leer más.
Análisis
del acuerdo climático de la COP27 y su impacto en la transición energética.
Comparte en redes sociales: Por Teresa
Monaco. Sábado, 11/11/2023 Versión para
imprimir.
La reciente Conferencia de las Naciones Unidas
sobre el Cambio Climático, también conocida como COP27, celebrada en Sharm
el-Sheij, Egipto, logró un acuerdo histórico sobre financiamiento climático que
podría marcar un punto de inflexión en la lucha mundial contra el cambio
climático. Tras dos semanas de intensas negociaciones, los casi 200 países participantes aprobaron el
establecimiento de un fondo para pérdidas y daños sufridos por los países más
vulnerables debido al calentamiento global.
Factores
económicos del acuerdo: A pesar de
las incertidumbres, si este fondo se implementa correctamente podría suponer un
antes y un después en la carrera por lograr un sistema energético basado en las
energías renovables, clave para mitigar el avance del cambio climático y
garantizar un suministro eléctrico estable y asequible para las próximas
décadas.
No obstante,
existen dudas sobre el compromiso real de los países desarrollados con el
cumplimiento efectivo de las contribuciones necesarias para este fondo. Será necesario que en la siguiente COP muestren
avances tangibles para dar credibilidad al ambicioso acuerdo alcanzado en
Egipto. De ello dependerá en gran medida que la transición energética
mundial hacia las renovables acelere el paso que se necesita para cumplir con
los objetivos del Acuerdo de París.
teresa.monaco@community.papernest.com
[Nota
del Editor: Si hubiera voluntad de cumplir estos Acuerdos
y crear fondos para el desarrollo de fuentes no contaminantes y renovables,
sería un gran paso de avance en la lucha contra el cambio climático. Realmente,
no tengo la menor confianza en que esto se cumpla: son muchos los intereses en
juego, tanto nacionales como internacionales.]
Esta semana, te traemos un documental en dos partes que explora la
relación que mantenemos con nuestros cuerpos desnudos. De la historia del naturismo a la exaltación de
la desnudez, ahondamos en un concepto tan tabú como omnipresente, ligado a las
convenciones y a las normas sociales. ARTE.tv Ver la serie documental
#xatakaletter131
nos ofrece este mundo:
1. Tempor velit ea exercitation El culebrón
de la película Coyote vs Acme es el ejemplo perfecto para entender el drama que está viviendo la industria del videojuego [VidaExtra].
2. Trabajar para morir. Una ex ejecutiva de Amazon tiene claro que trabajar
en sus oficinas " era matarse lentamente" [El País].
3. Hacking divertido. Mucho más que un tamagotchi para hackers: 11 usos (legales) que puedes darle a Flipper Zero [Genbeta].
4. Sobrecalentamiento útil. Uno de los grandes
problemas de los centros de datos es su propio sobrecalentamiento. Cada vez hay más proyectos que buscan aprovechar ese calor extra [El Confidencial].
5. Baja el radiador. Así de bueno o malo es dormir con la calefacción
encendida. Esto es lo que dice la ciencia [Xataka Smart Home].
6. La era OnlyFans. La plataforma social que más rápido crece representa
mejor que nunca la economía de los creadores: el sexo es solo otro tipo de contenido que monetizar [The Washington Post, en inglés].
7. Te echaremos de menos. Muere uno de los iconos de Apple: cómo surgió el
iMac grande, cómo cambió y ahora termina olvidado [Applesfera].
8. WhatsApp está más fuerte que nunca. La
aplicación de mensajería más popular del mundo estaba en segundo plano para
Mark Zuckerberg. Hasta ahora [The New York Times, en inglés].
Mangoconarroz, https://mangoconarroz.blogspot.com/ - Boletín
Informativo Internacional,- es parte de una trilogía de blogs, cada uno con un objetivo y
contenido diferente: éste evita los comentarios políticos partidistas: se
centra en recopilar información interesante de Ciencia y Técnica, Social,
Internacional, Alimentaria de diferentes fuentes así como temas actuales de
salud.
Mangoconarrozdos, https://www.mangoconarrozdos.blogspot.com.es - alterna un Personaje público
histórico, literario, etc. con un cuento de cualquier país; una receta,
las virtudes y características de algún alimento; notas sobre salud, poesía,
literatura.
Mangoconarroztres, https://mangoconarroztres.blogspot.com – publicará uno o más cuentos
cortos; poesía escrita o declamada internacional, más información cultural
general sobre ciencia y artes.
Se publican entre viernes y domingo de cada mes. Se hacen sin
ánimo de lucro. No percibimos ingresos por ellos.
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